El Parque Nacional de Yellowstone es el más antiguo de su categoría en todo el mundo. Fue creado como tal en 1872 por el presidente de los Estados Unidos Ulysses S. Grant.

Se ubica específicamente encima de la Caldera de Yellowstone, el supervolcán más grande del continente americano, considerado un volcán activo y una de las amenazas latentes más devastadoras de nuestro tiempo.

Paisaje del Parque Nacional de Yellowstone
Paisaje del Parque Nacional de Yellowstone

La Caldera de Yellowstone

Los supervolcanes, para entender la magnitud de este fenómeno geológico, poseen una cámara magmática alrededor de mil veces más grande que la de un volcán normal. Esto implica que pueda generar explosiones y erupciones de una magnitud excepcionalmente peligrosa, llegando a alterar drásticamente el paisaje de las áreas más próximas y el clima global durante un periodo prolongado, causando incluso la extinción de toda una especie.

En pocas palabras, los supervolcanes suponen un peligro para todo el planeta. Pueden significar, como es el caso de Yelowstone, un cataclismo para la vida en La Tierra similar al generado por una guerra nuclear.

La Caldera de Yellowstone o supervolcán de Yellowstone ocupa un área de 55 x 72 km que se extienden por el estado de Wyoming. Se formó después de tres supererupciones producidas hace 2,1 millones de años la primera, 1,3 millones de años la segunda y 640 mil años la tercera.

Caldera de Yellowstone
Caldera de Yellowstone

La actividad sísmica

Los volcanes y el movimiento de las placas tectónicas de la corteza terrestre son dos fenómenos geológicos estrechamente relacionados. De hecho, los volcanes suelen crearse en las fronteras de estas placas como consecuencia de su fricción constante y como resultado a la necesidad de liberar energía y presión en las capas subterráneas de magma y gas.

Yellowstone experimenta un volumen de 1000 a 2000 movimientos sísmicos cada año. La mayor parte de ellos tienen una magnitud inferior a 3 en la escala sismológica de magnitud de momento. Esta escala logarítmica mide la energía total liberada en estos fenómenos.

En principio, este comportamiento no implica un peligro como tal, pero sí mantiene a la comunidad de expertos muy atentos, analizando constantemente el potencial destructor de este supervolcán.

El mayor riesgo de Yellowstone

Yellowstone es uno de los fenómenos geológicos que hoy día representa mayor riesgo en todo el planeta por varios factores.

Por un lado existe el riesgo de erupción volcánica. La última fue la mencionada líneas arriba, sucedida hace 640 mil años. Esta explosión liberó alrededor de 1000 km cúbicos de roca y polvo, cubriendo en torno al 60% del territorio actual de Estados Unidos en capas de ceniza. Actualmente, la ciencia analiza constantemente el comportamiento del área con respecto a los cambios de presión de la cámara de magma. Por el momento, parece que no hay evidencias de próximas erupciones en un futuro previsible.

Geiser de Yellowstone
Geiser en la Caldera de Yellowstone

Por otro lado existe el riesgo de explosión hidrotermal, que actúa independiente a la actividad volcánica. Las explosiones hidrotermales produjeron en la zona más de 20 grandes cráteres y pueden generar enormes desplazamientos de agua en el lago Yellowstone. Como consecuencia, crearían olas gigantes que cambiarían sustancialmente el aspecto del parque nacional.

Las posibles consecuencias de una erupción en el supervolcán Yellowstone

Muchos se preguntan qué pasaría si el punto geológico potencialmente más peligroso de La Tierra hiciera erupción. Sin duda, se trataría del fin de la humanidad tal y como la conocemos ahora. Significaría un enorme cambio en los ecosistemas alrededor del mundo y en la vida que se desenvuelve en ellos.

Primero, se desencadenaría la explosión misma en una sucesión de eventos de extrema violencia e intensidad. Como resultado, un tercio del territorio de Estados Unidos podría desaparecer del mapa de manera inmediata y se liberarían cantidades enormes de magma, roca y otros residuos en todas direcciones, destruyendo áreas más allá del perímetro de la explosión inicial.

La ceniza, desplazándose en capas densas y espesas alrededor de la superficie terrestre, inmovilizaría parte de la actividad mundial. Vuelos, transporte, industria y consumo, en un primer lugar. Con el tiempo, estas nubes de ceniza cubrirían todo el planeta, haciendo imposible la entrada de la luz del sol y dando pie al llamado invierno volcánico.

La falta de luz y radiación solar afectaría directamente a todos los cultivos y causaría la muerte masiva de la vegetación y fauna salvaje de gran parte del planeta. Habría un descenso drástico y rápido de las temperaturas, pudiendo llegar a ser una glaciación, en mayor o menor grado.

El mundo entero estaría contaminado y falto de los recursos indispensables para la vida. La civilización, tal y como la conocemos hoy, desaparecería. Los humanos, como especie, nos veríamos obligados a cambiar radicalmente nuestro modo de subsistencia y a adaptarnos a un nuevo mundo inhóspito y hostil.

Aunque la explosión de Yellowstone no significaría el fin de nuestra especie, porque ya hemos sobrevivido a la misma situación anteriormente, sí sería un antes y un después de nuestra historia. Quizá un reinicio de la civilización y, sin duda, el cambio de una era.

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