Aunque el géiser es un fenómeno bastante conocido por su comportamiento espectacular y llamativo, lo cierto es que es bastante extraño en la geología terrestre. Su formación requiere una serie de condiciones de suelo y agua poco comunes alrededor del planeta. Por lo que solo existen unos 1,000 que se encuentran en puntos muy concretos y específicos.

Se trata de un tipo de fuente hidrotermal que, debido a sus características, emite columnas de agua caliente y vapor de forma periódica con más o menos intensidad. Llegando incluso a experimentar erupciones enérgicas y violentas.

Su nombre viene del Gran Geysir de Islandia, el más famoso hasta el momento, cuya actividad fue cambiando con el paso de los años. En algunos periodos, alcanzó alrededor de ocho erupciones por día.

Cómo se forma un géiser

El géiser como tal es el resultado del contacto entre agua superficial de la corteza terrestre y rocas calentadas por el magma subterráneo.

Como sucede en cualquier fuente termal, cuando las rocas suben de temperatura tras el contacto con el magma subterráneo y entran en contacto con agua, ésta se calienta generando vapor que sale a la superficie. El material poroso y fracturado de esta superficie permite también la salida de agua. Las características de esta estructura, con varios canales que conectan las reservas del líquido elemento, generan diferentes niveles de presión que aumentan con la temperatura. Cuando el géiser se llena y el agua acumulada en la superficie se va enfriando, la tensión generada se rompe y el agua del interior se libera (junto con la presión) a temperaturas de ebullición. De una forma muy similar al funcionamiento de una olla exprés.

Tras salir expulsada y al contacto con el aire, el agua termina enfriándose, filtrándose de nuevo al depósito. Y el mismo proceso se repite con cierta periodicidad. El géiser más activo presenta erupciones cada 14 minutos, mientras que otros lo hacen cada 12 horas.

Géiser de Yellowstone
Géiser de Yellowstone
Fuente de la imagen: The Guardian

El fenómeno hidrotermal alrededor del mundo y de la galaxia

Dadas las condiciones de agua, suelo y calor que un géiser necesita para formarse, es un fenómeno muy raro y difícil de encontrar en la Tierra. Existe solamente en áreas volcánicas activas con magma cerca de la superficie. Por ejemplo:

  • El Parque Nacional de Yellowstone en Wyoming, Estados Unidos.
  • La Reserva natural Kronotski, en Rusia.
  • La Región de Antofagasta, en Chile.
  • El Volcán Copahue, entre Argentina y Chile.
  • La Zona Volcánica Taupo, en Nueva Zelanda.
  • Haukadalur, en Islandia.
  • Y el área desértica de Sol de Mañana, en Bolivia.

Pero además de la Tierra, se han encontrado géiseres en otros cuerpos celestes de la Vía Láctea. Se han identificado varias fuentes hidrotermales que expulsan nitrógeno en Tritón, luna de Neptuno. En este caso, se cree que el calor que provoca el fenómeno viene de la radiación solar en vez del interior del satélite.

Por otro lado, Encélado, luna de Saturno, cuenta con géiseres de agua llamados criovolcanes (volcanes extraterrestres de hielo y agua). Un fenómeno todavía por explicar que incluso la ciencia vincula con la formación de uno de los anillos del planeta.

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