Aunque comúnmente nos referimos a este fenómeno como aurora boreal, su nomenclatura correcta sería, en términos generales, aurora polar. Boreal cuando se produce en el hemisferio norte de la Tierra, austral cuando se produce en el hemisferio sur.

La observación de este suceso de la naturaleza es uno de los principales motivos de quienes viajan a los países más septentrionales de nuestro planeta. Sobre todo teniendo en cuenta la inaccesibilidad de la región antártica para cualquier individuo civil.

La aurora boreal es un fenómeno explicado por la geofísica y la astronomía, que tardó mucho tiempo en esclarecerse e interpretarse. Hoy, la ciencia puede incluso prever cuándo y dónde se producirán las corrientes magnéticas que la producen. En pro de la investigación y de la conservación de la red satelital que orbita la Tierra.

Qué es una aurora boreal y a qué debe su nombre

La aurora boreal es un fenómeno luminiscente que se manifiesta en forma de luz o brillo en el cielo nocturno de las zonas polares nórdicas. Si el fenómeno se observa en el Polo Sur, se le denominaría aurora austral. Aunque puede ser observado en otras áreas del planeta, es en los polos donde se origina habitualmente debido a las condiciones naturales que la causan.

El curioso nombre de aurora boreal o austral responde, en cierta manera, a la mitología que históricamente envolvió a este acontecimiento visual. Desde tiempos inmemoriales, la observación de estas luces en el cielo llamó la atención de civilizaciones tanto en oriente como en occidente. Quienes las interpretaban como serpientes o dragones sobrevolando el cielo nocturno.

De esta manera, la palabra «aurora» responde a la diosa romana homónima que simboliza el amanecer, Eos en la mitología griega. Y los complementos «boreal» y «austral» refieren a la palabra griega bóreas, que significa norte, y a la palabra latina auster, que significa sur.

Con este origen etimológico que bautizó el fenómeno, la aurora boreal comenzó a estudiarse en la ciencia desde el siglo XVII. Cien años más tarde se relacionó por primera vez con los campos magnéticos de la Tierra, concretándose en 1896 la comprensión detallada del suceso, pudiendo reproducirlo en el laboratorio del físico noruego Kristian Birkeland.

Imagen de una aurora boreal
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Cómo se produce y en qué circunstancias

La aurora boreal es el resultado de una eyección de partículas solares cargadas de energía que colisionan con la magnetósfera de la Tierra, una capa que contiene la actividad magnética generada por el núcleo del planeta y lo protege del viento solar y la radiación. Esta capa o campo magnético funciona, en términos simples, como un imán, y dirige las partículas solares hacia los polos. La estimulación de estas partículas, derivada del choque a gran velocidad, produce una emisión de energía en forma de luz o plasma de diferentes colores, especialmente el verde. Es por esta razón que la aurora polar se manifiesta en estas dos regiones del planeta, dando lugar a la aurora boreal y a la aurora austral.

Este acontecimiento físico sucede en la ionosfera, un estrato de la atmósfera superior que se extiende entre los 80 y los 500 km de altura sobre la superficie de la corteza terrestre.

El viento solar es el flujo constante de partículas emitidas por la estrella que viajan a una velocidad comprendida entre los 490 y 1000 km/s, recorriendo la distancia entre el Sol y la Tierra en dos días. La interacción entre este flujo y el magnetismo del planeta produce varios fenómenos que pueden ser vistos en condiciones de noches claras y despejadas, como las auroras polares, o incluso oídos.

Los sonidos de la aurora boreal

Cuando en este conjunto de circunstancias físicas y magnéticas entra en juego la temperatura, el fenómeno resultante puede también incluir sonidos perceptibles por el oído humano.

Cuanta mayor es la altura, menor es la temperatura. Pero bajo las condiciones de frío polar, muy por debajo de 0º, las bajas temperaturas se aproximan más a la superficie, manteniendo los aires cálidos en una capa superior. Estas masas calientes se elevan hacia capas más frías, empujando cargas negativas hacia el suelo. El aire frío de la superficie está cargado positivamente y, tras la descarga geomagnética del fenómeno, en estas condiciones, se crean sonidos audibles a la misma altura que las auroras boreales.

El fenómeno en otros planetas

Teniendo en cuenta que otros planetas cuentan con sus propios campos magnéticos, al igual que la Tierra, y que reciben el mismo flujo de partículas solares, aunque a distinta distancia, es un hecho que el fenómeno de la aurora boreal se repite en otros cuerpos del Sistema Solar.

El telescopio Hubble ha podido observar auroras polares en Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Se han detectado también en Marte e incluso en uno de los satélites de Júpiter.

Aurora boreal
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Los mejores lugares en la Tierra para observar una aurora boreal

Uno de los mejores lugares en el mundo para ver una aurora boreal es la Laponia noruega y el Cabo Norte. El Parque de Vatnajokull, en Islandia, conjuga este fenómeno con paisajes de ríos y glaciares. La estación de observación de auroras boreales Aurora Sky Station, en la Laponia sueca, reúne las condiciones más adecuadas para ver el acontecimiento, ya que está diseñada específicamente para ello. En Finlandia hay varias instalaciones de iglús de cristal y otros campamentos en las áreas de Saariselkä y Levi que disponen de suites acondicionadas en medio de la nieve para observar cómodamente el fenómeno.

Al otro lado del océano, en el norte de Alaska, se organizan varias expediciones entre Fairbanks y Anchorage para ver auroras boreales. Y por último, la región de Yellowknife en Canadá está considerada la capital mundial de la aurora boreal por la alta frecuencia del fenómeno. Mismo lugar donde se encuentra el centro de investigación Astronomy North.

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