Peter Kürten, conocido como el vampiro de Düsseldorf, fue un asesino en serie alemán que aterrorizó a la población germana durante la primera mitad del siglo XX. Su carrera homicida, ampliamente analizada por expertos, tuvo una gran influencia en la investigación de criminales, violencia sexual y sadismo en años posteriores. Sus últimas palabras antes de su ejecución en la guillotina pasaron a la historia como una de las declaraciones más aterradoras jamás registradas. Una prueba más de su comportamiento absolutamente inhumano.

Los primeros crímenes del homicida

Peter Kürten fue el tercero de 13 hijos y vivió una infancia violenta. Su padre era alcohólico y terminó encarcelado durante tres años por intentar abusar sexualmente de su propia hija de 13 años.

Antes de cumplir 10, Kürten ya había asesinado a dos compañeros de escuela. Durante su adolescencia cometió numerosos delitos menores y recibió pena de prisión casi 30 veces. En el área de Düsseldorf, solamente de febrero a noviembre de 1929, cometió una serie de asesinatos brutales y sádicos que sumaban aproximadamente 60 diferentes actos atroces.

Las últimas palabras de Peter Kürten

El juicio de Peter Kürten se convirtió en un evento nacional que atrajo a muchos curiosos y observadores académicos. Se le imputaron nueve cargos de homicidio comprobados y siete cargos de intento de homicidio. La sentencia final lo condenó a muerte en la guillotina y sus últimas palabras antes de la ejecución todavía se consideran hoy como una de las declaraciones más espeluznantes de la historia.

Dime… ¿después de que corten mi cabeza voy a poder seguir escuchando, aunque sea solo unos instantes, el sonido de la sangre salpicando? Ese sería el placer más grande de toda mi existencia”.

Durante el proceso judicial, se entrevistó con el célebre psicólogo Karl Berg para describirle con sorprendente franqueza (incluso jactancia), los detalles de sus crímenes. El testimonio inspiró a Berg en su obra El Sádico de 1932, un clásico de la literatura criminológica. Según él, Peter Kürten era un psicópata sexual que asesinaba exclusivamente por placer.

La cabeza de Peter Kürten expuesta en el museo Ripley's Believe It or Not! de Wisconsin, Estados Unidos
La cabeza de Peter Kürten expuesta en el museo Ripley’s Believe It or Not! de Wisconsin, Estados Unidos
Fuente de la imagen: Ripley’s Believe It or Not!

El comportamiento del asesino

Las características tan estremecedoras de los crímenes de Peter Kürten suscitaron profundamente el interés de la ciencia por estudiar y comprender su comportamiento.

En estos análisis, Kürten dijo a los examinadores legales que su motivo principal era «contraatacar a la sociedad opresiva». Gracias a numerosos estudios pudieron comprenderse varias facetas de la conducta criminal de Peter. Y los manuales que resultaron de la investigación sirvieron como guía fundamental para examinar a pacientes similares en todo el mundo.

En 1931, un grupo de científicos trató de determinar las irregularidades en el cerebro de Kürten en un intento de explicar su personalidad y comportamiento. Para ello diseccionaron y momificaron su cráneo, que actualmente se encuentra en exhibición en el museo Ripley’s Believe It or Not! de Wisconsin, Estados Unidos.

Además del libro El Sádico, Karl Berg publicó una biografía de Peter Kürten que influyó en todos los estudios posteriores sobre asesinatos en serie. El caso tuvo un impacto también en la cultura popular, sirviendo como base para la película M de Fritz Lang (1931), la novela de Stephen King Salem’s Lot (1975) y la novela de James Patterson Traje de baño (2009), entre muchas otras más.

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