En 1895 se completó la construcción de un puente sobre el arroyo Overtoun, en Dumbarton, Escocia. Desde entonces se le bautizó como Puente Overtoun, aunque en las últimas décadas adquirió el sobrenombre del Puente de los Perros Suicidas.

Según las historias que se cuentan, el antiguo lugar fue escenario de un asesinato, de apariciones fantasmales y otras causas paranormales y, tal y como dice su fama, del suicidio de los perros que pasan por allí.

Las historias del Puente Overtoun

En Dumbarton y alrededores todo el mundo conoce las leyendas. Una persona tranquila, paseando con su perro, que cruza el puente como cualquier otra pasarela. De pronto y en medio de la estructura, algo se apodera del canino haciéndolo reaccionar de forma diferente. Sin responder a los tirones de la correa ni a las palabras de calma de su dueño, el perro corre ensimismado hacia el borde del parapeto. Dejando atrás cualquier explicación razonable y saltando al vacío con pavorosa y espeluznante determinación.

Desde los años 50 se han hablado de muchos casos. 300 para los investigadores, 600 para los tabloides y al menos 50 para los vecinos escoceses. En la mayoría de ellos la caída es fatal. El puente tiene un barranco de 15 metros prácticamente insalvables y descansa sobre un riachuelo menguado con más rocas que agua al fondo.

Pero, ¿cuál es la causa del Puente de los Perros Suicidas? ¿Qué fuerza inexplicable envenena a los perros contra su propio instinto de supervivencia? Los más escépticos hablan del olor de algunos mamíferos de la zona, que alerta a los canes. Los más supersticiosos creen que allí hay algo sobrenatural e hipnótico, todavía incomprensible, como algún portal de energía. Según la leyenda, es el hogar de la Dama Blanca de Overtoun.

Fotografía de la cubierta del Puente Overtoun
Fotografía de la cubierta del Puente Overtoun
Fuente de la imagen: TripAdvisor

El olor de los mamíferos en el Puente de los Perros Suicidas

La explicación más racional del Puente de los Perros Suicidas atañe todo este fenómeno a la presencia de pequeños mamíferos por la zona, cuyo olor despierta la curiosidad enardecida de los perros, que sin darse cuenta caen por el precipicio al acercarse demasiado. Este razonamiento pudiera tener bastante sentido, si no fuera porque los perros no caen, saltan. Y no es esa la única zona donde hay un puente y pequeños animales, pero sí la única que incentiva esta extraña conducta canina.

Escocia está llena de historias y leyendas supersticiosas. Quizá este caso sea una de ellas.

La Dama Blanca de Overtoun

El Puente Overtoun se levantó a finales del siglo XIX en el terreno colindante de una antigua casona de Dumbarton, construida por un magnate industrial de nombre James White. Tiempo más tarde, su hijo John murió en 1908, dejando a su esposa viuda, que guardó riguroso luto por más de treinta años. Se dice que su fantasma ha estado rondando el lugar desde entonces, apareciendo en ventanas, paseando las calles y cruzando el Puente de los Perros Suicidas.

La llaman la Dama Blanca de Overtoun, y para muchos ella es la responsable de estos sucesos. Una energía extraña que deslumbra y desconcierta a los cánidos, desprendiéndolos de su más arraigado instinto, confundiéndolos en su espacio tiempo y llevándolos a saltar al vacío para morir inexplicablemente.

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