Star Wars es una de las sagas de ciencia ficción más populares en la historia del cine. Tanto, que tiene su propio día en el calendario y hasta una religión que sigue sus preceptos al pie de la letra. Por supuesto, como buena obra de fantasía, no está restringida a las leyes naturales que conocemos y en su universo existen seres y animales con capacidades completamente sobrenaturales. Pero muchas otras de las criaturas de la saga mantienen ciertas similitudes con las de la Tierra. Así que algunas podrían incluso existir entre nosotros si dejamos volar la imaginación.

Los porgs, las criaturas de ‘Star Wars’ más tiernas

Aparecieron por primera vez en el Episodio VIII. Los porgs son una especie de ave sin pico, con alas cortas, patas palmeadas y cubiertos densamente con plumas. Tienen cierta capacidad vocálica. Su diseño es una mezcolanza de rasgos de distintos animales, murciélagos, ardillas voladoras, focas, nutrias, castores y, sobre todo, pingüinos.

Porgs
Porgs
Fuente de la imagen: Disney

Aunque actualmente no existe en la Tierra ningún ave sin pico, en términos evolutivos no es imposible. Del mismo modo que las aves del pasado tenían dientes y con el tiempo los perdieron, no hay nada que pudiera impedir que sucediera lo mismo. De hecho, se sabe que la morfología del pico de las aves presenta una enorme variabilidad morfológica, y tiene relación evolutiva con muchos condicionantes. Sobre todo en términos mecánicos y no solo en la alimentación, como se pensaba hasta hace poco.

El tauntaun y sus similitudes con los dinosaurios

Este mítico animal aparece en el Episodio V cuando Han Solo lo utiliza para salvar a Luke de la hipotermia, abriéndolo en canal y usándolo como saco de dormir.

Tauntaun
Tauntaun
Fuente de la imagen: Disney

El aspecto anatómico del tauntaun invita a pensar que es una mezcla entre reptil y ave. Las patas traseras, que descienden verticalmente desde las caderas cubiertas de escamas y con cuatro dedos terminados en garras, así como la cola larga y musculosa, recuerda algún tipo de dinosaurio. Pero está completamente cubierto de pelo, como los mamíferos, y la cabeza y los cuernos se parece más a ciertos animales modernos.

De lo que no cabe duda es de que se trata de un animal de sangre caliente. Uno de sangre fría no podría sobrevivir a los inviernos del planeta ficticio. Sin embargo, en la película lo vemos como una criatura muy activa, incluso como animal de carga. Y este comportamiento solo es compatible con un metabolismo homeotérmico, como el de los mamíferos o las aves.

Hoy se sabe que muchas especies de dinosaurios eran, efectivamente, de sangre caliente y estaban cubiertas parcial o totalmente por plumas. Así que su existencia podría ser probable.

El varáctilo 

Una de las criaturas más curiosas del Episodio III es un enorme lagarto con plumas que Obi-Wan usa como montura. Su nombre es varáctilo.

Varáctilo
Varáctilo
Fuente de la imagen: Disney

Hoy se sabe que la capacidad de producir plumas es un rasgo primitivo en los dinosaurios, entre los que se encuentran los antepasados de las aves o arcosaurios. De modo que la presencia de este tipo de estructuras podría indicarnos que nos encontramos ante un animal de este grupo.

Lo que más llama la atención del varáctilo son sus dedos, con una capacidad adherente extraordinaria que les permite trepar por muros verticales sin dificultad. En el caso de las salamandras, esto sucede gracias a unas diminutas fibras, denominadas setas, que presentan en las escamas de sus dedos. De todo ello podemos deducir que otros animales podrían, también de forma independiente, adquirir estas capacidades. No sería incompatible con este tipo de criaturas de Star Wars.

La única discrepancia sería el tamaño. Las salamandras pueden mantener su adherencia gracias a su ligereza. Pero mantener el peso de un reptil de varios metros necesitaría una superficie de adherencia muy superior a la que estos dedos pueden proporcionar.

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