Los 12 dioses del Monte Olimpo eran las deidades más importantes de la Grecia Antigua. Sin embargo, aún siendo seres divinos, contaban con cualidades demasiado humanas que no siempre jugaban a su favor. Mostraban una gran bondad y, a la vez, repartían terribles castigos, iniciaban guerras, tenían aventuras amorosas y apoyaban a sus héroes mortales favoritos en la Tierra. Representaban características ideales y esenciales de la vida humana como la justicia, la lealtad, la sabiduría, la música o el cambio de estaciones. Según la mitología, los dioses olímpicos eran la tercera generación de dioses que gobernaban el universo. Sus antecesores, los Titanes, no querían soltar el poder y pelearon en una intensa batalla que culminó en favor de los olímpicos, la Titanomaquia.

Durante la época de la Grecia clásica hubo varios poemas sobre la guerra entre los dioses, pero solo ha sobrevivido uno de ellos. La Teogonía, escrita por Hesíodo, que describe los hechos de la siguiente forma.

Los gobiernos de Urano y Cronos

Mucho antes de que comenzara la guerra, Urano estaba a cargo del control del universo. Su esposa Gea se molestó bastante porque el dios supremo encerró a algunos de sus hijos en el Tártaro, una prisión en las profundidades de la Tierra. Estos niños eran los cíclopes y los gigantes, también conocidos como los hecatónquiros. Urano los aisló con el fin de proteger su reino, siendo precavido, no quería una revuelta sorpresa en su contra.

Gea conspiró en contra de Urano y urdió un plan con su hijo predilecto, Cronos, para sacar a sus hermanos de prisión, castrar a su padre y despojarlo del trono. La estratagema fue todo un éxito, pero antes de ser derrotado, Urano hizo una predicción: que su propio hijo tendría el mismo destino que él.

Cronos se hizo con el poder y al cabo de poco tiempo se convirtió en un gobernante terrible y paranóico. Cometió peores errores que su padre e hizo hasta lo imposible para mantenerse al mando. Devolvió a sus hermanos a la cárcel y se comió a todos sus hijos para evitar que se cumpliera la profecía. Rhea, su esposa, logró mantener a salvo a uno de sus hijos, Zeus. Lo escondió en una cueva en la isla de Creta, donde fue criado por una cabra llamada Amaltea y esperó muchos años para hacer su aparición triunfal.

Obra renacentista Cronos devorando a sus hijos (Saturno en la mitología romana)
Obra renacentista Cronos devorando a sus hijos (Saturno en la mitología romana)
Fuente de la imagen: Rubens

El inicio de la Titanomaquia auspiciada por Zeus

Una vez que Zeus alcanzó la madurez, fue a la montaña donde vivía su padre y comenzó a servirle como copero. Todo formaba parte de un elaborado plan para tomar venganza por la conducta de su creador. Cronos no sabía quién era el nuevo asistente pero ignoró cualquier peligro. Una diosa llamada Metis ayudó Zeus a engañar a su padre para que bebiera una mezcla de mostaza en su vino. Este brebaje hizo que Cronos se sintiera enfermo y vomitara a todos los hijos que se había comido, uno por uno. Una vez que los había expulsado a todos, Zeus los convenció para revelarse en contra de su padre.

Este evento dió inicio a la Titanomaquia, la Guerra de los Titanes. También liberó a los cíclopes y a los hecatónquiros de la prisión subterránea y los persuadió de unirse a la rebelión. Los gigantes usaron rocas como armas y los cíclopes fabricaron los rayos de Zeus. Crearon el tridente de Poseidón y el yelmo de la oscuridad de Hades, que sirvieron en batalla. Los únicos Titanes que pelearon con Zeus fueron Temis y Prometeo.

El conflicto duró diez años. Al finalizar, Zeus encarceló a todos sus enemigos, excepto a los que lucharon con él, y puso a los hecatónquiros a guardar la prisión. Atlas era un comandante y un luchador importante para los Titanes, así que Zeus lo castigó sosteniendo el mundo sobre sus hombros.

Los dioses olímpicos representados en la obra Logia di Psiche
Los dioses olímpicos representados en la obra Logia di Psiche
Fuente de la imagen: Rafael

La constitución del Olimpo

Después de la Titanomaquia, los olímpicos decidieron dividir el universo en tres partes echándolo a suertes con tres palos de madera. Zeus tomó el más largo, por lo que adquirió el título de rey de los cielo, jefe de los mortales y de todos los dioses. Poseidón consiguió el medio, rey de los mares. Y Hades sacó el más corto, el temible gobernante del Inframundo.

Una vez que Zeus reinó sobre la Tierra, pidió a Prometeo y Temis que crearan mortales para poblarla. Temis creó los animales y Prometeo creó al hombre. Pero este último cedió demasiado y desató las tragedias. Aunque esa es otra historia.

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