Una mañana, a principios de los 1930, James Irving, del pueblo de Dalby en la Isla de Man, Inglaterra, estaba leyendo su periódico cuando una voz incorpórea gritó con impaciencia: «¡Léelo en voz alta, gnomo de cabeza gorda!«. La voz no pertenecía a su esposa Margaret ni a su hija adolescente Voirrey. los únicos que se encontraban en la remota granja. Pero aunque Irving se sintió ofendido, no le sorprendió. Sabía que se trataba de una extraña criatura llamada Gef, quien durante algún tiempo había estado viviendo, casi sin ser visto, en la casa de su familia.

La primera aparición de Gef

La misteriosa criatura apareció por primera vez en la residencia de Irving en algún momento de 1931. Según los relatos de la familia, vivía inicialmente en las paredes e imitaba varios ruidos de animales. Rápidamente, la entidad invisible comenzó a aprender el lenguaje y, en poco tiempo, se presentó a la familia ante la sorpresa de todos. Su nombre, dijo, era «Gef» (pronunciado Jeff), y era una mangosta de la India.

En el transcurso de la década, Gef se convirtió en una especie de fenómeno mediático. Apareció en numerosas historias de periódicos sensacionalistas y fue objeto de diversas investigaciones paranormales.

Aunque muchos visitantes descartaron a Gef como una especie de engaño o alucinación masiva, los Irving insistieron en que era real. Contaban historias de la mangosta durmiendo en la habitación de Voirrey, comiendo tocino y salchichas, subiendo al autobús e incluso trayendo chismes sobre los vecinos. Todos los miembros de la familia afirmaron haber visto a Gef en algún momento con sus propios ojos. En una entrevista de 1932 con el Manchester Daily Dispatch, James lo describió como un animalito parecido a un armiño, un hurón o una comadreja, de color amarillo y unas nueve pulgadas de largo. Su cola larga y tupida era moteada de negro.

Sin embargo, esta descripción parecía cambiar por la de un duende y otras criaturas extrañas que rara vez se dejaban ver. Los propios relatos del ente sobre sí mismo también variaban. En un momento se presentó como una mangosta muy inteligente. En otros, por lo visto, proclamó: «¡Dividiré el átomo! ¡Soy la quinta dimensión! ¡Soy la octava maravilla del mundo!«

Acusaron a Gef de arrojar piedras, matar conejos y cantar versiones obscenas de diversas canciones. Mientras tanto y según los testimonios, los discursos de la mangosta parlante pasaron de ser groseros, «¡He estado en casas más bonitas que esta!», a terroríficos, «Podría matarlos a todos, pero no lo haré».

La investigación alrededor de la mangosta sobrenatural

Aunque eran muchos los escépticos, algunos medios de comunicación se tomaron el caso lo suficientemente en serio como para abrir investigaciones. Rex Lambert, editor fundador de la revista Listener de la BBC, abordó el misterio de la mangosta con el famoso experto paranormal Harry Price. Ambos publicaron sus hallazgos en un libro llamado El embrujo de la casa de Man, un milagro moderno, en 1936.

Después de la pesquisa, Lambert y Price llegaron a conclusiones incrédulas acerca de la existencia de Gef. Analizaron muestras de pelo supuestamente extraídas de la criatura y se determinó que pertenecían a un perro de pelo largo. Huellas de las patas de Gef no tenían la textura irregular de la piel de un animal, y especialistas en zoología sugirieron que probablemente estaban talladas con un palo. Además, Price especuló que el dueño de la casa podría haber estado usando el ventriloquismo para crear la voz de Gef.

Recorte de periódico acerca del caso Gef
Recorte de periódico acerca del caso Gef
Fuente de la imagen: Wikimedia

Gef hoy en día

Después de sus investigaciones, Lambert casi perdió su trabajo cuando otros medios lo tacharon de loco. A lo que respondió con una demanda por difamación, conocida como El caso de la mangosta, que finalmente ganó.

La eterna fascinación del público general por lo sobrenatural ha mantenido algunos fanáticos acérrimos del caso Gef. En 2014, según el Wall Street Journal, los mayores conocedores de la historia se reunieron en la biblioteca de la Universidad de Londres para discutir el gran misterio de la mangosta. Además de las especulaciones habituales, algunos investigadores adoptaron un enfoque más académico del caso. Se llegó a argumentar, sin llegar a una resolución, que la historia de Gef era parte de una leyenda india de animales parlantes transmitida oralmente durante generaciones. Este mito se remonta al Panchatantra, una colección de antiguas fábulas de animales indios, y se suma a las muchas posibilidades que pueden dar explicación a la existencia de Gef.

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