El Manuscrito Voynich es uno de los misterios que más interés despiertan en la comunidad de la literatura y la paleografía. La paleografía estudia documentos y textos antiguos con el objeto de determinar su origen y el periodo histórico en el que fueron escritos. Del Manuscrito Voynich no hay más que conjeturas y alguna que otra teoría, por lo que a día de hoy es uno de los libros que más enigmas esconde.

Se trata de un libro ilustrado de 272 páginas del que se desconoce el autor, la fecha de su creación, el propósito mismo de la obra y, hasta hace muy poco, el alfabeto e idioma que lo componen.

Con todas estas incógnitas, lo único que se sabe a ciencia cierta es que el pergamino en el que está escrito fue fabricado entre 1404 y 1438. Todo esto certificado por las pruebas de carbono 14 a las que fue sometido.

El nombre, Voynich, viene dado por Wilfrid M. Voynich, un bibliófilo y revolucionario polaco que lo adquirió en 1912.

Páginas el Manuscrito Voynich con texto y diversas ilustraciones
Páginas el Manuscrito Voynich con texto y diversas ilustraciones

La falta de información de su origen y significado, llevó a este manuscrito a formar parte de la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale. Ha sido investigado por numerosos criptógrafos, incluyendo especialistas en descifrar códigos durante la II Guerra Mundial. Y aún así, sigue siendo un misterio.

Al no haber resultados concluyentes en los estudios relacionados al Manuscrito Voynich, es una de las incógnitas más desafiantes de la criptografía histórica. Incluso ha llevado a muchos a la obsesión, llegando a considerarlo fraude hecho a propósito.

El cumplimiento de la ley de Zipf

Existe una ley empírica, la ley Zipf según la cual se establece si una lengua es natural o artificial. Es decir, si una lengua es fruto del desarrollo antropológico y cultural de nuestra especie, o es inventada de manera artificial por algún autor. Ejemplos de esto último son los lenguajes creados por Tolkien para sus libros El Hobbit o El Señor de Los Anillos.

Esta ley declara que en todas las lenguas humanas, la palabra más frecuente de un texto debe aparecer el doble de veces que la segunda más frecuente, el triple que la tercera, el cuádruple que la cuarta, y así consecutivamente.

De acuerdo a esto, se determinó que el lenguaje en el que está escrito el Manuscrito Voynich, definitivamente sí es natural. Por lo que se descarta la teoría del fraude.

La teoría del proto-romance en el Manuscrito Voynich

Después de muchos años de preguntas sin respuesta, un académico de la Universidad de Bristol afirma haber hecho avances en cuanto a la revelación del origen del libro.

Gerard Cheshire, investigador asociado a esta universidad, publicó un artículo en la revista Romance Studies describiendo el método empleado en este proceso de análisis. En él declara que el Manuscrito Voynich está escrito en proto-romance.

Según su teoría, se trata de un idioma antecedente de las lenguas romances, que fueron una evolución del latín a partir del siglo VII en Europa y son el español, gallego, catalán, portugués, francés, italiano y rumano.

Por aquel entonces, el latín era el lenguaje utilizado en documentos oficiales por los estratos más altos de la sociedad: el clero, la aristocracia o el gobierno. Las lenguas romances se desarrollaron en el pueblo, derivando en los idiomas que conocemos hoy. Por todo esto, Cheshire afirma que no hay registro alguno de proto-romance, lo que obviamente dificulta todavía la traducción del texto.

El Manuscrito Voynich siendo analizado

No obstante, ese sería exactamente el siguiente paso, la traducción. El investigador reconoce que este proceso requeriría tiempo y financiación. Pero que no sería imposible si logra descifrar un léxico que permita interpretar lo que dice el manuscrito.

Aunque existan ciertos avances en esta investigación, todavía hay muchas conjeturas sobre la autoría y propósito del libro. Conjeturas que se quedan solo en hipótesis sin confirmar hasta el momento.

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