La psicopatía y otros trastornos psicológicos son representados muy habitualmente en el cine y series de televisión a través de algún personaje malvado o, al menos, peculiar. De hecho, cada vez es más frecuente que el personaje principal de la historia tenga algún tipo de desorden y sea esa su característica más llamativa.

Series como House M.D., Dexter, The Big Bang Theory y otros muchos ejemplos, destacan por la contrariedad de la personalidad de sus protagonistas. Ya sea por condiciones psicológicas o psiquiátricas, como la megalomanía, trastorno obsesivo compulsivo, delirios de grandeza, introversión extrema o psicopatía.

Esta última es una de las favoritas de los cineastas por las evidentes posibilidades que representa a la hora de elaborar una trama. Hay infinidad de películas fundamentadas en la vida o acciones de un psicópata, pero este trastorno no siempre estuvo bien representado en la gran pantalla.

El estereotipo de la psicopatía en la historia del cine

A menudo asociamos la psicopatía con los asesinatos, la crueldad, la falta de empatía y la violencia extrema. Es cierto que uno de los aspectos clave dentro de un psicópata diagnosticado es la falta total de empatía hacia otras personas, pero el trastorno en sí es mucho más profundo que el estereotipo que Hollywood nos ha enseñado. En muchas ocasiones está más oculto y se manifiesta en conductas como la manipulación o mentir compulsivamente, no necesariamente en la violencia explícita.

Hannibal Lecter de El silencio de los corderos
Hannibal Lecter de El silencio de los corderos

El cine nos ha dado una visión distorsionada del trastorno con personajes como Freddy Krueger de Pesadilla en Elm Street, Jason Voorhees de Viernes 13, Patrick Bateman de American Psycho, Norman Bates de Psicosis o el mismísimo Hannibal Lecter de El silencio de los corderos.

Pues bien, en 2014 el profesor de psiquiatría Samuel Leistedt hizo una investigación junto con 10 ayudantes para analizar qué personajes de ficción representaba con mayor fidelidad la psicopatía. Después de revisar 400 cintas durante 3 años, abarcando más de un siglo de historia cinematográfica, determinaron que ninguno de los anteriores son psicópatas reales. Más bien consideran que estos personajes responden más a una especie de arquetipo de villano universal, diseñado eso sí, para dar mucho miedo.

El psicópata más realista de la gran pantalla

Tras el estudio, Leistedt elaboró una lista de 126 personajes que sí encajaban en la definición clínica de psicópata. El más realista es Anton Chigurh, personaje interpretado por el actor Javier Bardem en la película No es país para viejos.

Escena de la película No es país para viejos de 2007
Escena de la película No es país para viejos de 2007

Según este análisis, Chigurh convive con su historial de asesino con una sensación de normalidad y naturalidad muy característica. Definitivamente insólita y sorprendente. Su modus operandi es el uso de una pistola de matadero accionada con aire comprimido para acabar con sus víctimas, una herramienta que utiliza con pasmosa felicidad y sin mostrar ninguna molestia. Para los investigadores, esta invulnerabilidad a cualquier tipo de emoción o humanidad lo convierte en el psicópata más realista del cine.

En palabras del actor, que ganó el Oscar por su interpretación en 2007, «Anton Chigurh está tan fuera de toda lógica que la gracia es intentar entrar en su mundo y llevarle a un sitio donde la gente pueda identificarse en algo con él…, aunque sea en su locura».

Después de todo, no es de extrañar que nos sigamos encontrando con personajes malvados estereotipados en el icono del villano loco. El hecho de que sean un arquetipo no significa que no estén bien construidos o no puedan desarrollar una buena historia. Al final todo se trata de entretenimiento. No obstante, lo más probable es que cada vez veamos mejor reflejados los trastornos mentales en la ficción, hecho que implica mayor apertura, conocimiento y también aceptación.

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