El nombre real de Calígula era Cayo César Germánico. Es reconocido como el emperador tirano más trastornado en la historia de Roma. Su reinado del año 37 al 41 d.C. está lleno de asesinatos y libertinaje, a niveles que incluso su infame sobrino Nerón no pudo alcanzar. El tataranieto de Julio César ciertamente dejó huella por su posible locura y actos definitivamente espeluznantes.

La historia de Calígula es un legado que se remonta a miles de años. En su corta vida de solo 29 años, experimentó una terrible tragedia, un odio profundo por el hombre que mató a su familia, un gran poder como emperador de Roma y, finalmente, una muerte brutal. En los últimos años de vida, su comportamiento se volvió tan extravagante y extremo que muchos creen que sufría de locura. Algunos dicen que los acontecimientos de su vida lo condujeron a perder la cabeza, mientras que otros dicen que puede haber estado mentalmente enfermo o haber estado sufriendoo los efectos de alguna enfermedad psicológica.

Roma en el siglo I

Calígula y su familia

Calígula fue el tercer emperador del Imperio Romano. Nació el 31 de agosto del año 12 d.C. en Antium, Italia (conocido ahora como Anzio). Sus padres eran Germanico y Agrippina la vieja, él era uno de seis hijos, con hermanos llamados Nerón, Drusus, Agrippina la joven, Julia Drusilla y Julia Livilla.

A la edad de tres años se le dio el sobrenombre de Calígula, que significa «pequeña bota». Cuando acompañaba a su padre en las campañas, los soldados se divertían con con él y su traje de soldado.

Su padre Germanico era sobrino e hijo adoptivo del emperador Tiberio. Su muerte en el año 19 d.C. estuvo envuelta en rumores sobre que Tiberio había ordenado envenenarlo a causa de la rivalidad política. Agripina la vieja creía que Tiberio era responsable de la muerte de su marido, declarando públicamente que buscaría venganza. En respuesta, Tiberio encarceló a Agripina la vieja, Nerón y Drusus, y los tres perecieron en su cautiverio. Debido a la corta edad de Calígula, se libró de la prisión y fue enviado a vivir con Livia, la madre de Tiberio.

En el año 31 d.C., Calígula fue convocado a la isla de Capri para vivir con Tiberio, viéndose obligado a ocultar el odio que le guardaba. Pronto, Calígula y su primo Gemellus fueron nombrados herederos iguales al trono. Sin embargo, tras la muerte de Tiberio en el año 37 d.C., el aliado de Calígula, Marco, impulsó su nombramiento como emperador absoluto. Poco después, Calígula hizo matar a su primo y a Marco.

Los inicios de Calígula en el poder

Calígula tenía solo 25 años cuando se convirtió en emperador de toda Roma en el 37 d. C. Finalmente, liberado de ser el «prisionero mimado» del asesino de su padre, Calígula fue un emperador amado y bienvenido. Inició con el pie derecho otorgando bonos a los militares, eliminando impuestos injustos y dejando libres a los que habían sido encarcelados injustamente.  Fue anfitrión de lujosas carreras de cuádrigas, espectáculos de gladiadores y obras de teatro.

Busto de Calígula

Unos pocos meses después de su ascensión al poder, Calígula enfermó gravemente, generando sospechas de un posible envenenamiento. Con el tiempo se recuperó de la enfermedad, pero se cree que fue en este punto cuando empezó a perder totalmente la cordura, matando y exiliando a quienes estaban cerca de él.

Después de la ejecución de su primo Tiberio Gemellus, la abuela de Calígula mostró mucha indignación y se hizó notar, pero murió poco después de haberse pronunciado. Este suceso generó más controversia y mientras algunos sostienen que ella se suicidó, otros insisten en que Calígula pudo haberla envenenado. Cualquiera de los escenarios tendría sentido, especialmente sabiendo que a Calígula le gustaba constatar su poder con la frase: «Recuerda que tengo derecho a hacerle cualquier cosa a alguien».

La locura emerge en Calígula

Calígula era a menudo objeto de burla por su aspecto físico. Era un hombre muy alto y pálido, calvo y con un cuerpo extremadamente velludo. Su carácter y despotismo no le permitía tolerar ningún tipo de vejación, con lo que castigaba con la muerte a todos los que se atrevieran a hacer cualquier comentario.

Uno de los actos más soberbios de Calígula fue declarar que era un Dios en la tierra. Ordenó la construcción de un puente entre su palacio y el Templo de Júpiter, para poder «reunirse con las deidades» de vez en cuando. También comenzó a aparecer en público vestido como varios dioses o semidioses y consta en documentos públicos y registros políticos bajo el nombre de Júpiter. En algunos templos, mandó quitar las cabezas de varias estatuas de dioses y las reemplazó con la suya.

Otro ejemplo famoso de la excentricidad de Calígula es la historia de su caballo, Incitatus. Se dice que el emperador sentía tanto cariño por el animal que le dio una casa propia, construida de mármol y marfil. Aparentemente, Calígula planeaba convertir al caballo en cónsul, cosa que finalmente no sucedió nunca.

Calígula con su caballo Incitatus
Calígula con su caballo Incitatus

Odio y declive del emperador

A medida que las acciones de Calígula se volvieron más escandalosas, la gente de Roma comenzó a odiarlo y deseaba con ansia sacarlo del poder. En un momento, Calígula declaró al Senado que abandonaría Roma y se mudaría a Egipto, donde sería adorado como un dios vivo. Probablemente fue cuando Cassius Chaerea, de la Guardia Pretoriana, comenzó a planear su desaparición.

El 24 de enero del año 41 d.C., un grupo de guardias atacó a Calígula después de un evento deportivo. Fue apuñalado más de 30 veces y, tras su muerte, fue enterrado en una tumba poco profunda. Se dijo que Chaerea fue el primero en apuñalar a Calígula, y otros se unieron después. La esposa y la hija del emperador también fueron apuñaladas y asesinadas.

Vincenzo Camuccini, "Morte di Cesare", 1798,
Vincenzo Camuccini, «Morte di Cesare», 1798,

Después de su muerte, el Senado presionó para que Calígula fuera borrado de la historia romana, ordenando la destrucción de sus estatuas y actuando rápidamente para restaurar la República. En un giro inesperado de los acontecimientos, el pueblo de Roma estaba enojado y exigió venganza contra quienes asesinaron a su emperador.

El tío de Calígula, Claudio, se convirtió en el siguiente emperador romano y ordenó la muerte de Chaerea y cualquier otra persona involucrada en la muerte de Calígula.

Si bien su reinado como emperador fue de corta duración, está claro que tuvo un gran impacto en el Imperio Romano. Es posible que nunca sepamos si fue conducido a la locura por las horribles muertes de los miembros de su familia, por envenenamiento o por alguna afección médica o mental no diagnosticada. Sin embargo, una cosa queda clara, Calígula y sus enfermas acciones lo convirtieron en uno de los emperadores romanos más infames y recordados de todos los tiempos.

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