Para los amantes del anime y las historias trascendentales bien contadas, Hayao Miyazaki es poco menos que una deidad dentro del género. Uno de los máximos exponentes, por descontado, equiparable a Walt Disney o Steven Spielberg en la historia reciente de la cinematografía.

Hayao Miyazaki es director de cine, productor, ilustrador y uno de los nombres más importantes en el anime japonés. Fundó Studio Ghibli en 1985 junto con su amigo y mentor Isao Takahata, y lo llevó a ser uno de los mejores estudios de animación del mundo en la actualidad.

Los que conocen sus películas, saben que todas las historias creadas por su equipo esconden una perfiladísima sensibilidad, llena de simbología y metáforas que aluden a un sinfín de mensajes de profundo idealismo moral. Los títulos de Miyazaki filosofan sobre el ser humano y su relación con la naturaleza, su propia evolución fundamentada en una ética pacifista, reflexiones y análisis internos sobre nosotros como especie y nuestra conciencia en la vida.

Hayao Miyazaki

Los personajes fantásticos de Hayao Miyazaki

Para contar su visión del mundo, Miyazaki crea universos inimaginables con un nivel de detalle altísimo. La calidad de sus ilustraciones es inmensa, capaz de envolver una historia en imágenes invaluables de paisajes, emociones y momentos, que incluso nos enseñan lo más profundo del costumbrismo japonés a aquellos que no lo conocemos.

Dentro de su imaginario, uno de sus sellos más característicos son sus criaturas. La manera en la que Hayao Miyazaki representa valores intangibles con un personaje, ya sea humano, animal o directamente inventado, es exquisita. Definitivamente patentó una forma de comunicar las cosas a través de ellos, llegando a traspasar fronteras culturales de todo tipo.

Kaonashi, el espíritu sin cara

Kaonashi es la criatura más interesante de El viaje de Chihiro, una de las películas más queridas y exitosas de Studio Ghibli presentada en 2001.

Kaonashi en El viaje de Chihiro

En este filme, Miyazaki nos habla de la conexión entre el mundo terrenal y el espiritual, y cómo es de necesario la limpieza del alma, del espíritu o del ser de uno mismo. En la historia, Kaonashi representa la búsqueda de la aceptación social y la codicia y ambición extremas. El personaje ofrece oro a cambio de adquirir las características de los demás y así recibir la aprobación de Chihiro, la protagonista.

Los kodamas o espíritus de los bosques

Los kodamas son espíritus ancestrales de la mitología japonesa representados esta vez en la película La Princesa Mononoke de 1997.

Los kodamas de La Princesa Mononoke

Miyazaki nos los presenta como pequeñas criaturas de aspecto curioso y afable que habitan en el bosque y protegen los árboles y la naturaleza de cualquier daño externo. Según las creencias niponas, estos espíritus están ligados a los árboles que custodian, arrojando maldiciones a quienes intentan lastimarlos.

El demonio de fuego Calcifer

En la historia fantástica de 2004 El Castillo Ambulante, Calcifer es un espíritu demonio que representa el corazón de Howl, el protagonista. En esta fábula, Calcifer es el alimento de Howl, lo que lo mantiene vivo y lo que mantiene vivo también a su propio castillo. Una reflexión pacifista sobre la vida y lo que merece la pena experimentar de ella, sobre las razones que motivan a las personas a hacer lo que creen que deben hacer y a aceptarse tal y como son.

Calcifer en El castillo ambulante

Totoro

Mi vecino Totoro, de 1988, es la más reconocida de las películas de Studio Ghibli. Se convirtió en un icono cultural asiático y acabó siendo el símbolo del estudio de animación hasta el día de hoy.

En esta película, Hayao Miyazaki explora los valores ecologistas propios del sintoísmo. El sintoísmo es una religión de origen japonés que honra la naturaleza por encima de todo y venera figuras representadas en estos espíritus de los bosques. De nuevo, uno de los temas favoritos del estudio. En este caso, la historia se desarrolla con cierta inspiración en Alicia en el País de las Maravillas y nos presenta la metáfora naturalista en forma de totoros, una especie de animales similares a los trols de la mitología escandinava, capaces de crear vida y proteger los paisajes.

Mi vecino Totoro de Hayao Miyazaki

Las criaturas malvadas y su aspecto repugnante

Como decíamos antes, las ilustraciones de Hayao Miyazaki están diseñadas con un enorme sentido del detalle. Visualmente, todo tiene una razón de ser y nada es casualidad. Las emociones negativas, la maldad y todo lo que implica obstáculo en el objetivo ideático de las historias e Studio Ghibli, son representadas del mismo modo.

Los personajes antagonistas siempre muestran ese aspecto desagradable, viscoso y sucio. Como una sustancia pegajosa y hedionda que se expande cual enfermedad, contaminando el mensaje trascendental que Miyazaki nos intenta transmitir.

Esta manera tan magnífica de personificar las ideas, de sustituir conceptos por figuras con texturas y color, de escenificar pensamientos profundos, reproduciendo íntimamente una forma tan bella de ver el mundo, es el lenguaje de Hayao Miyazaki. Es su forma de comunicarse con nosotros y abrirnos una puerta a la enorme y ancestral ontología de Japón.

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