La cuarta pared es el muro imaginario que separa el escenario de un teatro del patio de butacas. En el cine o la televisión, es la línea que divide la escena de la película de la audiencia o de los espectadores. Literalmente, es la pantalla invisible a través de la que el público observa la acción, como una ventana a la que nos asomamos para acceder a lo que pasa del otro lado. Un filtro entre realidad o ficción.

Este concepto fue mencionado por primera vez en 1758 por Denis Diderot, un escritor y filósofo francés que teorizó sobre el arte de interpretación en su libro Discurso sobre la poesía dramática. Con el paso del tiempo y la aparición del cine y otras artes, la cuarta pared comenzó a formar parte de los distintos recursos narrativos del género.

La ruptura de la cuarta pared

Se llama romper la cuarta pared al momento específico en que los personajes de la ficción manifiestan una interacción directa con los espectadores. Esto puede suceder mediante diálogo guionizado o improvisado, miradas y otros tipos de lenguaje corporal.

Normalmente se utiliza con el fin de generar algún vínculo con la audiencia, dar explicaciones por debajo de la mesa de algo que sucede en la acción o mera complicidad con el espectador.

Este recurso existe tanto en teatro, cine y televisión como en videojuegos, libros o cómics. Es una técnica muy fácil de identificar por la audiencia, aunque en muchos casos pasa desapercibida.

Algunos ejemplos en el cine y la televisión

Aunque la ruptura de la cuarta pared sea un elemento cada vez más habitual en las producciones contemporáneas, lo cierto es que es casi tan antiguo como el cine mismo. A día de hoy, en el contexto tecnológico en el que nos encontramos, este recurso ha evolucionado a niveles mucho más enriquecidos. Se ha llevado el concepto de muro imaginario inicial a los dispositivos móviles, Internet y la capacidad de interactuar con la historia en tiempo real.

La primera ruptura de la cuarta pared en la historia del cine

La película Asalto y robo de un tren de 1903, dirigida por Edwin S. Porter, es la primera en la historia en romper la cuarta pared. En la escena final, un personaje se dirige al público directamente con su revólver y dispara, habiendo generado probablemente cierto clamor entre la audiencia, dada la novedad del arte en aquella época.

Asalto y robo de un tren

La mirada fija de Norman Bates

Psicosis fue todo un fenómeno del cine de terror en su año de estreno, 1960. Una de las escenas más recordadas de la película de Hitchcock es la mirada fría, intimidante y cómplice del protagonista del filme, Norman Bates, hacia la cámara. Ese momento espeluznante rompe también la cuarta pared e inspiró escenas similares en otros títulos cinematográficos como La Naranja Mecánica de Stanley Kubrick.

Las confidencias de Amélie

Amélie, dirigida por Jean-Pierre Jeunet en 2001, es reconocida por emplear muchos recursos narrativos que terminaron siendo su sello de identidad, como el uso de los colores verde y rojo. En la primera parte de la película, la protagonista se dirige al espectador para compartir una confidencia mientras está en el cine, una ruptura de la cuarta pared en toda regla.

Las explicaciones de Malcolm in the Middle

En este caso nos vamos a las series de televisión. Malcolm in the Middle es una de las ficciones que más utiliza este recurso, cuando el protagonista se dirige a la cámara con toda la intención del mundo para explicar a los espectadores lo que piensa y siente durante la trama del capítulo.

Malcolm in the Middle rompiendo la cuarta pared

Tarantino y sus atrevimientos

Quentin Tarantino es uno de los principales directores de Hollywood, característico por romper paradigmas del género y convertir la violencia en un lenguaje mismo con el que contar sus historias. En sus películas utiliza infinitas técnicas como planos cenitales, planos secuencia, contrapicados, cambios a blanco y negro, cortinillas, superposición de texto y un largo etcétera. Entre toda esta colección, no falta la ruptura de la cuarta pared en Kill Bill Vol. 2, cuando la protagonista literalmente nos resume los acontecimientos de la primera parte antes de comenzar la segunda.

The Office y Modern Family

Estas dos series de ficción utilizan el recurso de manera bastante similar, tratándose en ambos casos de una especie de falso documental. Los personajes rompen la cuarta pared siendo entrevistados directamente o interrumpidos por una cámara que simula ser el espectador mismo. En estos casos existe un diálogo externo a la acción, pero complementario de alguna forma, dándole más sentido a todo lo que sucede.

La complicidad de Frank Underwood

Uno de los pilares del éxito de House of Cards fue el vínculo de complicidad entre los protagonistas y la audiencia. Los espectadores intervienen como testigos de las tretas políticas de los personajes y la forma en que la cuarta pared se rompe hace ver ese vínculo muy íntimo, como si hubiera secretos guardados entre la audiencia y Frank Underwood.

Rupturas de la cuarta pared políticamente incorrectas

Family Guy no se caracteriza por dar a la audiencia lo que pide, ni a nadie. La serie animada es una de las ficciones más ácidas del momento, basada en una crítica social de todo menos indulgente de la que no se escapa ni el mismísimo presidente de los Estados Unidos.

Family Guy

Los personajes de Family Guy rompen constantemente la cuarta pared para dirigirse al espectador con toda clase de argumentos, a veces juicios o incluso insultos, que no hacen más que alimentar el gusto del público. Aunque a veces abriese alguna que otra herida.

La cuarta pared en la actualidad

Hoy en día el recurso de romper la cuarta pared ha alcanzado nuevos paradigmas y posibilidades dentro de la industria del entretenimiento. Series como Black Mirror ya incorporan la posibilidad de interactuar directamente a través de dispositivos móviles e intervenir en la historia de los capítulos.

Algo impensable hasta hace poco, que probablemente pasará a ser la realidad de cada vez más productos cinematográficos. Toda una experiencia nueva y asombrosa que nos lleva a desdibujar los límites entre la realidad y la ficción.

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