¿Quieres tomar la píldora roja o prefieres la píldora azul? Esta es la pregunta que en esencia tiene que ver con aceptar o rechazar las ilusiones que constituyen la vida y la realidad tal y como la conocemos. Este concepto se convirtió en parte de la cultura popular casi de inmediato, después de que Morfeo, el personaje de Lawrence Fishburne se lo planteó a Keanu Reeves, Neo en el universo de The Matrix.

La trama completa de la trilogía se desenvuelve a partir de esta premisa. Al final, es un concepto que ha rondado la mente de muchos de nosotros por más tiempo del que parece.

La 3 cintas que rodean esta historia son consideradas un éxito trascendental para sus directoras, las hermanas Wachowski antes conocidas como los hermanos Wachowski. Tenían su propia visión elaborada de una falsa realidad, que atrapa a la humanidad a medida que la verdadera existencia sigue su curso en un mundo distópico postapocalíptico. En él, las maquinas han creado un velo de distracción para entretener a los humanos y, así, poder utilizarlos como generadores de energía.

Teoría de la cueva de Platón

La primera película y, por mucho, la más respetada de la trilogía, The Matrix, interpreta de manera sublime la alegoría de la cueva de Platón. Imagina una cueva, dentro hay personas que nacieron y pasaron toda su vida allí, encadenadas en una posición fija, solo capaces de ver la pared que hay frente a ellos. Hasta donde ellos saben, eso es el mundo, su universo completo. Las Wachowski se formularon la misma pregunta que Platón: cómo podemos saber cuál es realmente nuestra realidad.

Simulación de la realidad generada por la matrix
Simulación de la realidad generada por la matrix

Cuando Morfeo extrae a Neo de su «cueva», inmersa en la cotidianidad de finales del siglo XX, The Matrix hace una referencia a la analogía del Sol de Platón. El Sol es una metáfora de la naturaleza, de la realidad y del conocimiento. En la teoría de Platón, aquellos que vivían en la cueva solo observaban las sombras proyectadas en la pared generadas por la luz del Sol. Un conocimiento muy distorsionado y alejado de la naturaleza real de los elementos proyectados.

Al respecto, los ojos de los pocos temerosos obligados a salir de su cueva necesitan algo de tiempo para adaptarse, justo al igual que el dolor que siente Neo al abrirlos por primera vez, porque nunca los había usado antes.

Pero cuando uno se «desconecta» de la matrix generadora de ilusiones, un concepto que ahora se conoce gracias a la teoría de la simulación, aún queda un viaje más largo hacia esa realidad realmente real, valga la redundancia.

Filosofía religiosa oriental

La segunda y tercera entrega de esta trilogía implican un nuevo descenso, esta vez hacia la filosofía religiosa oriental. Especialmente la idea de escapar del ciclo de reencarnación del alma eterna a otras formas físicas en un loop infinito, donde el alma deja de vagar y sufrir. Significa una búsqueda espiritual de iluminación, uniendo cuerpo y mente con espíritu. Esto lleva inevitablemente al auto-sacrificio y,  finalmente, dejarse morir.  

Neo se reencuentra con su espíritu, en cierta forma alcanza la iluminación y se convierte en el verdadero salvador de la humanidad. Un elemento narrativo bastante conocido ya en los textos religiosos, incluso fuera de Asia.

Las capacidades de Neo tras alcanzar la iluminación
Las capacidades de Neo tras alcanzar la iluminación

Estas ideas son solo algunas de las teorías filosóficas que las Wachowski exploran en la trilogía de The Matrix. De todas las restantes, puedo destacar la Máquina de experiencias de Robert Nozick, El gran engaño de Descartes y otros conceptos Kantianos que cuestionan la realidad, la causalidad, y el libre albedrío. Sin olvidar las obvias referencias a la tecnología tipo Terminator, o una sociedad postapocalíptica sumisa, que facilmente podemos encontrar en el libro La máquina del tiempo de H.G. Wells.

El lado atemporal de The Matrix

Por supuesto, la exploración ontológica en The Matrix involucra innumerables golpes, patadas y balas voladoras que desafían en gran parte a la gravedad. Cabe mencionar que la mayoría de estos efectos fueron realizados por tecnología CGI, técnicas actuales que nos ponen en perspectiva de la evolución en ingeniería y el estancamiento en filosofía. Por mucho que pase el tiempo, nos seguimos haciendo las mismas preguntas.

El cuestionamiento sobre nuestra existencia en este punto ínfimo de la realidad es tan similar y tan atemporal como el planteado por el erudito Platón en el siglo V a.C.

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