El 4 de febrero de 2019, bajo el gobierno de Vladimir Putin, los fiscales rusos anunciaron que estaban reabriendo una investigación sobre el incidente del paso Dyatlov. Este es uno de los misterios más intrigantes de nuestra era.

Todo empezo a inicios del año 1959. Igor Dyatlov, de 23 años, estudiaba ingeniería de radio en el Instituto Politécnico de los Urales, ahora conocido como la Universidad Federal de los Urales. Dyatlov era un esquiador y excursionista de élite y reunió a un grupo de nueve colegas para acompañarlo en una expedición de 2 semanas, que abarcaría 305.5 km a través de las montañas del norte de los Urales de Otorten y Kholat Syakhl.

No eran personas comunes, al final los ocho hombres y dos mujeres tenían certificación de excursionista de Grado II con experiencia en el recorrido de esquí y, después de completar la próxima expedición, recibirían lo que en ese momento era la certificación más alta posible de la Unión Soviética, Grado III.

Igor Dyatlov

El comienzo de la travesía Dyatlov

En la madrugada del 25 de enero de 1959, el grupo arribó en tren a la ciudad de Ivdel. Luego tomó un camión a Vizhai, básicamente la última parada antes de su viaje. Allí, compraron aliemento y otros suministros.

El 27 de enero comenzaron su caminata y al día siguiente, uno del grupo, Yuri Yudin, se quejó de sentirse mal y regresó a Vizhai. Esta decisión cambiaría su vida y generaría teorías de conspiración hasta hoy.

Los nueve restantes continuaron.

  • Igor Dyatlov, 23 años.
  • Yuri Doroshenko 21 años.
  • Lyudmila Dubinina, 20 años.
  • Yuri Krivonischenko, 23 años.
  • Alexander Kolevatov, 24 años.
  • Zinaida Kolmogorova, 22 años.
  • Rustem Slobodin, 23 años.
  • Nikolai Thibeaux-Brignolles, 23 años.
  • Semyon Zolotaryov, 38 años.
Miembros de la expedición Dyatlov

El campamento

El 31 de enero el grupo llegó a un valle boscoso donde guardaron alimentos y equipos excedentes que pretendían usar al retorno. Al día siguiente, 1 de febrero, iniciaron con movimientos a través del paso que se llamaría en un futuro Paso de Dyatlov. De lo que se recuperó de las cámaras y diarios de los miembros de la expedición, los investigadores pudieron determinar que el grupo tenía intención de acampar esa noche en el lado opuesto del paso.

Durante ese día, sin embargo, las tormentas de nieve arrasaron y el grupo se desvió hacia el oeste, terminando en la cima de la montaña Kholat Syakhl. En el idioma de los pueblos locales, Kholat Syakhl significa Montaña Muerta.

En lugar de tomar la decisión de descender de la montaña a una zona boscosa, como normalmente se recomendaría, decidieron acampar en la ladera de la montaña. Las temperaturas de esa noche fueron particularmente frías, de -25 a -30 grados Cº, y el grupo compartió una gran tienda de campaña.

Un telegrama vencido

Dylatlov había pactado con Yudin que enviaría un telegrama una vez que el grupo regresara a Vizhai, pero cuando no llegó nada en la fecha acordada ni durante una semana después, Yudin avisó a las autoridades. El jefe del Instituto Politécnico de los Urales reunió un equipo de rescate compuesto por estudiantes y maestros. Quedaron horrorizados e impactados, poco después el ejército soviético se involucró.

El 26 de febrero de 1959, los rescatistas del Instituto Politécnico Ural encontraron la tienda del grupo Dyatlov. Fue cortado por la mitad, desde adentro. En la tienda estaban las pertenencias del grupo, incluidos sus zapatos. Fuera de ella había nueve conjuntos de huellas hechas por personas que usaban solo calcetines, un solo zapato o estaban descalzos. Esto comenzaba a dar indicios de que el grupo intentó escapar de algo, no tuvieron oportunidad de vestirse apropiadamente en un clima tan extremo.

Los rescatistas siguieron los nueve conjuntos de huellas, algunas de las cuales se dirigían hacia el borde del bosque cercano a 1,5 kilómetros al noreste desde la tienda. Cabe mencionar que todas las huellas, aunque seguian la misma dirección, eran bastante diferentes, como si las acciones independientes de cada miembro hubiesen sido en circunstancias distintas.  Al borde del bosque, justo debajo de un gran pino, los rescatistas encontraron los restos de un pequeño incendio o fogata y los cuerpos descalzos de Krivonischenko y Doroshenko. Estaban solo en ropa interior.

Sobre los cuerpos había ramas de pino rotas a una altura de cinco metros, lo que indica que uno de los hombres se había subido para mirar algo, tal vez el campamento mismo.

Cuerpos de Doroshenko y Krivonischenko

Entre el árbol y el campamento había tres cuerpos más, Dyatlov, Kolomogorova y Slobodin. Cada uno yacía a varios cientos de metros de distancia el uno del otro.

Los investigadores no encontraron a los cuatro miembros restantes de la expedición hasta el 4 de mayo, que se ubicaron a 75 metros más adentro del bosque desde el pino. Tres de los cuatro habían estado usando más ropa que los demás, y había señales de que a medida que cada uno moría, los que aún seguían vivos se apropiaban de su ropa y así consecutivamente.

El pie de Dubinina estaba envuelto en un trozo de pantalones de lana de Krivonischenko, mientras que Zolotaryov fue encontrado con el abrigo y el sombrero de Dubinina.

Lesiones inexplicables

No fue hasta que se efectuaron las autopsias a todos los miembros de la expedición que las cosas dieron un giro inesperado hacia lo extraño. Thibeaux-Brignolles tenía varias fracturas en el cráneo. Lyudmila Dubinina y Semyon Zolotaryov tuvieron fracturas torácicas importantes, pero ninguno de los cuerpos mostró signos de lesión externa.

El médico forense que los examinó describió la fuerza necesaria para causar las fracturas como algo similar a la de un accidente automovilístico. Era como si hubieran sido sometidos a un alto nivel de presión.

Un cuerpo que mostró lesiones externas fue Dubinina. Le faltaban los ojos, la lengua, parte de los labios, parte de la cara y un fragmento de hueso del cráneo. La piel de sus manos estaba macerada. El cuerpo de Alexander Kolevatov no mostró signos de lesión.

Cuerpos de Dyatlov, kolomogorova y Slobodin

Un intento de explicación

Al principio, las autoridades sovieticas sugirieron que el grupo había sido atacado por locales en el área, los Mansi, pero solo las huellas de los excursionistas eran visibles en la nieve, y ninguno de los cuerpos mostraba signos de pelea o confrontación.

La investigación oficial sobre las muertes encontró que:

  • Seis miembros del grupo murieron por hipotermia, mientras que tres tuvieron heridas fatales.
  • En el momento del incidente no había otras personas en Kholat Syakhl aparte del grupo Dyatlov.
  • Todos los miembros de la expedición murieron entre 6 y 8 horas después de su última comida.
  • Tres prendas separaas de ropa encontradas en dos de los cuerpos eran radiactivas.

La investigación oficial concluyó que las muertes de los excursionistas fueron como resultado de «una fuerza natural convincente». Según la agencia de noticias AFP, los resultados de la investigación permanecieron secretos hasta la década de 1970.

Al reaperturar una investigación sobre el incidente en febrero de 2019, CNN informó que solo se estaban considerando tres posibles explicaciones: una avalancha, una avalancha de «losa de nieve» o un huracán. Ninguna de estas teorías logra explicar realmente lo sucedido.

En cuanto a una explicación de avalancha, no hubo signos de que se hubiera producido y los cuerpos que se encontraron dentro de los diez días posteriores al evento estaban cubiertos con solo una capa de nieve muy poco profunda. Desde el incidente, se han llevado a cabo más de 100 expediciones al área, y ninguna ha reportado una avalancha. Alexander Zolotaryov estaba estudiando para obtener su Certificado de Maestría en instrucción de esquí y senderismo de montaña y ni él ni Dyatlov habrían acampado en ningún lugar con el riesgo de una posible avalancha.

La explicación más aceptada del enigma de Dyatlov

Una de las teorías que más resuenan es la de un programa tecnológico secreto realizado por la KGB que simplemente terminó mal. Según esta hipótesis había dos oficiales de la KGB en el grupo Dyatlov. Posiblemente estaban llevando a cabo una misión para brindar apoyo a un experimento inducido por una tecnología desonocida. El grupo llevaba un gran lote de equipo fotográfico que era completamente atípico, de expediciones altamente complejas, que requieren un alivio máximo de su carga. Esta teoría está respaldada por el hecho de que solo cuatro de los diez rollos de película de todas las cámaras se han conservado y se desconoce qué pasó con el resto.

Este caso sigue intrigando al mundo, no solo en Rusia, sino a todos. Después de 61 años no se tiene idea de qué pasó con el grupo de expedición, se han escuchado teorías de ovnis, alieningenas, drogas y suicidios, pero más allá de dar expicación, suenan como respuestas fáciles a un enigma que posiblemente nunca lleguemos a resolver.

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