Siendo que Marvel nos está «mal» acostumbrando a una correcta y bien lograda continuidad en lo que ya es una de las mejores y mayores sagas de la historia del cine, resulta algo difícil encontrar valor en las propuestas traídas por DC Comics. Su inexplicable insistencia por rehacer infinitas veces las mismas películas, ya sea en forma de remake o con nuevos montajes de Zack Snyder, no deja de meternos en el mismo bucle una y otra vez. Pero al margen del hartazgo de la audiencia por vivir en un día de la marmota obligado (cuando material tienen para rato), quizá encontremos un lado bueno. La posibilidad de ver a un personaje interpretado tropecientas veces por tropecientos actores, del que alguno será el bueno. Estas comparaciones odiosas son las que a veces dan sabor a las palomitas. Aunque la obviedad termine dejándonos con mal sabor de boca, porque todo tiempo pasado fue mejor. En toda esta marabunta de apreciaciones, destacaríamos al que probablemente fue uno de los mejores villanos de la franquicia más explotada de DC, El Pingüino de Batman. Pero no cualquier Pingüino, solamente el de Danny DeVito.

La interpretación de Danny DeVito bajo el comando de Tim Burton

Batman Returns de Tim Burton es para muchos la mejor película de esta interminable serie, con permiso de Christopher Nolan. La versatilidad de Danny DeVito construyó al grotesco y oscuro personaje. Un villano memorable y sobradamente destacado no solo por sus fechorías sino también por su aspecto escabroso y bastante desagradable.

Esa lobreguez que solo alcanza Burton es la que mejor le queda a Batman y a DC en conjunto. Esa línea de cine negro que debería adoptar al más puro estilo Watchmen, por mucho que se empeñen en lo contrario.

El sombrío Pingüino que tanto ensalzó la película de 1992, se distingue del resto de personajes malvados de la franquicia por su habilidad y cordura. A diferencia de otros villanos, incapaces de controlar su mente, El Pingüino se encuentra perfectamente en sus cabales. Todo el mal que hace es por vocación criminal y su propia villanía, haciéndolo como poco más interesante que el resto. Esta capacidad innata es la que le lleva a patrocinar todo tipo de crímenes en las bajas zonas de Gotham. Y alimentar su extraña relación de intereses con el mismo Batman, comerciando información a cambio de favores.

La transformación de Danny DeVito en el papel de El Pingüino
La transformación de Danny DeVito en el papel de El Pingüino
Fuente de la imagen: Twitter

Para sorpresa de muchos, Danny DeVito le ganó el papel a Rowan Atkinson, quien pudiera haber hecho un trabajo bastante curioso y también memorable. La caracterización del personaje le costaba al actor entre 3 y 4 horas de maquillaje y lo llevó a no deshacerse del papel ni siquiera en las horas de descanso. Todo por perfeccionar su trabajo y dar mejor resultado.

Rodeado de pingüinos reales en el set, comiendo pescado crudo y gargajeando saliva de color negro, la repugnancia que logró Danny DeVito le costó, muy a su pesar, una nominación al Razzie. Sin embargo, para toda la audiencia siempre será el mejor villano de Batman.

El Pingüino de Colin Farrell y lo que sigue

Volviendo al tema de los remakes y las segundas oportunidades, esta vez nos toca ver a otro Pingüino interpretado por Colin Farrell en The Batman. El que un día se enfrentó a un Michael Keaton bastante digno, lo hará próximamente con Robert Pattinson. La película llegará a los cines en 2022 y, por lo que se rumorea, puede que también haya un spin off del personaje siniestro.

Por lo que se sabe, El Pingüino está desarrollando su propia serie para HBO Max, apoyada por Warner Bros. La ficción narrará el ascenso al poder del villano en el inframundo criminal de Gotham. Y formará parte, en todo caso, de la intrincada y disparatada red de películas y lanzamientos redundantes de DC Comics. Una sucesión inconexa de historias, algunas repetidas, otras alternativas, que nos obliga a buscar el deleite en lo más pequeño como un personaje, por encontrarlo en algún lado.

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