¿Qué hay después de la muerte? Esta pregunta ha rondado la cabeza de la mayoría de nosotros. Ha sido tema de numerosas tertulias filosóficas en las que, al final, todo termina con una especulación vaga y una duda eterna que probablemente nunca será contestada. Pero, qué tal si en lugar de morir pudiéramos transferir nuestra consciencia a un dispositivo, a un organismo tecnológico. Pues aunque parezca ciencia ficción, ya llevamos mucho camino avanzado en esta teoría, más concretamente llamada la Iniciativa 2045.

Los antecedentes de la Iniciativa 2045

Un empresario ruso multimillonario está trabajando en el que considera su objetivo vida: cargar el contenido de su cerebro en una computadora y así trascender en el tiempo. Dmitry Itskov, fundador de la Iniciativa 2045, es un conocido emprendedor que hizo su fortuna en los medios de Internet.

Este proyecto funciona como una organización. Trabaja a través de una red de científicos reconocidos para desarrollar la ‘inmortalidad cibernética’ en el futuro próximo. Itskov, de 39 años, teme obsesivamente no llegar con vida al año 2050 sin la ayuda de esta tecnología. Sin embargo, al perfeccionar el mapeo del cerebro humano y transferir su conciencia a una computadora, podría “vivir” mucho más tiempo. Ya sea en una computadora, en un tipo de robot antropomorfo, o como un simple holograma.

Representación artística del nexo entre cerebro y máquina

El proyecto en marcha

Todo comenzó en el año 2011. El joven emprendedor inició los planes para desarrollar esta tecnología, presentó un esquema escalable de etapas en las que cada determinado tiempo se alcanzaría una meta hasta llegar a la transición completa.

En aquel momento nadie lo tomó muy en serio. Pero ahora, 9 años después, ha mostrado avances bastante significativos, lo que ha generado el cambio de opinión en mucha gente.

Sus últimos planteamientos defienden que en los próximos cinco años se se desarrollará un cuerpo biomecánico en el que podremos trasplantar un cerebro humano después de la muerte. Para el año 2035, en una siguiente etapa, se creará un avatar con un cerebro artificial que puede albergar una personalidad humana. Finalmente, en 2045, la consciencia estará contenida en una computadora y se representaría en forma de holograma. Estas propuestas, que ahora nos parecen imposibles, significarían una nueva era para la humanidad.

Proyección temporal de la Iniciativa 2045

No obstante, la Iniciativa 2045 no termina ahí. El programa está meticulosamente estructurado hasta el año 2080.

Indudablemente se trata de un objetivo muy ambicioso y hay mucho debate en la comunidad científica sobre si las complejidades del cerebro humano pueden incluso replicarse dentro de una máquina. Algunas de las bases teóricas de este proyecto no han sido probadas.

Las proyecciones de la Iniciativa 2045

Tras su planteamiento inicial, Dmitry Itskov aumentó la proyección a futuro de la Iniciativa 2045 contemplando las siguientes etapas:

  • 2045 – Se crean los primeros enlaces de cerebro a máquina.
  • 2050 – El proyecto sería accesible solamente a los estratos de más alto poder adquisitivo.
  • 2060 – Se diversificarían los costes y habría apertura a la clase media y trabajadora.
  • 2070 – Fase final de la apertura económica alcanzando su totalidad. Todas las clases tendrían acceso al sistema.
  • 2080 – Los seres humanos ya no mueren. Los cuerpos de los robots estarían subvencionados por el estado y existiría la posibilidad de transmitir una sola consciencia en más de un robot.

Con todo, Itskov ya comenzó a planificar su inmortalidad digital. Ha declarado en múltiples medios de comunicación que se ve a sí mismo controlando múltiples cuerpos en diferentes formas, viviendo en la Tierra y en el espacio a la vez, mientras su consciencia se mueve entre ellos.

Tal vez, en esta ocasión, el hecho de llevar a cabo este concepto tan complejo se encuentra más lejos de lo que Dmitri cree. Aunque, nunca mejor dicho, el tiempo lo dirá.

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