Un mago jamás revela sus secretos, o al menos esa es la premisa que escuchamos en todos los espectáculos de magia. Cuanto más misterioso es un truco, más divertido y atractivo resulta para el público. David Copperfield es el mejor en este negocio, habiendo conseguido hasta 11 récords mundiales Guinness por trucos de magia.

Se convirtió en mago a la temprana edad de 12 años. Era el miembro más joven de la Sociedad de Magos Estadounidenses, y poco después fue descubierto por algunos productores de televisión, lo que aceleró su carrera hacia el estrellato.

Algunas de sus ilusiones más famosas incluyen poder de volar, el teletransporte, la desaparición de la Estatua de la Libertad o el paso a través de la Gran Muralla China. Todos estos trucos tienen su explicación y se basan completamente en la ciencia.

Los fundamentos de la magia de David Copperfield

La relación entre magia y la ciencia es bidireccional. Desde tiempos inmemoriales, las 2 han mantenido un matrimonio bastante inusual. Antiguamente, cualquier curioso que despertaba sus intereses científicos terminaba tachado de brujo/a y quemado en la hoguera. Hoy en día los roles han cambiado y la ciencia ha abarcado más terreno, ganando credibilidad y seguidores. Mientras que la magia pasó de ser un terrible tabú a un divertido entretenimiento social.

La magia tiene una conexión con los distintos tipos de ciencias, las formales, las físicas, las sociales y las aplicadas. Los magos utilizan métodos derivados de cada una de estas subdivisiones para crear trucos complejos que todavía hoy nos pueden sorprender.

David Copperfield en una ilusión en la que divide su cuerpo
David Copperfield en una ilusión en la que divide su cuerpo

Las Ciencias Formales

Las ciencias formales son aquellos campos de investigación sin una relación directa con la realidad. Las matemáticas y la informática no estudian la naturaleza o los seres humanos, sino conceptos puramente abstractos de números, formas o algoritmos.

La mayoría de los trucos de magia matemática utilizan números como método para crear un efecto fantástico. Los magos también usan otras ramas como la geometría y la topología para realizar ilusiones que aparentan ser complejas, pero que en realidad no lo son.

Las Ciencias Físicas

Las ciencias físicas estudian el mundo sin vida a través de la física y la química, que los magos aplican para realizar ciertas manipulaciones. Un ejemplo famoso es el cofre ligero y pesado, que utiliza electroimanes para crear la ilusión de que su peso puede variar.

Este método fue utilizado por el mago del siglo XIX Jean-Eugène Robert Houdin, para convencer a los rebeldes argelinos de que los franceses eran más poderosos que ellos.

Las Ciencias Sociales y la magia

La mayoría de los trucos de magia despliegan principios de la psicología para crear la ilusión de lo imposible. La distracción es el principio fundamental en la mayoría de los casos.

Muchos psicólogos han estudiado este fenómeno con gran detalle. En un sentido estricto, la distracción busca desviar la atención del espectador hacia aquellas partes de la actuación que se basan en la narrativa, en lugar de la parte técnica donde el evento real está sucediendo.

Las Ciencias Aplicadas

Los magos a menudo construyen aparatos elaborados que requieren un nivel razonable de conocimientos en ingeniería para asegurar su buen funcionamiento.

La ingeniería y la tecnología de la información se pueden emplear como método para desarrollar el truco. Muchos magos son bastante creativos en el diseño y construcción de algunos de estos aparatos mágicos.

David Copperfield atraviesa la Gran Muralla China

Este truco, quizá uno de los más conocidos del mediático ilusionista, comienza con David Copperfield sobre una plataforma, dispuesto a atravesar el muro de piedra de la Muralla China. La base de la plataforma, aunque parece ser hueca, en realidad tiene un espacio oculto por varios efectos ópticos donde el mago puede caber dentro. Esto es difícil de creer porque está diseñado de forma engañosa, con tablas comúnmente utilizadas por prestidigitadores escénicos. A este tipo de objetos se les denomina de «base fina».

Para dar inicio a la función, se despliegan unos paneles translúcidos que muestran una sombra y esconden lo que realmente está pasando. La sombra es en realidad una proyección falsa que sirve como primera distracción para que el mago entre en la base. La superficie de la base suele tener una trampilla hecha de dos piezas superpuestas de lycra negra, con el fin de hacer un juego de luces. El mago puede pasar fácilmente perdiéndose en los puntos ciegos de la oscuridad y la gran ventaja de la lycra es que se cierra automáticamente.

En este punto, vemos la proyección de la sombra penetrar en la muralla, literalmente alejando la vista del espectador de la base y del mago. Tan pronto como la sombra desaparece, bajan los paneles y se observa que el mago ha desparecido. Posteriormente, la plataforma sale del plano principal de la cámara con el mago adentro. David Copperfield se retira de ella tranquilamente y pasa al otro lado de la muralla por medios convencionales fuera de nuestra vista y lejos de la audiencia.

Retransmisión del truco de David Copperfield en la Gran Muralla China

El mago ahora entra en una nueva plataforma de mismas características al otro lado de la pared, situada precisamente en el punto del que se supone que debe salir. Ahora se emplea una técnica «novedosa» para que parezca que está emergiendo del muro. Dos asistentes sostienen una tela que simulan el intento del mago por atravesar la pared y se ven dos manos tratando de empujar desde dentro. Aunque en su momento el efecto fue bastante realista, si se observa con atención puede percibirse que las manos en realidad pertenecen a los asistentes. Nuevamente, esto lo hacen para dirigir la atención del público a ese punto mientras el mago, escondido, aguarda su gran momento.

Finalmente, se levantan los paneles laterales y se proyecta otra sombra del mago emergiendo de la pared. Mientras esto sucede, David Copperfield tiene el tiempo suficiente para salir de la base y, cuando retiran ambos lados, aparenta que mágicamente ha logrado atravesar la Gran Muralla.

David Copperfield desaparece la Estatua de la Libertad

Otra asombrosa ilusión es en la que David Copperfield hace desaparecer la Estatua de la Libertad frente a una audiencia en vivo.

Retransmisión del truco de David Copperfield en la Estatua de la Libertad

La explicación en este caso es bastante sencilla: lo que hizo Copperfield no fue mover la estatua, sino a la audiencia. El público está situado en una plataforma móvil que puede cambiar de posición sin que ellos se den cuenta. Para presentar la función, la audiencia observa a la estatua desde una ubicación inicial. Se cubre el espacio con un telón durante unos instantes y la plataforma se mueve, cambiando el punto de vista de la audiencia que terminaría mirando hacia la nada. Al desplegar el telón, el truco estaría realizado, completándose más tarde «regresando a la normalidad» con el mismo movimiento en dirección inversa.

Aunque ahora veamos estas ilusiones como absurdas y hasta obsoletas, en su momento crearon una enorme expectación en el público de todo el mundo. También es cierto que al conocer lo que hay detrás del truco, la magia pierde toda la sustancia. Pero desde un punto de vista técnico, resulta muy interesante cómo la ciencia, la ingeniería y la distracción respaldan cada movimiento.

David Copperfield logró encumbrarse dentro de su gremio como uno de los magos más importantes a nivel internacional. En parte por su excelente uso del marketing, ya que utilizar elementos como la Gran Muralla China o la Estatua de la Libertad aportan más atractivo que un par de barajas de naipes. Después de todo, la verdadera magia no es tanto un asunto sobrenatural, sino que se esconde tras de la creatividad y la perspicacia de los más hábiles.

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