Tener el corazón roto o el corazón partío, como decía Alejandro Sanz, es una metáfora más que extendida para aludir al desamor y a las rupturas. Pero lejos de los símbolos y las alegorías, hay un porqué científico detrás de ese sentimiento de desazón profunda que a veces se percibe físicamente.

Se trata del síndrome del corazón roto. Una afección cardíaca real y temporal generada a raíz de situaciones estresantes y emociones súbitas y extremas. Tiene otras nomenclaturas menos románticas, como miocardiopatía por estrés, miocardiopatía de takotsubo o síndrome de abombamiento apical. Aunque suene grave o muy complejo, sus síntomas son tratables y reversibles en días o semanas, sin rastro de secuelas en la mayoría de los casos.

Cómo se siente, literalmente, tener el corazón roto

Las personas que sufren el síndrome del corazón roto pueden experimentar cierto dolor torácico repentino y dificultades para respirar.

Estos síntomas pueden confundirse fácilmente con un ataque cardíaco. Pero la diferencia fundamental es que este síndrome afecta directamente al miocardio, el músculo del corazón, no a las arterias coronarias.

Durante el episodio, el miocardio se resiente hasta el punto de alterar la actividad del ventrículo izquierdo e interrumpir temporalmente la función normal de bombeo de sangre. Mientras esto sucede, las otras partes del corazón siguen funcionando sin problemas, por lo que no implica por lo general otras complicaciones.

Las causas del síndrome

Las causas del síndrome del corazón roto no están del todo claras, aunque por lo general se relaciona con un aumento en el nivel de hormonas vinculadas al estrés, como la adrenalina.

Suele desencadenarse después de un evento físico o emocional de alta intensidad, como el fallecimiento de un ser querido, conflictos fuertes, malas noticias, sorpresas inesperadas, ambientes de abuso, problemas financieros y, por supuesto, divorcios y rupturas amorosas.

En raras ocasiones, algunos medicamentos pueden provocar estos síntomas, como la Epinefrina y otros estimulantes.

Electrocardiograma
Fuente de la imagen: Pexels

Las diferencias entre el síndrome del corazón roto y el ataque cardíaco

Pese a sus similitudes en los síntomas, el síndrome del corazón roto y el ataque cardíaco son muy diferentes.

Los ataques cardíacos se deben a una obstrucción parcial o total en las arterias coronarias. Esto puede deberse a la aparición de coágulos de sangre atrapados en estrechamientos generados por la acumulación de grasa en los vasos.

En cambio, en el síndrome del corazón roto las arterias no están bloqueadas, aunque sí puede presentarse cierta reducción en el flujo sanguíneo.

En ámbitos generales, el síndrome del corazón es más habitual en mujeres que en hombres, especialmente a partir de los 50 años. Casos con antecedentes neurológicos, como lesiones o convulsiones, o psiquiátricos, como ansiedad o depresión, son también más propensos a sufrir este cuadro.

Cómo evitar que nos rompan el corazón

En asuntos de romance, no podemos evitar las desavenencias amorosas que puedan suceder o cualquier otro conflicto social importante. Pero sí es posible reconocer y aprender a manejar el estrés de la vida diaria y gestionar mejor las emociones.

Con un estado mental saludable y un balance general en la asimilación y externalización de sentimientos, las posibilidades de sufrir el síndrome del corazón roto disminuyen notablemente.

En cuanto a la medicina en particular, existen soluciones y tratamientos que bloquean los efectos dañinos de las hormonas del estrés en el corazón. Al fin y al cabo, nadie está exento de que le rompan el corazón.

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