Buena parte de los acontecimientos del hundimiento del Titanic, aquel 15 de abril de 1912, se conocen en la cultura popular por la película de 1997. Hacia el final del testimonio de Rose, cuando el barco está a punto de sumergirse, la historia narra cómo la orquesta se pone de acuerdo para interpretar una melodía en particular. Una canción que, por encima de todo, suena a melancolía, sufrimiento y resignación. Se trata de Nearer, my God, to Thee, traducida al español como Cerca de ti, Señor. Y según las supuestas declaraciones de varios supervivientes del suceso en la realidad, sí que es cierto que la tocaron.

‘Nearer, my God, to Thee’ como himno cristiano

Nearer, my God, to Thee está considerado un himno cristiano. Es resultado de un poema escrito por la poetisa británica Sarah Flower Adams en 1841. Al que su hermana compositora, Eliza Flower, puso música tiempo después para la colección Hymns and Anthems de William Johnson Fox.

La letra de la canción está basada en un pasaje de la Biblia. Concretamente, Génesis 28:11-12, la historia de la Escalera de Jacob.

El himno tiene un significado muy arraigado en la cultura y la historia inglesa, pasando por varias adaptaciones a lo largo del tiempo tanto en la letra misma como en la melodía. Sin embargo, en el resto del mundo, se asocia inevitablemente con el hundimiento del Titanic. Uno de los eventos más nefastos de principios del siglo XX.

Escena de la película de 1997
Fuente del vídeo: YouTube Janie94

La banda sonora en vivo del hundimiento del Titanic

Según el testimonio de varios supervivientes del Titanic, la orquesta del barco interpretó Nearer, my God, to Thee mientras éste se estaba hundiendo. Se refirieron a ella de acuerdo a los diferentes nombres que adoptó en función a las versiones que la propia gente conocía. Y fue así, con esas mismas versiones, como se representó en diferentes películas como la de James Cameron en el 97.

De acuerdo a la historia del hundimiento, el director de la orquesta Wallace Hartley era un apasionado de la canción. Y, como tal, había hecho constar sus deseos de que sonase en su funeral. Se dice que, mientras el Titanic se estaba sumergiendo casi hasta su final, los pasajeros resignados pidieron a la orquesta himnos religiosos que acompañasen a su inevitable tragedia. Fue así como comenzaron a interpretarla, creando una de las escenas más dramáticas conocidas.

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