Nicolas Ferrial, también conocido como Triboulet en 1479, fue uno de los bufones más célebres de la historia. Sirvió a dos reyes franceses, Luis XII y Francisco I. Tenía todas las cualidades necesarias para ser un buen bufón de la corte, y lo más importante, el don del ingenio rápido. Pero esta rapidez intelectual no solo lo hizo exitoso, sino que también resultó ser su perdición. Aunque finalmente, el mismo talento le salvó la vida.

Las 2 ocasiones en las que Triboulet estuvo más cerca de la muerte

A pesar de que no se le consideraba brillante en lo académico, Triboulet era extremadamente inteligente. Sus bromas solían exponer la hipocresía, la codicia, la cobardía y otras emociones bajas dentro de los círculos íntimos de los reyes. Evidenciar estas cosas era su trabajo y lo hizo bastante bien. Pero a veces su ingenio lo llevaba más allá de lo socialmente aceptable, incluso para un tonto de la corte.

En una ocasión, un noble del que se burló lo amenazó con golpearlo y colgarlo. Así que Triboulet fue al rey Francisco I y le contó sobre esto. El rey, magnánimo, le aseguró que si lo mataban, el noble sería decapitado no más de 15 minutos después. A lo que Triboulet respondió: «Bueno, ¿sería posible decapitarlo 15 minutos antes?» Su respuesta tuvo sentido, pero no fue bien recibida.

Bufón
Fuente de la imagen: Ok Noticias

Tiempo más tarde, puso a prueba su suerte una vez más humillando físicamente al rey. Después de contar un chiste, el bufón abofeteó el trasero real de Francisco I en medio de las carcajadas de toda la corte. El monarca amenazó con colgarlo por ello, a menos que pudiera presentar una disculpa aún más ofensiva que ese acto.

«¡Lo siento mucho, majestad, no haberle reconocido! ¡Lo confundí con la Reina!«, dijo Triboulet. Semejante atrevimiento llevó al rey a la decisión de ejecutarlo, a pesar del trato que habían hecho. Pero dado que Triboulet estaba físicamente discapacitado y probablemente «tenía poderes mágicos”, Francisco I le ofreció elegir su forma de morir.

Entonces, el bufón eligió. «Buen señor, por el bien de Saint Nitouche y Saint Pansard, mecenas de la locura, elijo morir de vejez«.

Esta broma quebró por completo la ira del rey y a Triboulet se le perdonó la vida, cumpliendo solo con el exilio del reino.

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