El mito azteca de la creación, que describe cómo se originó el mundo, recibe el nombre de la leyenda del Quinto Sol. Cuenta con varias versiones diferentes debido a dos razones principales. En primer lugar, durante el apogeo de la civilización azteca las historias se transmitían por tradición oral. En segundo lugar, las leyendas se adaptaban y modificaban de acuerdo a las preferencias de grupo según las conquistas.

La versión más popular se basa en que, en el momento de la colonización española, el mundo se encontraba en la quinta era de un ciclo de creación y destrucción. Es decir, los aztecas creían que el planeta había sido creado y destruido cuatro veces antes. Cuatro ciclos, llamados soles, durante los que diferentes dioses gobernaron la Tierra para después destruirla.

El origen del mundo según el mito azteca

Al principio, según la mitología azteca, Tonacacihuatl y Tonacateuctli dieron a luz a cuatro hijos, los Tezcatlipocas del Este, Norte, Sur y Oeste. A lo largo de 600 años, los cuatro dioses se dedicaron a la creación del universo, incluido el tiempo cósmico. Crearon el mundo y a todas las demás deidades.

Después de la creación del mundo, los dioses dieron luz a los humanos. Pero para lograr darles vida, uno de ellos tuvo que sacrificarse saltando al fuego, un cierto paralelismo a la historia griega de Prometeo. Cada sol subsecuente se creó por el sacrificio personal de al menos uno de los dioses. Por lo tanto, un elemento clave de la mitología, como en toda la cultura azteca, es que se requiere un sacrificio para la renovación.

Los cuatro soles

  • El primer dios en sacrificarse fue Tezcatlipoca, quien saltó al fuego y encendió el Primer Sol, llamado el sol del fuego. En este período el mundo estuvo habitado por gigantes que solo comían bellotas y llegó a su fin cuando fueron devorados por jaguares. El mundo duró 676 años, o 13 ciclos de 52 años, según el calendario azteca.
  • El Segundo Sol o sol del viento estaba gobernado por Quetzalcoatl. Aquí, la tierra estaba poblada por humanos que solo comían piñones. Este mundo llegó a su fin a causa de catastróficos huracanes e inundaciones. Los pocos supervivientes huyeron a las copas de los árboles y se transformaron en monos. Este periodo también duró 676 años.
  • El Tercer Sol, o sol de lluvia, estaba dominado por el agua. Lo gobernaba el dios de la lluvia, Tlaloc, y su gente comía semillas que crecían en el agua. Este mundo llegó a su fin cuando empezó a llover fuego y cenizas. Los sobrevivientes se convirtieron en pavos, mariposas o perros. Duró sólo siete ciclos o 364 años.
  • El Cuarto Sol, el sol de agua, estaba gobernado por la diosa Chalchiuthlicue, hermana y esposa de Tlaloc. Aquí, la gente comía maíz. Una gran inundación marcó el fin de este mundo y todos se transformaron en peces. Como el primero y el segundo, duró 676 años.
Escena de sacrificio en la película Apocalypto
Escena de sacrificio en la película Apocalypto
Fuente de la imagen: Walt Disney Studios

La creación del Quinto Sol

Al final del Cuarto Sol, los dioses se reunieron en Teotihuacán para decidir quién tenía que sacrificarse para que comenzara el nuevo mundo. El dios Huehuetéotl, uno de los más antiguos, encendió una hoguera de sacrificio, pero ninguno de los dioses más importantes quiso saltar a las llamas. El rico y orgulloso Tecuciztecatl, señor de los caracoles, dudó en hacerlo y, durante esa vacilación, el humilde y pobre Nanahuatzin, dios de las llagas, saltó a las llamas y se convirtió en el nuevo sol.

Tecuciztecatl saltó tras él para convertirse en un sol hermano. Pero dos soles abrumarían al mundo, así que le lanzaron un conejo y se convirtió en la luna. Ambos cuerpos celestes fueron puestos en movimiento por Ehecatl, el dios del espacio.

La consumación del Quinto Sol

El Quinto Sol, el que vivimos actualmente según el mito, se caracteriza por el signo del día ollin, que significa movimiento. Según las creencias aztecas, esto indica que este mundo llegaría a su fin a causa de terremotos y que la población sería devorada por los monstruos del cielo.

Los aztecas se consideraban a sí mismos el Pueblo del Sol y, por lo tanto, su deber era nutrir al dios Sol a través de ofrendas y sacrificios de sangre. De no hacerlo, provocaría el fin y la desaparición del último sol del cielo.

Al final de cada periodo de 52 años, los sacerdotes aztecas llevaban a cabo la ceremonia del Fuego Nuevo, o unión de los años. Actualmente y de acuerdo a todo esto, todavía se espera el final del Quinto Sol.

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