Como la mayoría de leyendas en la mitología griega, esta historia fue creada con el fin de dar explicación a acontecimientos reales del entorno y otorgar tranquilidad a aquellas personas de la época que vivian con la incertidumbre del día a día. En específico, era la forma en que los antiguos griegos explicaban el cambio de las estaciones, el ciclo eterno de la muerte y el renacimiento de la naturaleza. Perséfone se entiende en la mente de las personas como una niña ingenua que fluye entre la protección de la madre y el amor de su esposo. El mito de Perséfone fue muy popular en la antigüedad y se dice que su historia estuvo representada en las grandes celebraciones privadas y secretas de la antigua Grecia.

La obsesión de Hades

Según la mitología griega, Perséfone era hija del Dios principal Zeus y Deméter, la diosa de la cosecha y la fertilidad. Creció siendo una chica encantadora y dulce que atraía la atención de muchos dioses. Sin embargo, Su madre tenía un amor obsesivo por ella, ya que era hija única, y la mantenía alejada de todos los hombres.

El pretendiente más persistente de Perséfone fue Hades, el Dios del inframundo. Era un ser de personalidad dura y mediana edad, que vivía en la oscuridad entre las sombras de los muertos. Según la leyenda, su corazón se suavizó cuando vio a Perséfone y se cautivó por su carácter, frescura y energizante apariencia. Hades le advirtió a Deméter que se casaría con su hija, ella se enfureció y dijo que no había la menor posibilidad de que eso sucediera. Hades, desconsolado, decidió llevarse a Perséfone sin importar las consecuencias.

Hades llevándose a Perséfone al Inframundo
Representación de Hades llevándose a Perséfone al inframundo

Un día, mientras la joven jugaba y recogía flores junto a sus amigas en un valle extenso lleno de vida, encontró el narciso más hermoso que había visto en su vida. Cuando se agachó para recoger la flor, la tierra bajo sus pies se abrió de repente como si fuera una fosa del infierno. A través del hueco, el propio Hades salió en su carro llevado por caballos negros, agarró a Perséfone antes de que ella pudiera gritar pidiendo ayuda y descendió al inframundo mientras la brecha en la tierra se cerraba tras ellos.

Buscando desesperadamente a Perséfone

Las otras mujeres no habían visto nada porque todo sucedió muy rápido. Nadie tenía idea de la repentina desaparición de Perséfone. Todo el incidente, sin embargo, había sido presenciado por Zeus, padre de la doncella y hermano del secuestrador, así como por Helios, Dios del sol.

Zeus decidió guardar silencio, sobre todo para evitar una difícil pelea con su hermano. Helios, por su parte, pensó sabiamente que era mejor no involucrarse en asuntos que no le importaban.

Deméter, angustiada y desconsolada, vagó por la tierra buscando a su hija hasta que su amiga Hécate, diosa del desierto y el parto, le aconsejó que buscara la ayuda de Helios para encontrar a su hija. Helios aceptó ayudarla y le reveló que Perséfone había sido secuestrada por Hades. Cuando escuchó eso, Deméter se volvió loca y buscó la venganza inmediata. Helios la disuadió y sugirió que quizá no era tan malo para Perséfone ser la pareja de Hades y, por ende, reina de los muertos.

La intervención de Zeus

Deméter no podía dejar pasar esta ofensa. Estaba furiosa y creía profundamente que Hades no era el esposo adecuado para su hija. Se enfrentó a Zeus por no haberle revelado lo sucedido. Para castigar a los dioses, Deméter decidió tomar un largo e indefinido descanso de sus deberes como la Diosa de la cosecha y la fertilidad, ocasionando consecuencias devastadoras. La tierra comenzó a secarse, las cosechas fracasaron, las plantas perdieron su fruto, los animales murieron por falta de alimentos y el hambre se extendió por toda la tierra.

Los lamentos de las personas que sufrían en la tierra llegaron al Olimpo y a oídos de Zeus. El poderoso Dios finalmente se dio cuenta de que si no hacía algo con la ira de su esposa, toda la humanidad perecería. Trató de encontrar otra solución para calmar a Deméter y complacer a su hermano Hades. Le prometió a Deméter que rescataría a Perséfone si se comprobaba que la doncella estaba con Hades en contra de su voluntad. Si esto no fuese así, Perséfone pertenecería a su esposo a partir de ese momento.

Perséfone entre Deméter y Hades

El astuto Hades se aprovechó de este acuerdo y engañó a su renuente novia, que lloraba desesperada día y noche, para que comiera unas pocas semillas de granada. Esta fruta era comida del Inframundo y cada vez que alguien la probaba desarrollaría un sentimiento de pertenencia a ese lugar. Cuando tuvo lugar la reunión frente a Zeus y se le preguntó a Perséfone dónde le gustaría vivir, ella respondió que quería vivir con su esposo. Deméter, al escuchar eso, se enfureció acusando a Hades de que de alguna manera había manipulado la situación.

Después de a la reunión, hubo una gran disputa. Deméter amenazó con jamás más volver a hacer la tierra fértil y que todos en la Tierra morirían. Para poner fin a esta pelea, Zeus decidió que Perséfone pasaría medio año con su esposo en el Inframundo y medio año con su madre en el Olimpo. Esta alternativa no agradó a ninguno de los dos, sin embargo, no tenían otra opción que aceptarla.

La explicación del mito

La encantadora doncella Perséfone se convirtió en la legítima esposa de Hades y Reina del Inframundo. Durante los seis meses que Perséfone pasaba en el Inframundo, su madre estaba triste y no tenía humor para lidiar con la cosecha.

Según los antiguos griegos, estos fueron los meses de otoño e invierno, cuando la tierra no es fértil y no da cultivos. Cada vez que Perséfone iba al Olimpo a vivir con su madre, Deméter brillaría de felicidad y la tierra volvería a ser fértil y fructífera. Estos fueron los meses de primavera y verano.

Este mito fue creado para explicar el cambio de las estaciones, el ciclo eterno de la vida, muerte y renacimiento de la naturaleza.

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