La invención robótica del exoesqueleto llegó para quedarse. Se han necesitado algunas décadas para llegar a este punto, pero la introducción de estas potentes máquinas en la industria de una manera racional y aceptable marca otro cambio importante para el futuro de la raza humana.

La descripción y composición del exoesqueleto

Un exoesqueleto es una máquina motorizada generalmente hecha de metal que se construye para adaptarse al cuerpo de una persona. La máquina está creada para multiplicar la fuerza de su usuario y facilitar la mecánica corporal adecuada. Hace que sea más fácil levantar objetos y aliviar la tensión en el cuerpo. Los exoesqueletos pueden ser trajes de cuerpo completo, o pueden crearse para usarse solo en partes específicas, como manos u hombros.

El nombre se debe a que está construido para reflejar la composición del cuerpo humano y la estructura esquelética interna.

Originalmente, los exoesqueletos se usaban en el campo médico para ayudar en la rehabilitación. En la actualidad, se han utilizado en campos intensivos de mano de obra, como la construcción, la industria militar y la fabricación. Con objetivos de reducir las tasas de lesiones, ayudar a levantar y mover objetos pesados y para proporcionar un sistema de soporte sólido para el manejo de máquinas y objetos grandes.

Los primeros pasos de esta tecnología

El primer caso de un invento de estas características se remonta a más de 100 años atrás. En 1917, Leslie C. Kelley creó un aparejo que funciona con una pequeña máquina de vapor, con el objetivo de aliviar el estrés ejercido sobre el cuerpo durante una carrera de atletismo. Lo llamó «Podómetro» y aunque estaba patentada, nunca tuvo un gran desarrollo.

Boceto del podómetro de Leslie C. Kelley
Boceto del podómetro de Leslie C. Kelley

Le tomó casi 50 años a la industria tener un verdadero avance. General Electric tomó la estafeta de la tecnología y creo Hardiman. Esta máquina fue producto de una colaboración entre el Ejército de los Estados Unidos y la empresa en el año 1965. El objetivo de este artificio era permitir a los humanos levantar hasta 25 veces más de peso de lo que es posible, en torno a 700 kg.

El problema con el Hardiman es que la máquina en sí pesaba 680 kg. Además, permitía que el controlador caminara a un ritmo de solo 0.75 metros por segundo, aproximadamente la velocidad de una tortuga. El Hardiman nunca pasó su período de prueba y el proyecto terminó seis años mas tarde.

La adaptación a la industria médica

Unos años más tarde, se creó un exoesqueleto funcional que se usó en un centro de rehabilitación ortopédica en Belgrado. La aplicación médica de este diseño proyectó el dispositivo hacia el futuro. Directamente enfocado al fortalecimiento de todo el cuerpo, el uso médico de la máquina permitió a inventores e ingenieros desarrollar modelos más específicos que podrían funcionar en un nivel más sencillo y práctico para las personas que lo necesitasen.

En 1986, una persona que resultó herida al saltar de un paracaídas creó un exoesqueleto basándose en los descubrimientos hechos hasta el momento. Este traje de vida fue desarrollado con el objetivo de ayudarle a caminar de nuevo tras la incapacidad que resultó del accidente. 19 años después, usó el 12º prototipo de su exoesqueleto en una carrera en Seattle. Su nombre era Monty Reed.

Exoesqueleto diseñado para personas con discapacidades
Exoesqueleto diseñado para personas con discapacidades

Reed fundó la organización sin ánimo de lucro They Shall Walk, para apoyar concretamente la creación de este tipo de trajes. Es una corporación de investigación médica en el estado de Washington que trata de crear conciencia sobre las mejoras en la calidad de vida de las personas con algún grado de discapacidad.

Los dos tipos de exoesqueleto

Aunque el primer podómetro funcionaba con un mecanismo de vapor, al igual que muchos otros prototipos posteriores, hoy existen dos tipos de exoesqueleto. Los motorizados o exoesqueletos activos y los no motorizados o exoesqueletos pasivos.

Diferentes aplicaciones de la tecnología

  • Los exoguantes se utilizan para ayudar a agarrar y sujetar materiales y herramientas. Estas máquinas ayudan a fortalecer el agarre y mejorar la destreza de su usuario.
Exoguantes
  • Los exoesqueletos de respaldo son vitales para levantar, doblar y alcanzar, reforzando la espalda para evitar lesiones. Apoyar la salud de la columna mantiene los brazos, el cuello y los músculos de las piernas sanos. Estas máquinas garantizan una postura correcta y reducen la presión de retorno al realizar ciertas tareas.
  • El soporte para brazos y hombros es útil para aquellas personas que hacen mucho trabajo físico levantando objetos por encima de su cuello. Estos exoesqueletos funcionan distribuyendo el peso para reducir la tensión ejercida sobre estos grupos musculares.
Soporte para brazos y hombros
  • Los exoesqueletos en cuclillas y de pie pueden proporcionar el apoyo necesario para aquellos que se mantienen firmes durante la mayor parte de su día.
  • Finalmente, el exoesqueleto de cuerpo completo ayuda a levantar, mover objetos, transportar herramientas por el espacio y realizar otras tareas pesadas.

Lo que sigue en la industria

Los exoesqueletos podrían ser el primer paso para la aceptación de robots en nuestras vidas cotidianas. Podría decirse que los equipos autónomos y los drones son un antecedente doméstico. Sin embargo, los exoesqueletos podrían aplanar el camino para que otra forma de tecnología robótica ingrese de lleno a la vida de las personas así como en el mundo militar.

Boston Dynamics, por ejemplo, es una compañía que crea robots en movimiento con diferentes habilidades independientes. SPOT es uno de sus prototipos, un robot tipo perro con un campo de visión de 360º, a prueba de choques, capaz de viajar a través de terrenos irregulares y resistente al viento, la lluvia y las bajas temperaturas.

Las posibilidades son realmente infinitas. El exoesqueleto está aquí para quedarse y podría estar marcando el futuro real de la robótica y la tecnología en nuestra vida diaria.

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