La saga Assassin’s Creed cuenta con una de las mejores y más elaboradas historias de la industria de los videojuegos. Prácticamente enlaza muchos de los grandes acontecimientos de la humanidad a través de una línea de sucesos que involucran todo tipo de conspiraciones y tramas. Trata de una Hermandad de Asesinos milenaria que cuenta con la capacidad de acceder a recuerdos ancestrales del linaje de sus adeptos mediante el ADN y así viajar en el tiempo, ocupando el cuerpo de los antepasados y recuperando habilidades y conocimiento para cumplir con ciertas misiones y objetivos. Todo ello en una lucha eterna contra una corporación descendiente de la Orden de los Templarios, quienes en este contexto tratan de controlar el mundo bajo la restricción de libertades. Este contexto se despliega a lo largo de las eras, hasta el momento exploradas desde el siglo III a.C., en la Antigua Grecia. Uno de los elementos más importantes de la historia y que ha trascendido todos los videojuegos es el Credo del Asesino (de ahí el nombre de la saga).

Un código ético y filosófico que actúa como pilar fundamental de la Hermandad y que sienta las bases del proceder de los asesinos. Pero, ¿qué significan sus principios y en qué se basan?

Qué es el Credo del Asesino

El Credo del Asesino es, literalmente, un código ético que rige la Hermandad de los Asesinos, marcando los límites de su comportamiento y los preceptos de su filosofía. El objetivo del Credo y, por extensión, de la Hermandad, es crear la paz en el mundo y en el propio individuo.

Dentro de la historia, el Credo comenzó a elaborarse alrededor del año 38 a.C. en el Antiguo Egipto, cuando se originó la organización predecesora de la Hermandad.

Los tres principios del Credo

El Credo se basa fundamentalmente en tres principios morales que se enfocan en asegurar el éxito de las misiones de los asesinos.

Aleja tu hoja de la carne del inocente

Este principio es uno de los pilares sobre los que se sostiene la conducta de los asesinos. Su objetivo es salvaguardar la paz y la seguridad de la gente, por lo que sus misiones se centran en acabar con políticos, corruptos y tiranos, buscando el bien del pueblo. De acuerdo a este propósito, debían mantenerse alejados de los civiles inocentes, por un lado para protegerlos y evitar conflictos. Por otro, para no ensuciar el nombre de la Hermandad.

Sé siempre discreto y fúndete con la multitud

Todo asesino debe trabajar en sigilo absoluto, entrando y saliendo de escena lo más rápido y silenciosamente posible. Estas prácticas garantizarían el éxito de cada misión y objetivo, manteniendo en secreto la existencia de la Hermandad y haciendo posible su intervención sin ningún obstáculo.

No comprometas a la Hermandad

Tratándose de una orden, una organización secreta, cada asesino debe limitar sus acciones en cuanto puedan suponer un peligro para la Hermandad. Esto implica el silencio en caso de captura y no revelar nunca cualquier información de la orden.

La Hermandad de los Asesinos
La Hermandad de los Asesinos
Fuente de la imagen: Ubisoft

Las tres ironías del Credo del Asesino

Una vez comprendidos los tres principios del Credo del Asesino, es muy fácil detectar ciertas contradicciones entre la filosofía y las acciones de la Hermandad. Estas presumibles incongruencias se denominan las tres ironías. Observaciones que pueden denotar hipocresía pero que resuelven en la importancia misma del Credo y el conocimiento por el que aboga la orden.

Las tres ironías son las siguientes:

  • Los Asesinos buscan promover la paz, pero cometen asesinatos.
  • … abrir las mentes de los hombres, pero requieren obediencia a las reglas.
  • … revelar el peligro de la fe ciega, pero la practican ellos mismos.

La máxima del Credo del Asesino

Entre toda esta serie de normas y mandamientos, existe una máxima que todo asesino debe comprender y asumir: «nada es verdad, todo está permitido».

Esta pauta se traduce en que los cimientos de la sociedad son frágiles y que cada individuo debe responsabilizarse de su propia civilización. Pero también que cada uno es responsable igualmente de sus acciones y debe vivir con sus consecuencias, sean buenas o malas.

Para cumplir con este estatuto, los asesinos deben reconocer que las leyes surgen de la razón, no de la divinidad. Lo cual devuelve a la Hermandad a una base de conocimiento y sabiduría.

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