Hay cierto encanto en algunos hoteles con historia, cierto halo de misterio que, por muy escépticos que seamos, debilita nuestra incredulidad. Algunos tienen un pasado negro, turbio, de crónicas de asesinatos y desapariciones. Otros son la herencia de algún enclave marcado por la tragedia siglos atrás. Y otros, en cambio, guardan secretos e intrigas, ambientes lúgubres y sombríos, y provocan sensaciones de escalofríos sin saber muy bien por qué. Así podría definirse el Hotel Stanley. Un lugar recóndito a los pies de las Montañas Rocosas, que inspiró una de las historias de terror más prolíficas de todos los tiempos, El Resplandor.

La historia del Hotel Stanley

El Hotel Stanley se encuentra a 8 km de la entrada al Parque Nacional de las Montañas Rocosas, Estes Park, en Colorado. Se inauguró en el año 1909 como un resort de lujo vacacional en un majestuoso paisaje de sierra. A principios del siglo XX, pocos alojamientos contaban con los servicios del Stanley, modernos y pomposos, para una creciente clase alta con fines de esparcimiento.

Lo fundó Freelan Oscar Stanley, empresario y arquitecto, quien buscaba huir del movimiento urbano para respirar el aire fresco y limpio de la naturaleza. Construyó el hotel en medio de la nada, rodeado solo de verde, acondicionando un total de 48 habitaciones con ascensor, luz eléctrica, gas, agua corriente y teléfono. Prestaciones más que espléndidas para la época. Pero pronto comenzaron a escucharse historias de fantasmas.

En 1911, solo dos años después de la apertura, una de las amas de llaves sufrió un aparatoso accidente en la habitación 217. Mortal en algunas versiones, muy grave pero no fatídico en otras. A partir de estos sucesos, se dice que comenzaron a registrarse fenómenos paranormales. Movimiento de objetos, muebles, luces que se encienden y apagan y ruidos extraños. En otras áreas del extenso edificio se escuchan niños riendo, música de piano y, según muchos huéspedes, visiones fantasmagóricas que hasta pudieron fotografiarse.

Como si formase parte de su amplio catálogo de servicios, este ambiente de terror espectral convenció a la sociedad del momento. Y lejos de destruir la reputación del fastuoso hotel, lo hizo más popular.

Fotografía del Hotel Stanley durante sus primeros años de existencia
Fuente de la imagen: Hotel Stanley

La estancia de Stephen King y el nacimiento de El Resplandor

Sin embargo, a nivel empresarial, el Hotel Stanley no tuvo tanto éxito. El complejo turístico abría sus puertas solamente durante el verano, lo que reducía enormemente su actividad potencial. Hasta 1983 no contaba con calefacción. Y su ubicación, pese a ser un paraíso natural con mucho atractivo, no ofrecía ninguna otra actividad más que el paisaje mismo.

Con el paso del tiempo, el hotel fue cambiando de dueños, acercándose cada vez más a una quiebra inevitable. Pero en los años 70 hospedó a una de las figuras más importantes para su propia subsistencia, Stephen King.

King acababa de publicar sus dos primeras novelas, una de ellas Carrie, y buscaba la inspiración para la tercera. En 1974, tratando de cambiar de ambiente y entorno, decidió mudarse con su esposa y sus dos hijos a la otra punta del país, cayendo casualmente en Colorado. Las conveniencias de su vocación lo llevaron a interesarse por el lugar para pasar los días de Halloween. Se registró en la habitación 217 del Hotel Stanley el día 30 de octubre.

Hotel Overlook de El Resplandor
Fuente de la imagen: Warner Bros

El espacio estaba a punto de cerrar por fin de temporada, por lo que la familia de cuatro estaba absolutamente sola en las instalaciones. Todo ese edificio vacío para ellos solos, los pasillos, las salas y el silencio en medio de la nada.

En aquel entorno desierto y mudo, el escritor inspeccionó cada rincón ensimismado en sus pensamientos y en su creatividad novelesca. Como podríamos presumir, su paseo en solitario terminó en el bar del hotel. Y allí fue donde perfiló a uno de sus mejores personajes, Jack Torrance, como un reflejo de sí mismo.

Tres años después, en 1977, se publicó El Resplandor y no tardó mucho en convertirse en best seller. En 1980, Kubrick tomaría el testigo de la historia llevándola en una adaptación al cine, y encumbrándola como una de las películas de terror mejor consideradas.

Aunque el Hotel Stanley no se menciona en ninguno de los dos casos, es la causa y medio de de las dos obras maestras. Un lugar de fantasmas que todavía sigue atrayendo a curiosos e investigadores para encontrarse cara a cara con el misterio.

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