En 1944 tuvo lugar la ejecución en la silla eléctrica de George Stinney Jr. en Carolina del sur. La persona más joven en recibir condena de pena de muerte en la historia de Estados Unidos, a los 14 años. Su caso es uno de los más injustos conocidos, ya que su resolución (por supuesto irregular) respondió al segregacionismo y racismo evidentes de la época. Setenta años después de su muerte, Stinney fue absuelto de sus cargos, considerando nula finalmente su sentencia.

Los acontecimientos del caso

El 24 de marzo de 1944 se hallaron los cuerpos sin vida de dos niñas de once y ocho años, Betty June Binnicker y Mary Emma Thames, en el Condado de Clarendon, Carolina del Sur. Un día después, las autoridades arrestaron a George Stinney, de catorce años, bajo cargos de asesinato en primer grado.

Un mes después se celebró un juicio de cinco horas en contra de Stinney el el tribunal del condado. Tras el que solo en 10 minutos de deliberación el jurado popular emitió el veredicto de culpable.

Según las leyes de Carolina del Sur en aquel momento, las personas con edad superior a los 14 años serían tratadas como adultos. Por lo que George recibió la condena de pena de muerte en la silla eléctrica. Su ejecución se llevó a cabo menos de tres meses después, el 16 de junio de 1944, en la Penitenciaría Estatal de Carolina del Sur, en Columbia.

El suceso convirtió al joven Stinney en la persona más joven sentenciada a muerte en la historia de los Estados Unidos. Además de uno de los casos más controversiales e injustos conocidos.

George Stinney
Fuente de la imagen: Wikipedia

La inocencia de George Stinney

Las muchas irregularidades y anomalías del caso salieron a la luz tiempo después a partir de varios procesos judiciales e investigaciones posteriores. La polémica que suscitó el caso inspiró varias obras, entre ellas la novela y película Carolina skeletons y la conocidísima producción La Milla Verde.

El tribunal al cargo dictaminó que el enjuiciamiento de George Stinney acumuló una serie de violaciones constitucionales. El juicio no duró más de una jornada. La policía había afirmado entonces que contaba con la confesión del acusado, cuando en realidad no existe ninguna prueba escrita de ello en los archivos judiciales. El abogado defensor era un cobrador de impuestos en plena campaña política que convocó a pocos testigos y prácticamente no preparó el caso ni los simulacros de interrogatorios habituales. El jurado dictaminó sentencia en apenas diez minutos. No hubo apelación a dicha sentencia, hecho que hubiera bastado para suspender la ejecución. Y el acusado contaba con coartada firme, aunque nunca se tuvo en cuenta.

Más tarde se comprobó que el arma del crimen, una viga con la que las dos víctimas fueron golpeadas, pesaba casi 20 kg. Siendo Stinney incapaz de levantarla a sus 14 años, mucho menos de golpear a alguien con ella.

Setenta años después de su muerte, George Stinney fue absuelto de todos los cargos y declarado inocente. Su condena se actualizó hacia la nulidad por el tribunal pertinente de Carolina del Sur. El caso del asesinato de Betty June Binnicker y Mary Emma Thames permanece todavía por resolver.

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