Aunque solo son unos cuantos los reconocidos que se llevan la mayor parte del crédito, muchos países contribuyeron al triunfo de los aliados en la II Guerra Mundial. Había tantas partes móviles que es fácil olvidar a ciertos grupos que participaron activamente, incluidas la Guardia Costera de EE. UU, Canadá y México. En el año 1945, el escuadron 201 de México ayudó a la Fuerza Aérea del Ejército de los Estados Unidos a derrotar a Japón. Las Águilas Aztecas, como les apodaban, entrenaron en los Estados Unidos durante meses y lucharon hombro con hombro con las tropas aliadas en el Pacífico contra los japoneses. Su papel fue pequeño pero significativo y dejó una huella profunda en la historia.

La formación de las Águilas Aztecas

Durante la II Guerra Mundial no hubo escasez real de voluntarios, pero siempre se apreciaba la ayuda extra. México decidió unirse al bando aliado en el año 1942 a causa del hundimiento de 2 navíos petroleros en el golfo de México, el SS Potrero del Llano y el SS Faja de Oro, a manos de las potencias del eje. A raíz de estos atentados se reunieron 30 pilotos experimentados junto con 270 voluntarios para ser personal de apoyo de tierra. Después de una breve formación en México fueron enviados a Texas para recibir instrucciones y adiestramiento en julio de 1944.

La mitad del escuadrón se entrenó en Randolph Field de San Antonio y la otra mitad en Majors Field en Greenville. Los pilotos estuvieron meses preparándose en diversas áreas como manejo de armas, comunicación, tácticas de combate aéreo avanzadas, vuelo en formación y artillería. Llevaron a cabo una ceremonia de graduación en febrero de 1945 y recibieron su bandera de batalla. Este acto pasó a la historia como un hito, las tropas mexicanas fueron a librar por primera vez una guerra en el extranjero.

Miembros del escuadrón 201
Miembros del escuadrón 201
Fuente de la imagen: Infobae

El escuadrón 201 y su participación en la guerra

En marzo de 1945, tras convertirse en soldados expertos, el escuadrón de combate fue enviado a Filipinas junto al Grupo 58 de la Fuerza Aérea Norteamericana para participar en la misión de control japonés. En junio de ese mismo año, volaron dos misiones por día utilizando aviones estadounidenses. Un mes más tarde, recibieron sus propias aeronaves, los Thunderbolts P-47D, con los que terminaron la encomienda.

Durante su estadía en Filipinas, las Águilas Aztecas volaron al menos 90 misiones de combate y, a lo largo de ellas, perdieron ocho pilotos. También volaron en 53 misiones de apoyo en tierra para la 25ª División de Infantería del Ejército, cuatro barridos de combate sobre Formosa (actual Taiwán) y misiones de bombardeo en picada. Mientras tanto, era el único batallón que no contaba con reemplazos, lo que hacía que la pérdida de cada soldado fuera especialmente trágica. Al finalizar la guerra, el escuadron 201 había derribado a más de 15,000 aeronaves y aproximadamente a 30,000 soldados japoneses, destruyeron edificios enemigos, vehículos, emplazamientos antiaéreos de ametralladoras y depósitos de municiones.

El general Douglas MacArthur les otorgó el reconocimiento, y fueron galardonados con la Legión de Honor de Filipinas, con el rango de Legionario, en 2004. Algunos miembros todavía siguen vivos a día de hoy y se reunen todos los años para conmemorar sus hazañas.

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