Don’t Look Up se estrenó a finales de 2021 en Netflix, con uno de los mejores elencos de los últimos años (con permiso del UCM). Se trata de una historia de ciencia ficción con un altísimo componente satírico. Una comedia hasta cierto punto disparatada, pero cuya falta de lógica no se aleja lo más mínimo de la realidad. Trae a la conversación un sinfín de paralelismos con la realidad actual, muy fácilmente identificables, y evidencia claramente varios aspectos sociales y políticos que están a la orden del día. Por si quien la haya visto todavía no ha encontrado estas críticas y ácidas referencias, en este artículo comentaremos las más importantes.

De qué se trata ‘Don’t Look Up’

La película cuenta el dramático esfuerzo de dos astrónomos, interpretados por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, por advertir a todo el mundo de la inminente colisión de un meteorito enorme con la Tierra. Un terrible descubrimiento comprobado por ambos que destruirá el planeta de forma inevitable.

La necesidad de avisar a las autoridades del país y del mundo con el tiempo suficiente para que hagan algo al respeto los lleva a reunirse con la presidencia de Estados Unidos y a protagonizar varias entrevistas en los medios. Pero la respuesta que reciben no es la que ellos esperan. Ante el inminente apocalipsis nadie quiere «mirar arriba». Ni los políticos, cegados por sus propios intereses; ni los civiles, escépticos distraídos que prefieren negar la evidencia; ni los medios, que frivolizan cualquier asunto por dramático que parezca.

Los únicos que parecen escuchar a los protagonistas son los oportunistas que buscan obtener un beneficio de la situación o de la tragedia.

En total, una serie de posturas, eventos y fenómenos que se apegan estrechísimamente a la realidad de estos días.

Trailer de Don’t Look Up
Fuente del vídeo: YouTube Netflix

La caída del meteorito Vs. la pandemia

Aunque resulta muy fácil encontrar parecidos entre la trama de Don’t Look Up y la situación actual del mundo, la película no está inspirada originalmente en esta circunstancia. El director Adam McKay había trabajado el guión desde hace varios años a partir de los informes de la ONU acerca de los efectos del cambio climático. De hecho, la película llevaba un mes de producción cuando cayó la pandemia. Momento en el que sí se decidió hacer ciertas adaptaciones de acuerdo a los nuevos acontecimientos.

En este sentido, la influencia del caos generado con la pandemia en la historia definitiva fue inevitable. La fatalidad de las consecuencias, la ignorancia de la sociedad y de la clase política, la falta de sentido común y la desinformación al respecto. La decadencia comunitaria que tanto se hizo patente durante los dos últimos años fue un gran referente para distorsionar un poco más la trama. Una distorsión que resultó ser más realista de lo que cualquiera pudiera imaginar.

Por aquel entonces, hablamos ya de inicios del 2021, el mundo acababa de ver atónito la derrota electoral de Donald Trump después de una más que polémica legislatura y el asalto al Capitolio. Además de innumerables y descabelladas teorías conspiranoicas de la pandemia, recomendaciones desde gobierno relacionadas con lejía y muchas otras situaciones inexplicables.

La presidencia de Meryl Streep en ‘Don’t Look Up’ al más puro estilo de Donald Trump

La referencia política de Don’t Look Up es incontestable. Meryl Streep interpreta a Janie Orlean, la presidenta, quien ignora todas las advertencias de los protagonistas y responde con una actitud arrogante, soberbia y absolutamente inculta. Muy similar a la postura de Donald Trump.

Así, hay muchísimos elementos que reflejan la carrera política del ex presidente. La gorra roja comercializada con su slogan de campaña, en este caso «Don’t Look Up«. El negacionismo del meteorito, que en su momento Trump expresó públicamente con el virus. El nepotismo y predilección en su gabinete con el hijo de la presidenta, interpretado por Jonah Hill. Con la presencia de Ivanka y Kushner en asuntos de gobierno, incluso de pandemia, sin experiencia alguna. Entre otros.

Aunque el propio director aclaró en ciertas entrevistas que su inspiración crítica incluyó también a otros dirigentes. Por ejemplo, la rimbombante forma de hablar de Bill Clinton. La poca cualificación de George Bush. La simpatía por las celebridades de Barack Obama. O los discursos triviales de Ronald Reagan.

Meryl Streep como presidenta de los EE.UU.
Meryl Streep como presidenta de los EE.UU.
Fuente de la imagen: Netflix

La crítica a los medios de ‘Don’t Look Up’

Según las declaraciones del director, Don’t Look Up dirige sus flechas específicamente a las grandes cadenas de televisión CNN, MSNBC y Fox News. El público norteamericano vio una clara referencia al programa Morning Joe de la MSNBC y a la presentadora Mika Brzezinski, representada por la ficticia Brie Evantee de Cate Blanchett.

Sin embargo, aunque se trate de una alusión directa, para el público internacional siguen existiendo muchos paralelismos con los medios correspondientes. La frivolidad con la que tratan los temas de alerta, la falta de crédito y veracidad, de rigor periodístico y de competencia.

Peter Isherwell como los grandes empresarios y líderes del mundo

El último gran matiz de Don’t Look Up viene del lado de los empresarios, los verdaderos líderes de la economía y del mundo.

En la trama se muestra cómo Peter Isherwell, un millonario abanderado de la tecnología, lidera en todo sentido la situación de crisis ante la caída del meteorito. Y lo hace tratando de sacar provecho del peligro y de la posible catástrofe.

Las referencias de este personaje son obvias, fusionando las personalidades de los grandes millonarios del momento Mark Zuckerberg, Elon Musk y Jeff Bezos. Con la estética del ya fallecido Steve Jobs. Sin pasar por alto que Isherwell es uno de los principales inversores de las campañas de presidencia, como alusión a las conexiones entre los líderes empresarios y la política internacional.

En conjunto, no hay un detalle que se le escape a la película. Que refleja ácida y satíricamente muchos de los aspectos de la actualidad y evidencia que, por muy absurdo que parezca, así es como son las cosas.

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