Si echamos la vista atrás y analizamos la recaudación en taquilla de las películas que nos marcaron en algún momento de nuestra vida, podríamos llegar a sorprendernos por algún que otro fracaso inesperado. De hecho, los servicios de streaming que consumimos actualmente suelen revivir títulos de hace décadas, devolviéndoles ese éxito tardío y merecido que en su momento no recibieron. Las razones de los fracasos de taquilla del cine pueden ser infinitas.

Desde los elementos básicos de calidad de la filmación, como el guión, la historia, el elenco, la post producción, la banda sonora, etc. Hasta todo lo que viene después, como la estrategia publicitaria, la distribución, la inversión en marketing o incluso la temporalidad del estreno. Las variables son demasiadas, y en algunas ocasiones encontrar la combinación perfecta es muy difícil.

En este artículo repasaremos tres películas que fracasaron estrepitosamente en taquilla, probablemente sin merecerlo. Tres buenas historias muy bien contadas que por razones de la industria no obtuvieron su reconocimiento hasta mucho tiempo después.

47 Ronin, la leyenda japonesa por la que pocos se interesaron

47 Ronin es una película de aventura épica y fantasía estrenada en el año 2013 de la mano de Universal Pictures. Partió de un presupuesto de 175 millones de dólares y recaudó poco más de 151 millones y medio. Teniendo en cuenta que para que un filme se considere rentable debe obtener al menos el doble de ganancias sobre el gasto, es fácil comprender el tremendo fracaso de este caso.

Escena de 47 Ronin
Escena de 47 Ronin

47 Ronin trata de una de las leyendas más antiguas e importantes de Japón: El incidente de Ako o Los acontecimientos de Genroku Ako. La historia se ubica e principios del siglo XVIII y enaltece el bushido o «camino del guerrero», el código de honor samurái.

En la película, Keanu Reeves interpreta a Kai, el protagonista. Un joven de ascendencia japonesa y británica que debe ganarse un lugar entre los samuráis, y el respeto de los demás guerreros.

Como sucedió algunos meses atrás en el mismo año con El Llanero Solitario de Johnny Depp, otro cúmulo de pérdidas, 47 Ronin fue una apuesta demasiado arriesgada con un presupuesto extremadamente alto. Probablemente esa fuera la causa de su descalabro, ya que inicialmente partían de un coste más razonable, de 100 millones de dólares, que fue escalando sin control debido a modificaciones constantes en post producción y edición de efectos especiales.

Esta película fue el debut cinematográfico del director, Carl Rinsch, quien planteó una idea bastante interesante basada en una de las leyendas japonesas más apasionantes de la historia nipona. Quizá la falta de entendimiento con el estudio hacia el producto final terminó por encarecer y perjudicar el resultado. Decisiones mal tomadas que llevaron la cinta a los tops de fracasos de taquilla. Todo esto muy poco ayudado por una audiencia nada interesada en un tema que merecía más atención. Tal vez si 47 Ronin fuera anunciada en estos tiempos en los que Keanu Reeves está en la cresta de la ola, las cosas hubieran sido muy diferentes.

Titan A.E., una fantasía intergaláctica sin el suficiente reconocimiento

Cuando Titan A.E. estaba en desarrollo todo parecía apuntar hacia el éxito asegurado, pero nada más lejos. La producción de Fox Animation Studies del año 2000 contaba con los directores de Anastasia, que había triunfado tres años atrás. Y además incorporaba las voces de Matt Damon, Drew Barrymore y Bill Pullman para los personajes protagonistas. Pero nada de eso había sido suficiente.

Escena de Titan A.E.
Escena de Titan A.E.

Con un presupuesto de 75 millones de dólares, obtuvo una recaudación de menos de 38 millones. Una pérdida total y absoluta.

El título de la película hace referencia directa a su tema principal, A.E. es la abreviatura de After Earth, quizá como una especie de presagio del otro fracaso homónimo de Will Smith y su vástago.

El lanzamiento de Titan A.E. llegó en un momento oportuno y desafortunado según se mire. Oportuno por el éxito rotundo de Star Wars Episodio I: La Amenaza Fantasma del año anterior. Fox entendió que la audiencia estaba de nuevo interesada en historias intergalácticas, de naves espaciales, batallas y alienígenas. Por otro lado desafortunado, porque quizá este filme se lanzó demasiado pronto. A veces las propuestas cinematográficas llegan antes de que el público esté preparado para ellas. Y en este caso, puede que algunos elementos de la historia pudieran haber sido demasiado violentos para el sector infantil.

También es verdad que el género de animación siempre estuvo ligado a los niños, cuando nada tiene que ver con la edad, como podemos ver en múltiples series de televisión u otras producciones. Lo cierto es que Titan A.E. no supo apreciarse en su momento, tanto que alguna parte de la audiencia se manifestó solicitando un reboot que, quizá en estos tiempos, sí hubiera recibido el éxito que se merece.

Simbad: La leyenda de los siete mares

Al igual que en el caso anterior, la película Simbad: La leyenda de los siete mares contaba con muchísimo talento detrás de bambalinas. La producción de DreamWorks del año 2003 apostó por la animación tradicional en un contexto en que ya habían surgido grandes éxitos de animación por ordenador.

Escena de Simbad: La leyenda de los siete mares
Escena de Simbad: La leyenda de los siete mares

Contó con la participación de Bradd Pitt, Catherine Zeta Jones, Michelle Pfeiffer y Joseph Fiennes como actores de doblaje. Y aunque la crítica alabó el trabajo del elenco artístico, despreció fuertemente las aplicaciones de CGI y efectos especiales. El filme terminó siendo uno de los fracasos de taquilla más escandalosos del año, con un presupuesto de 60 millones y una recaudación de poco más de 80.

Las pérdidas de los estudios estuvieron cerca de llevarlos a la quiebra. Desde entonces, DreamWorks abandonó por completo la animación tradicional y se enfocó en trabajar las técnicas actuales por ordenador.

La razón de este revés pudiera ser la misma competencia de la industria y lo difícil que era entonces, y sigue siendo, lanzar un buen concepto de animación a la gran pantalla. En aquel momento Pixar se había encumbrado con Buscando a Nemo, uno de sus grandes éxitos. Aunque sería difícil encontrar una producción de la compañía de Disney que no lo fuera.

La audiencia no estaba tan interesada en historias más bien antiguas, sino que quería temas frescos, la novedad que Pixar sí supo plantear. Simbad contaba con muy buenos elementos, tanto en reparto como en guión, música o incluso el hecho de mantener el estilo tradicional. Pero llegó un punto en el que eso ya no era suficiente.

Este tropiezo al menos sirvió a DreamWorks a reenfocar su trabajo en títulos más prometedores. Poco después lanzó la segunda parte de Shrek y la franquicia de Madagascar. Sagas que obtuvieron el reconocimiento merecido y devolvieron a los estudios al lugar que necesitaba.

El rescate de fracasos de taquilla gracias a los servicios de streaming

Estos tres casos son solo algunos ejemplos de fracasos de taquilla poco merecidos de los muchos que podrían mencionarse. Está claro que los fiascos en recaudación no necesariamente se deben a una baja calidad o a una producción descuidada. La industria del cine es una de las más complejas y competitivas, donde cualquier factor, por pequeño que sea, puede significarlo todo.

Por suerte, hoy contamos con servicios como Netflix, Amazon Prime Video o Hulu, entre otros, que nos dan la oportunidad de rescatar estos títulos menospreciados. Películas que ahora tienen segundas oportunidades de encandilar al público y recibir los aplausos que llevaban tiempo esperando.

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