El ex jugador de baloncesto Dennis Rodman nunca se imaginó, en su primera visita a Corea del Norte en 2013, que acabaría hablando de diplomacia internacional con Kim Jong Un. Este viaje desencadenó la amistad más improbable en el mundo de las celebridades: la personalidad más excéntrica del baloncesto norteamericano y el líder supremo de Corea del Norte.

Todo fue fruto de la afición de Kim Jong Un por este deporte. Corea del Norte se puso en contacto telefónico con los Chicago Bulls para solicitar la visita de un ex jugador del equipo. Pero Rodman no fue la primera opción del líder, sino Michael Jordan.

Jordan rechazó la oportunidad y más tarde la aceptó Rodman, creyendo que se trataría de un viaje publicitario como muchos otros, para firmar autógrafos y tomarse fotos con la gente en Corea.

Dennis Rodman confesó no estar familiarizado con este país ni con el propio Kim Jong Un, lo cual generó algunas anécdotas peculiares. Rodman desconocía la apariencia de Kim porque nunca había visto una imagen de él. En un evento de baloncesto al que llegó el mandatario, siendo ovacionado por las 20,000 personas del público, Rodman creyó que los aplausos iban dirigidos a él mismo. Hasta que alguien le avisó de que había llegado del «líder supremo».

Rodman es, desde entonces, el único nexo diplomático entre los dos frentes más opuestos de la política internacional. Hace años conoció por primera vez a Donald Trump en su programa televisivo The apprentice. Y su relación con Kim Jong Un fue haciéndose cada vez más estrecha después de un sin número de viajes a Corea del Norte.

Como elemento inusualmente importante en la comunicación de los dos países, Rodman consiguió entre otras cosas que ambos líderes se reunieran en la cumbre de Singapur de 2018. En ese encuentro, Trump y Kim acordaron la paz entre las dos naciones. Rodman, por supuesto, se atribuyó todos los créditos, «no estoy muy metido en política, pero me encanta crear política. Como lo de Corea del Norte. Eso lo hice yo”, dijo con lágrimas en los ojos.

Kim Jong Un y Dennis Rodman

Rodman describió a Kim como «un ser divertido como el infierno mismo». Conociendo las particularidades del ex jugador, es fácil imaginar lo extravagante y curioso de las aficiones que compartía con el mandatario coreano: baloncesto, esquí acuático, moto acuática, snowboard, películas y videojuegos de antaño como Donkey Kong o Pac-Man.

Pese a todo, Rodman se ha mantenido a distancia de las posiciones políticas de Kim y de Trump.  Siempre aclara que no está alli para la política, sino para conectar dos países juntos en el deporte. Y aunque sí representa un nexo diplomático, no está interesado en la parte ideológica. «No estoy allí tratando de pedirle a los muchachos que no le corten la cabeza, que no le disparen a su hermano o hermana”.

En cuanto a Trump, Rodman no se declara como republicano de corazón aunque lo respeta como presidente.

“Todos piensan que Donald Trump es racista. Yo no lo creo. Apoyo a Trump como amigo. Lo que hace como presidente no lo puedo controlar», dijo en declaraciones.

Dados los últimos acontecimientos en Corea del Norte, Rodman hizo pública su preocupación por la salud de Kim Jong Un. Algunos medios de la prensa americana mencionaron supuestos daños en el líder coreano ocasionados por un infarto cerebral. Otros medios declararon incluso su muerte, que fue desmentida días más tarde por el propio país.

No sé qué le deparará en el futuro a la amistad más extravagante del globo terráqueo, pero parece que tendremos Kim-Rodman por un buen rato.

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