En el caso de una guerra nuclear, un poderoso impacto de meteorito o incluso un apocalipsis zombi, el E-4B ó Avión del Juicio Final está completamente protegido y listo para mantener a salvo al presidente de los Estados Unidos, al secretario de defensa, el Estado Mayor Conjunto y otro personal clave. La nave puede soportar una explosión nuclear y permanecer en el aire durante días sin necesidad de repostar.

El Centro de Comando Aerotransportado Avanzado E-4B es una versión militarizada del Boeing 747-200, un avión de cuatro motores, ala en flecha y gran alcance, capaz de repostar en vuelo. El E-4B asumió la misión del avión del puesto de mando en 1974. A mediados de la década de 1980 ya se había convertido en el más importante de la fuerza aérea de los Estados Unidos.

La aeronave lleva 13 sistemas de comunicaciones externos y está diseñada para misiones que duran 72 horas. Al menos uno de este tipo está siempre en alerta las 24 horas, los 7 días de la semana con un equipo de vigilancia global en una de las muchas bases seleccionadas en todo el mundo. El equipo de operaciones está compuesto por personal conjunto, incluidos aviadores, soldados, marineros e infantes de marina con una variedad de especialidades.

Cada una de las aeronaves está protegida contra los efectos del pulso electromagnético y cuenta con sistemas eléctricos diseñados para soportar electrónica avanzada. Así como una amplia variedad de equipos de comunicaciones. También hay blindaje de efectos nucleares y térmicos, que puede proteger a la aeronave en un verdadero escenario apocalíptico.

Interiores del Avión del Juicio Final
Interiores del Avión del Juicio Final
Fuente de la imagen: The Sun

La vulnerabilidad del Avión del Juicio Final

Sin embargo, el Avión del Juicio Final no es invencible. Un tornado que golpeó la base de la Fuerza Aérea Offutt, Nebraska, en 2017, dejó solo uno de los E-4B de la Fuerza Aérea en funcionamiento durante tres meses. El tornado EF-1 causó daños de 20 millones de dólares a la base, incluidos más de 8 millones para reparar dos de los E-4B que habían estado presentes en ese momento.

La base aérea de Nebraska, que es el hogar de los cuatro ejemplares, está ubicada en una zona propensa a tornados. Lo que pone en riesgo constante las areonaves y hoy en día no existe otro lugar lo suficientemente vigilado y grande como para proteger de forma eficiente las unidades.

La Fuerza Aérea hizo un gran trabajo al reparar la aeronaves dañadas lo más rápido posible. Pero resaltó la necesidad de reemplazar los viejos E-4B con una clase más moderna y menos vulnerable.

El plan B del gobierno norteamericano

Esta área del gobierno Americano también tiene 16 aviones E-6B, que son las variantes militares del Boeing 707. Su misión básica se conoce como Take Charge and Move Out (TACAMO), que significa «toma el control y sal». Esto permite mantener el vínculo de comunicación entre la autoridad de mando nacional y las fuerzas nucleares estadounidenses. En esta capacidad, los E-6B sirven como respaldo para los E-4B más grandes. Lo que significa que no importa lo que suceda en tierra, el Avión del Juicio Final garantizará que las líneas de comunicación no puedan cortarse o retirarse fácilmente. Otorgando control completo del país sobre las operaciones militares en tierra al presidente en cargo.

Lejos de caer en tópicos de Hollywood y otras historias de acción, es lógico que existan soluciones de esta magnitud para salvaguardar la integridad de los altos cargos del gobierno de un país tan involucrado en asuntos internacionales. No deja de ser sorprendente, eso sí, que estos aviones estén concebidos para soportar situaciones apocalípticas inimaginables.

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