Los monjes Shaolin pueden realizar proezas aparentemente imposibles que requieren gran destreza mental y física. Dado que todo lo que hacen parece indoloro y sin esfuerzo, sus actos sobrehumanos son tachados frecuentemente como acrobacias, efectos especiales y engaños. Sin embargo, está demostrado que todo es real, fruto de años de arduo trabajo, paciencia y dedicación para fortalecer su cuerpo y mente. En este artículo repasaremos seis ejercicios que solamente ellos pueden ejecutar.

Perforan superficies con los dedos

Desde pequeños, los estudiantes de Shaolin golpean árboles y tablones de madera para fortalecer sus dedos. A medida que avanza su entrenamiento, practican con superficies más duras. Cada dedo de ambas manos debe estar ejercitado individualmente para producir grandes explosiones de fuerza, hasta perforar los materiales. Una vez que se domine esta etapa, los monjes estarán preparados para asumir técnicas más difíciles, como el dedo de diamante, la parada de manos con un dedo.

Árbol perforado por los dedos de los monjes Shaolin
Árbol perforado por los dedos de los monjes Shaolin
Fuente de la imagen: Reddit

Extraen clavos oxidados con las manos

Para incrementar la fuerza de las manos, los estudiantes practican la extracción de 108 clavos de una tabla de madera, utilizando solamente el pulgar, el índice y el corazón. Llevan esta tarea al siguiente nivel usando anular y meñique. Y cuando dominan a la perfección ambos casos, humedecen los clavos hasta que se oxiden para incrementar la dificultad.

Un estudiante avanzado puede retirar 1,000 clavos oxidados en menos de una hora.

Los Shaolin arrancan árboles con la fuerza de sus brazos

Este ejercicio entrena los músculos de los brazos, el pecho y el estómago y desarrolla lo que los Shaolin llaman los flujos de la fuerza interior.

Consiste en seleccionar un árbol, rodearlo con los brazos, apretarlo con fuerza y ​​tratar de levantarlo. El ejercicio se repite varias veces al día, todos los días. Después de un año comienzan a notarse los primeros resultados. Una vez que los músculos se fortalecen y la fuerza aumenta, los monjes logran sacudir el tronco hasta hacer caer algunas hojas. Después de practicar esta tarea de manera intensiva a lo largo de su vida, logran levantar árboles completamente desarrollados arrancándolos de sus raíces.

En combate, los guerreros Shaolin que abrazan a sus oponentes con esta técnica pueden infligir heridas graves e incluso fatales.

Endurecen y fortalecen su cabeza

Los estudiantes Shaolin se envuelven la cabeza con capas de tela suave, generalmente seda, y la golpean contra la pared varias veces al día. Se hace con cuidado al principio, para evitar lesiones. El propósito es endurecer la parte superior del cráneo, la frente y la parte posterior, y fortalecer la piel, los músculos y los huesos. A medida que avanza el entrenamiento, ​​el número de golpes aumentan gradualmente.

Después del primer año, se retiran tres capas de tela cada 100 días y se pasa a la segunda etapa una vez se han retirado todas. Con el paso del tiempo, los huesos del cráneo se remodelan y endurecen, permitiendo romper diferentes objetos y materiales sin daño alguno. Este método se utiliza en las peleas de Shaolin para derribar al oponente.

La camisa de fuerza

Para ejecutar el ejercicio llamado la camisa de fuerza los estudiantes de Shaolin duermen en camas duras e incómodas. Entrenan todos los días durante tres años colgándose de una barra de metal y golpeando todo su cuerpo con un martillo de madera, después de hierro.

Este método busca aumentar la resistencia a los golpes en diferentes partes del torso dirigiendo la energía al lugar del impacto. Cuando la técnica se perfecciona, los monjes son capaces de defenderse ante golpes de objetos sólidos e incluso afilados, sin recibir ningún daño.

Demostración de la camisa de fuerza de los Shaolin
Demostración de la camisa de fuerza de los Shaolin
Fuente de la imagen: Bored Panda

El balance perfecto de los monjes Shaolin

Los escritos de Shaolin describen a monjes de 50 kg que descansan ingrávidos en ramas como si fueran aves. Esto se debe a que han logrado perfeccionar una técnica para distribuir su peso de acuerdo a las distintas situaciones y superficies. Dando una apariencia de flotar sobre cualquier objeto.

Para lograrlo llenan un gran cuenco de arcilla con agua y caminan sobre el borde con una mochila pesada en la espalda. Tras practicar durante horas, todos los días, se aumenta la dificultad retirando agua del cuenco y agregando peso en la mochila. Cuando el cuenco está vacío, se cambia por una estructura de mimbre. Finalmente, los monjes que dominan este ejercicio son capaces de caminar sobre césped sin romperlo y de manera sigilosa, prácticamente indetectable.

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