Mientras en otras partes del mundo se celebra el día del padre por tradición religiosa o cultural, en Estados Unidos se fijó en el calendario (tercer domingo de junio) tras un trágico suceso de 1908.

Todo comenzó en una pequeña iglesia de Virginia, en un evento local donde se honró la memoria de 362 hombres que murieron seis meses antes en una explosión en una mina de carbón. Durante los 2 años siguientes se extendió la fecha a todo el país hasta que en 1910, el estado de Washington reconoció oficialmente el día.

De lo popular a lo oficial en todo el país

Sonora Smart Dodd, hija de William Jackson, un padre soltero que sacó adelante a seis hijos, promovió la iniciativa. Solicitó a los pastores de la ciudad de Spokane un sermón especial para honrar a los padres. Dodd quería que este sermón se ofreciera la primera semana de junio. Sin embargo, los pastores requerían más tiempo para escribirlo y terminaron alargando el evento hasta el tercer domingo del mismo mes.

Thomas Woodrow Wilson, presidente de los Estados Unidos, envió en 1916 un telegrama a Spokane donde respaldaba la celebración del día del padre. En 1924, el presidente Calvin Coolidge también se manifestó a favor.

Pese a toda esta promoción y respaldo presidencial, los padres de este país no recibieron su festivo hasta 1972. Tuvieron que pasar 58 años para que se celebrara a nivel federal como venían haciendo con el día de la madre. Irónicamente, algunos historiadores consideran que la actitud de los propios padres tuvo que ver con ese reconocimiento tardío, ya que practicamente no había interés alguno.

El derecho a celebrar el día del padre

Los hombres se mostraban renuentes a adoptar el sentimentalismo de un día dedicado a los padres. Y tampoco les parecía correcto gastar dinero en regalos para ellos mismos. En aquella primera parte del siglo XX, la mayoría de las madres se dedicaban a las labores domésticas, por lo tanto todos los recursos económicos del hogar provenía del padre de familia.

En 1957, la senadora republicana Margaret Chase Smith hizo una intervención. Advirtió que reconocer los esfuerzos de uno de los padres, ignorando al otro, sugería equivocadamente que el padre no era tan importante como la madre en el hogar. El presiente Lyndon B. Johnson también se manifestó en el mismo sentido. Elegir a uno solo de nuestros padres y omitir al otro es el insulto más terrible que puedan imaginar.

Johnson tardaría algunos años más en proclamar el tercer domingo de junio como el día del padre. Sin embargo, tuvo que pasar otro sexenio para que el presidente Richard Nixon lo oficializara en 1972.

La relativa juventud de esta celebración todavía se refleja en los números. Los estadounidenses desembolsan alrededor de 28 mil millones de dólares durante el día de la madre. Sin embargo, esta cifra se reduce hasta los 20 mil millones el día del padre. Cada país tiene su propio día e historia, aunque la gran mayoría en el continente americano siguieron el ejemplo de Estados Unidos y adaptaron su versión.

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