¿Quién puede olvidar a Chucky? El muñeco diabólico que todos conocimos en nuestra infancia y cuya imagen nos acosaba antes de ir a dormir.

Podemos estar seguros de que ese juguete no existe, por lo que no perseguirá a nadie con un cuchillo para matarlo. Pero lo verdaderamente aterrador es que esta historia ficticia del cine de horror se basa en un caso real que incluso es mucho peor.

Se trata de un muñeco vudú llamado Robert que, al igual que Chucky, busca venganza, y sus maneras de proceder dejarían a muchos con la piel de gallina.

El origen de Robert, el muñeco vudú

Robert es un muñeco de origen único. Fue propiedad de un pintor de Florida llamado Robert Eugene Otto, que le puso su mismo nombre en su infancia. Según la leyenda, el muñeco fue un regalo de una mujer afroamericana que trabajaba para la familia en 1903. Ella tenía una vendetta muy particular en contra de la familia del joven, ya que por muchos años recibió todo tipo de abusos y mal trato. Provenía de una familia que practicaba la brujería y utilizó el arte del vudú, al parecer, para vengarse.

Con un disfraz de oficial naval estadounidense y sosteniendo un pequeño león de peluche, Robert tiene una apariencia bastante inocente. Pero viéndolo de cerca, guarda cierto semblante de ira silenciosa y, tal y como su historia sugiere, fue creado como un muñeco vudú maligno.

Cuando recibió el regalo, Eugene se enamoró rápidamente de Robert. Incluso mantenía conversaciones con él como si realmente estuviera vivo. Al poco tiempo de su llegada, empezaron a suceder cosas extrañas en la casa: muebles movidos de lugar, juguetes rotos, adornos y joyas destrozadas e incluso golpes a miembros de la familia. Ellos pensaban al principio que todo lo ocasionaba Eugene, quien siempre reaccionaba aterrorizado culpando a Robert de los hechos. Pero nunca le creían.

Los sucesos extraños que inspiraron a Chucky

Con el paso del tiempo la verdad se hacía presente. Tanto, que hasta los vecinos y amigos de la familia Otto también coincidían en que Robert poseía cualidades sobrenaturales. Se decía que cuando estaban ausentes, el muñeco parpadeaba, reía o incluso deambulaba por la casa. A menudo los padres de Eugene escuchaban gritos espeluznantes desde la habitación del niño, y cuando llegaban a revisar el cuarto y a su hijo, que normalmente estaba dormido, Robert aparecía postrado junto a la cama.

Un día, la tía de Eugene, que vivía con ellos en aquel momento, sugirió que encerraran al muñeco en el ático. Esa misma noche, la mujer murió mientras dormía. Si bien no había pruebas de que Robert fuera el responsable, los Otto, por temor, decidieron apaciguar sus ánimos devolviéndolo a la habitación de Eugene.

Muchos años después, cuando el niño ya era adulto, heredó la casa de su infancia y se reunió con su viejo amigo Robert. A partir de ese reencuentro Eugene recurrió a su antiguo comportamiento y empezó a darle a Robert un lugar en la mesa del comedor cada noche. Algo que sin dudas consternaba a su esposa.

Tras la muerte de Eugene, una señora llamada Myrtle Reuter compró la casa, junto al muñeco. Según la Sra. Reuter y sus amigos, escuchaban pasos y risas provenientes de la habitación donde se encontraba Robert. Su hija describió el acoso del muñeco, muy similar al representado en las películas de Chucky. Le hablaba de cosas aterradoras, con vocabulario digno de un pirata e incluso la atacaba con violencia en numerosas ocasiones.

Robert en el Museo Fort East Martello de Key West
Robert en el Museo Fort East Martello de Key West

Robert en la actualidad

Después de experimentar sucesos de todo tipo, Myrtle donó a Robert al Museo Fort East Martello de Key West en 1994. Desde entonces permanece allí, donde cualquiera puede visitarlo y observarlo en persona.

Según los rumores, si los visitantes le faltan el respeto y se olvidan de pedirle permiso antes de tomarle una foto, el muñeco los maldecirá. Algunos incluso han llegado a escribirle cartas de disculpas tras una racha de mala fortuna por ello. Una de estas misivas explica cómo Robert hizo que perdieran un anillo de diamantes y cancelaran la boda de una hija.

Después de 100 años, Robert todavía se está vengando de quienes le hicieron algún mal. Los empleados del museo afirman que se muda de lugar de la noche a la mañana y tiene la capacidad de hacer que las cámaras de vigilancia dejen de funcionar. Todo un misterio que, al parecer, sigue tan vivo como el muñeco.

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