La tercera entrega de la película El Conjuro ha llegado a las pantallas de cine y sigue el peculiar juicio por asesinato de Arne Johnson, de 19 años en 1981. Arne confesó que mató a puñaladas a su casero mientras estaba bajo la influencia de una fuerza demoníaca. El caso se produjo en medio de una fascinación de la cultura pop de casi 15 años por lo oculto, alimentada por películas como «El bebé de Rosemary» y «El exorcista«. Y coincidió con el surgimiento de múltiples teorías de conspiración conocidas colectivamente como el pánico satánico de la década de 1980.

El suceso ocurrió en el verano de 1979 en Brookfield, Connecticut, una pequeña ciudad suburbana que no había visto un asesinato en sus 193 años de historia. La familia de la novia de Arne, Deborah Glatzel, se mudó temporalmente a una casa antigua en las afueras de la ciudad con la intención de restaurarla para futuros inquilinos.

Dicho acto tuvo un efecto rápido y extraño en el hermano de Deborah de 11 años, David. Quien afirmó tener visiones de un anciano demacrado y quemado por el sol advirtiéndole que anduviese con mucho cuidado. Según el pequeño, la apariencia del hombre se volvió menos humana con el tiempo, a medida que sus advertencias se volvían más amenazadoras. Aparecía con grandes ojos negros, dientes afilados, cuernos y cascos, y amedentraba con apoderarse de su alma. Un día, su madre Judy, lo encontró acostado boca abajo en la cama, donde supuestamente lo estaba asfixiando el hombre-bestia.

El primer poseído

Arne trató de ayudar a David y a la familia cuando pudo, pero pronto quedó claro que no se trataba simplemente de la imaginación activa de un niño. El pequeño Glatzel desarrolló el hábito de recitar pasajes de la Biblia y «El paraíso perdido» de John Milton al azar. Su cuerpo en pocas semanas se cubrió de rasguños y hematomas que nadie podía explicar. A veces parecía luchar contra unas manos invisibles que le apretaban el cuello, otras lo sacudían violentamente como si fuera un muñeco de trapo.

La familia católica se convenció de que David estaba poseído por el diablo, lo que los llevó a buscar la ayuda de Ed y Lorraine Warren. La pareja había atraído recientemente la atención nacional por su investigación sobre el embrujo de Amityville. Al conocer al niño por primera vez, Lorraine afirmó sentir una presencia oscura de inmediato.

«Mientras Ed entrevistaba al niño, vi una silueta negra y brumosa junto a él, lo que me dijo que estábamos lidiando con algo de naturaleza negativa e inhumana«.

Ed y Lorraine Warren
Ed y Lorraine Warren
Fuente de la imagen: BBC

El análisis de Ed determinó que no solo había un demonio dentro de David, sino 43, todos los cuales, según el demonólogo, el niño podía nombrar. La investigación concluyó en que el último recurso de la familia estaba en orden: el exorcismo. Los Warren afirmaron haber realizado tres exorcismos al niño bajo la supervisión de sacerdotes locales. Dijeron que David levitó, maldijo e incluso dejó de respirar por varios minutos. De manera escalofriante, también se dice que David predijo un asesinato durante los intensos encuentros.

La entidad se apodera de Arne Johnson

Fue en la última sesión de exorcismo cuando Arne, quien se había mudado recientemente con la familia, se desespero y exigió a la entidad entrar en él. Después de la petición de Johnson, los episodios de David se volvieron menos frecuentes. Pero, según Ed, al dirigirse de tal manera al diablo selló su propio destino.

Titulares del caso en la prensa
Titulares del caso en la prensa
Fuente de la imagen: Sopitas

El extraño comportamiento de Arne comenzó días después. Según Deborah, entraba en trances en los que gruñía, alucinaba y luego no recordaba los incidentes. Un día afirmó que el demonio tomó el control de su automóvil y lo hizo chocar contra un árbol a pesar de que salió ileso. Johnson y Deborah tuvieron que mudarse finalmente a un apartamento. Ella comenzó a trabajar para su casero, Alan Bono, en la perrera local, y Arne desarrolló con él una intensa amistad.

El 16 de febrero de 1981, Arne llamó enfermo a su trabajo como leñador para poder reunirse con Glatzel y Bono en la perrera. Los tres salieron a almorzar y Bono bebió mucho. Más tarde, aquella noche, regresaron al apartamento de Bono, donde tuvieron una acalorada discusión. Según lo que se declaró en el juicio, el joven poseído sacó una navaja de bolsillo de 10 cm y «bufó como un animal» antes de apuñalar a Bono repetidamente.

«El diablo me obligo a hacerlo» – Arne Johnson

Según el abogado de Johnson, Bono sufrió cuatro o cinco heridas mortales, la mayoría en el pecho y una desde el estómago hasta el fondo del corazón. Murió en el hospital horas después y Johnson fue encontrado deambulando a 5 km del lugar de los hechos.

Al día siguiente, Lorraine informó a la policía local que Arne estaba poseído cuando se cometió el crimen, lo que provocó un bombardeo mediático de inmediato. El abogado de Johnson, Martin Minella, adoptó rápidamente la evaluación de Lorraine como defensa oficial de Johnson. «Estoy muy segura, podría poner al Papa y él te diría que si un hombre está poseído por demonios, no es responsable«.

Imágenes del juicio de Arne Johnson
Imágenes del juicio de Arne Johnson
Fuente de la imagen: BBC

El juicio comenzó el 28 de octubre de 1981 y Minella presentó su declaración alegando a la inocencia de Arne por posesión. Lo que llevó a la sentencia más significativa del juicio. «Los tribunales han aceptado la existencia de Dios, y ahora se les pedirá que acepten existencia del demonio«.

Sin embargo, el diablo demostró ser menos persuasivo para el jurado. Johnson fue declarado culpable de asesinato en primer grado el 24 de noviembre de 1981. Y sentenciado a 20 años de prisión, aunque solo cumplió cinco. Al igual que con todos sus casos, los Warren enfrentaron un escrutinio no solo por los hechos de la historia, sino también por el interés comercial en ella. Pese a todo, sostuvieron hasta el final que tanto David Glatzel como Arne Johnson estaban realmente poseídos por entidades demoníacas. La verdad, como siempre, quedará a juicio del lector.

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