Muchas personas han vivido de cerca la experiencia de “jugar” con una tabla de Ouija. Ya sea en una fiesta con amigos, tal vez dentro de un edificio abandonado o posiblemente en una sesión guiada por un médium. De cualquier manera, este objeto se ha ganado a pulso ser uno de los más temibles y espeluznantes del siglo XX. Hasta el día de hoy, su popularidad acecha a cualquiera que tenga el valor de usarlo. Aunque todavía no se sabe en verdad si la tabla está maldita, si es un canal de comunicación con el más allá, si es un objeto satánico, si es mera sugestión del usuario, etc.

La Ouija en la época victoriana

La tabla Ouija que conocemos hoy en día existe desde la década de 1890. Aunque fue parte esencial de las civilizaciones antiguas de todo el mundo durante siglos. Una vez se usó un tablero similar en la Antigua Roma para predecir quién sería el próximo gobernante. En China, se emplearon tablas de adivinación por milenios hasta ser prohibidas a principios del siglo XX. En todo el mundo, el contacto espiritual ha sido una constante con el fin de acercarse a los muertos y otras entidades, para predecir desgracias o incluso ocasionarlas.

La sociedad de la época victoriana no fue una excepción y estaba especialmente fascinada por los fantasmas y lo sobrenatural. Muchas personas siguieron el movimiento del espiritismo. La creencia de que las almas de los muertos están presentes a nuestro alrededor y cuando se les solicita de manera adecuada, pueden comunicarse con los vivos.

La expansión del espiritismo en América del Norte y Europa iba de la mano del aumento de los bienes de consumo e inventos. Constantemente se comercializaban productos que prometían probar la existencia de espíritus y ofrecían la posibilidad de comunicarse con ellos. Si bien muchas personas creían genuinamente en la comunicación espiritual, algunos empresarios buscaban solamente aprovechar la tendencia y beneficiarse rápidamente.

Cuando la tabla se vendía como un juego para toda la familia

La tabla Ouija moderna que se conoce actualmente fue patentada por el inventor norteamericano Elijah Bond en el año 1981, con la empresa Novelty Company. La gente ya estaba acostumbrada al artilugio, pero era la primera vez que alguien lo comercializaba en masa y no de manera clandestina. Fue la combinación de buena sincronización y marketing inteligente lo que aseguró el éxito rotundo del producto.

Sesión de espiritismo en la época victoriana
Sesión de espiritismo en la época victoriana
Fuente de la imagen: The Guardian

No está claro si Bond y sus socios creían realmente que su dispositivo podía contactar a los espíritus. Pero lograron convencer al público de que así era, y obtuvieron una patente para el diseño.

Las primeras tablas de Ouija se comercializaban como un simple juego, incluso recomendada para toda la familia. Sin embargo, las leyendas urbanas alrededor del espiritismo atrajeron a otro tipo de clientela, los médiums. Habían encontrado un objeto de asistencia útil en sus sesiones, suficiente para cobrarlas más caras. Un negocio redondo para todos.

El cambio de percepción en el mercado

Hasta. mediados del siglo XX, la tabla Ouija siguió gozando de una popularidad fluctuante. Pero todo cambió en 1973 con el lanzamiento de la película de terror El Exorcista. Su trama se basó en el caso real del exorcismo de Roland Doe en la década de 1940. Pero se agregaron muchos elementos de ficción para lograr un efecto más dramático. Aunque es poco probable que el tablero haya estado involucrado directamente en la historia real, tuvo gran importancia en el filme. Cuando Regan cayó poseída tras solamente «jugar» con una Ouija, la percepción popular del tablero cambió para mal, para siempre.

Pronto, las Ouijas y muchas otras prácticas de espiritismo fueron denostadas por un pánico masivo y generalizado. La gente estaba aterrorizada y de la noche a la mañana la asoció con el diablo y el infierno. A lo largo de los años 70 y 80, se publicaron más libros y películas que repetían las advertencias de los peligros de estos contactos. Esta tendencia, aunada con el terror colectivo, culminó con varias noticias en los años 90 de prácticas asociadas a la tabla entre grupos satánicos y sociedades ocultistas de Norteamérica.

Tras estos acontecimientos, la reputación de la Ouija se entrelazó para siempre con el mal. Aunque a pesar de toda esta publicidad negativa, parece ser que hoy en día el juego está redescubriendo un nuevo mercado. Su aparición en programas de televisión y películas populares que de algún modo normalizan y suavizan esta práctica, han ayudado a reparar el daño. Aún así, todavía se vende con un aviso de cuidado, ya que nunca se sabe lo que puede ocurrir.

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