Para los visitantes curiosos del Museo de lo Oculto de la familia Warren en Monroe, Connecticut, Annabelle se parecería a cualquier otra muñeca Raggedy Ann producida a mediados del siglo XX.

Pero la muñeca original es en realidad cualquier cosa menos ordinaria. Desde el primer suceso ocurrido en 1970, esta muñeca aparentemente malvada, ha sido acusada de posesión demoníaca, una serie de ataques violentos y al menos dos experiencias cercanas a la muerte. En los últimos años, las historias reales de Annabelle incluso han llegado a inspirar una serie de películas de terror, dentro de la saga El Conjuro.

El inicio de los problemas

Todo se remonta al año 1970, cuando la muñeca era nueva. Según cuenta la historia, Annabelle había sido un regalo de una madre a su hija, una joven enfermera llamada Donna, por su cumpleaños número 28. Esta chica, inicialmente encantada con el regalo, lo llevó al apartamento que compartía con una compañera de trabajo llamada Angie.

Al principio, la muñeca era un accesorio adorable de la casa y se le podía encontrar generalmente sentada en un sofá en la sala de estar, saludando a los visitantes con su rostro amigable. Pero al poco tiempo, las dos mujeres empezaron a notar que Annabelle parecía moverse a través de zonas del complejo por su propia cuenta.

Donna la sentaba en el sofá de la sala antes de irse al trabajo solo para volver a casa por la tarde y encontrarla en el dormitorio, con la puerta cerrada. Conforme iba pasando el tiempo los sucesos se hacían más recurrentes y adquirían un carácter más serio y extraño. Las dos amigas comenzaron a encontrar notas en todo el apartamento con mensajes pidiendo ayuda. Según ellas, escritos en papel pergamino que ni siquiera tenían en casa.

Las experiencias, cada vez más frecuentes, se empezaron a percibir por otras personas. El novio de Angie, conocido como Lou, estaba en el apartamento una tarde mientras Donna estaba fuera y escuchó un susurro en su habitación como si alguien hubiera entrado. Tras inspeccionar la casa no encontró nada, ni siquiera señales de que la entrada hubiese sido forzada, pero Annabelle estaba con la cara tendida en el suelo. De repente, sintió un dolor punzante en el pecho y miró hacia abajo por inercia, viendo marcas de garras ensangrentadas que lo atravesaban. Dos días después, desaparecieron sin dejar rastro.

El aspecto real de la muñeca
El aspecto real de la muñeca

La médium y Annabelle Higgins

Después de la traumática experiencia de Lou, Donna y Angie invitaron a una médium experta en este tipo de asuntos para que les ayudara a resolver la situación. La médium celebró una sesión y percibió que la muñeca estaba habitada por el espíritu de una niña fallecida de siete años llamada Annabelle Higgins, cuyo cuerpo había sido encontrado años atrás en el lugar donde se había construido el edificio. La médium afirmó que el espíritu era benévolo y que simplemente quería ser amado y cuidado. Según los informes, las enfermeras sintieron cierta empatía y permitieron que la muñeca estableciera su residencia con ellas.

Pese a todo, consideraron buena idea llamar a un sacerdote episcopal para librar al espíritu y contactaron al padre Hegan. Hegan se puso en contacto con su superior, el padre Cooke, quien alertó finalmente a Ed y Lorraine Warren, los conocidos investigadores paranormales.

Los Warren entran en escena

En lo que respecta a Ed y Lorraine Warren, los problemas de las jóvenes realmente comenzaron cuando la muñeca les dio lástima. Los Warren creían que en realidad había una fuerza demoníaca en busca de un anfitrión humano dentro de la muñeca y no un alma benevolente, como previamente les habían hecho creer. El relato de los Warren sobre el caso dice:

Los espíritus no poseen objetos inanimados como casas o juguetes, poseen personas. Un espíritu demoníaco puede adherirse a un lugar u objeto y esto es lo que ocurrió en el caso Annabelle. Este espíritu manipuló la muñeca y creó la ilusión de que estaba viva para obtener reconocimiento. En verdad, el espíritu no buscaba permanecer apegado a la muñeca, buscaba dar un salto y poseer un anfitrión humano«.

Inmediatamente, los Warren notaron lo que creían que eran signos de posesión demoníaca, incluido el movimiento físico de la muñeca, la materialización con las notas de papel de pergamino y «la marca de la bestia» en el pecho de Lou.

El matrimonio de investigadores solicitó posteriormente al padre Cooke que realizara un exorcismo de todo el hogar. Luego, sacaron a Annabelle del complejo y la llevaron a su lugar de descanso final en el Museo de lo Oculto, con la esperanza de que su caso finalmente terminara.

Lorraine Warren portando a la muñeca real Annabelle
Lorraine Warren portando a la muñeca real Annabelle

El traslado de Annabelle a su jaula de encierro permanente

Después del exorcismo del apartamento de las enfermeras, los Warren abrocharon a Annabelle en el asiento trasero de su automóvil y evitaron tomar la carretera en caso de que tuviera algún tipo de poder que les causara un accidente. Sin embargo, incluso las carreteras secundarias más seguras resultaron demasiado arriesgadas para la pareja.

De camino a casa, Lorraine afirmó que los frenos se detuvieron o fallaron varias veces, lo que provocó choques casi desastrosos. Tan pronto como Ed sacó agua bendita de su bolsa y roció a la muñeca con ella, el problema desapareció.

Al llegar a casa, colocaron la muñeca en el estudio, donde informaron que levitaba y se movía por la zona. Incluso cuando la encerraron bajo llave en un edificio exterior, afirmaron que aparecía nuevamente dentro de la casa.

Finalmente, los Warren decidieron encerrar a Annabelle para siempre. Mandaron construir una caja de madera y vidrio especialmente para la entidad, en la que inscribieron la oración del Padre nuestro y el Padre San Miguel como primeras medidas precautorias, así como múltiples imágenes de deidades y avisos para que nadie se atreviera a abrir el enclaustro permanente.

A partir de ahí han existido ciertos incidentes con personas que se han tomado a la ligera la presencia del demonio. Uno de ellos, al parecer, perdió la vida en un accidente automovilístico. Hoy en día la familia Warren advierte a todos aquellos que se acercan a la entidad, que no incurran en negligencias por su propio bien.

El museo de lo oculto

Aunque Ed y Lorraine Warren ya han muerto, su legado ha sido continuado por su hija Judy y su esposo Tony Spera. Ed consideraba a Spera su heredero directo en lo que a demonología respecta y le confió la responsabilidad de su trabajo. Esto incluye el cuidado de los artefactos ocultos y peligrosos dentro de la propiedad de los Warren.

Entre estos objetos se encuentra la muñeca Annabelle y su funda protectora. Haciéndose eco de las advertencias de sus predecesores, Spera continua muy bien con dicha labor, sobre todo avisando a todo el que visita el museo de que Annabelle es el objeto más peligroso. Actualmente, un sacerdote asiste por lo menos una vez al mes para bendecir el museo y rezar cerca de la muñeca, es la única manera de mantener al demonio contenido.

La muñeca en el Museo de lo Oculto de los Warren
La muñeca en el Museo de lo Oculto de los Warren

Annabelle hoy en día

Los temores que rodean a la muñeca Annabelle se revolucionaron aún más en agosto de 2020, cuando surgieron algunos informes de su supuesto escape del Museo de lo Oculto de los Warren, que cerró, al menos temporalmente, debido a problemas de zonificación en 2019.

Aunque los rumores se difundieron rápidamente en las redes sociales, la información se reveló rápidamente como inexacta. El propio Spera publicó un vídeo de sí mismo junto a la muñeca en el museo. Ella nunca escapó y, tal y como comentó, le preocuparía mucho si lo hiciera, «porque no es nada con lo que la humanidad quisiera jugar«.

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