Qin Shi Huang (259 a.C. – 210 a.C.) fue el primer emperador de una China unificada y fundador de la dinastía Qin, que gobernó desde 246 a.C. hasta 210 a.C.

En su reinado de 35 años, causó el mayor avance cultural e intelectual de la nación hasta nuestros días. El precio de dichos progresos fue pagado con cantidades inmensas de sangre. Es famoso por crear proyectos de construcción, sistemas económicos, la centralización gubernamental y una busqueda sin sentido por la inmortalidad, entre muchas otras cosas.

Vida temprana

El nacimiento y la paternidad de Qin Shi Huang están envueltos en una bruma de misterio bastante espesa. Según la leyenda, un rico comerciante llamado Lu Buwei se hizo amigo de un príncipe del estado de Qin durante los últimos años de la dinastía Zhou Oriental (770–256 a. C.). La encantadora esposa del comerciante, Zhao Ji, acababa de quedar embarazada, por lo que arregló que el príncipe la conociera y se enamorara de ella. En poco tiempo se convirtió en la concubina del príncipe y algunos meses más tarde dio a luz al hijo del comerciante Lu Buwei en el año 259 a.C.

El bebé, nacido en Hanan, se llamaba Ying Zheng. El príncipe creía que el bebé era suyo, así que Ying Zheng ascendió al poder como hijo legitimo y se convirtió en Rey del estado Qin en el año 246 a.C., tras la muerte de su supuesto padre. Tomó posteriormente el nombre de Qin Shi Huang en su gobierno.

El reinado de Qin Shi

El joven Rey tenía solo 13 años cuando tomó el trono, por lo que su primer ministro (y probablemente su verdadero padre), Lu Buwei, actuó como Rey regente durante los primeros nueve años. Este fue un momento difícil para cualquier gobernante en China, ya que el territorio tenía siete estados en guerra compitiendo por el control de la tierra. Los líderes de los estados Qi, Yan, Zhao, Han, Wei, Chu y Qin fueron antiguos duques de la dinastía Zhou, pero cada uno se proclamó Rey cuando el reinado de Zhou se vino abajo.

China antes de la unificación
China antes de la unificación

En este entorno inestable, la guerra floreció al igual que libros como El arte de la guerra de Sun Tzu.

Lu Buwei tenía más de un conflicto, temía que el nuevo Rey descubriera su verdadera identidad, así que tramó un plan para destituirlo. Su ardid consistió en presentarle un marido a Zhao Ji, su ex esposa, la reina viuda y madre del Rey. Con este nueva pareja llamado Lao tuvo 2 hijos y, en conjunto con Lu Buwei, decidieron lanzar un golpe de estado en el año 238 a.C.

El nuevo esposo de la reina madre levantó un ejército ayudado por el Rey de la ciudad Wei, e intentó tomar el control mientras Qin Shi Huang viajaba. El joven Rey, sin embargo, tomó medidas enérgicas contra la rebelión y prevaleció. Lao fue ejecutado, amarraron sus brazos, piernas y cuello a varios caballos y fue desmembrado de inmediato. También asesinaron a toda su familia, incluidos los dos medios hermanos del Rey y todos los demás parientes en tercer grado (tíos, tías y primos). La reina viuda se salvó pero pasó el resto de sus días bajo arresto domiciliario.

Lu Buwei fue desterrado después del incidente, pero no perdió toda su influencia en Qin y vivió en constante temor a la ejecución. Por fin, en el año 235 a.C., Lu se suicidó bebiendo veneno. Con su muerte, el Rey de 24 años asumió el mando total sobre el reino.

Desgraciadamente aquellos conflictos dejaron cicatrices en el Rey y comenzó a sospechar cada vez más de quienes lo rodeaban. Desterró a todos los eruditos extranjeros de su corte por miedo a que fueran espías, pero los temores del Rey estaban bien fundados. Uno de los múltiples intentos de asesinato que sufrió ocurrió en el año 227. El estado Yan envió a dos asesinos a su corte, pero el Rey los combatió con su espada.

La difícil unificación de China

Los intentos de asesinato surgieron en parte debido a la desesperación en los reinos vecinos. El Rey Qin tenía el ejército más poderoso y los gobernantes vecinos temían una invasión. El reino Han cayó ante Qin Shi Huang en 230 a.C. En 229, un devastador terremoto sacudió a otro poderoso estado, Zhao, dejándolo debilitado. Qin Shi Huang aprovechó el desastre e invadió la región. Wei cayó en 225, seguido por el poderoso Chu en 223. El ejército Qin conquistó a Yan y Zhao en 222 (a pesar de otro intento de asesinato de un agente Yan). El último reino independiente, Qi, cayó ante los Qin en 221 a. C.

Con la derrota de los otros seis estados en guerra, Qin Shi Huang había unificado el norte de China. Su ejército continuaría expandiendo los límites del sur del Imperio Qin a lo largo de su vida, conduciendo tan al sur como pudo, hasta la región conocida hoy como Vietnam. El Rey de Qin se proclamo entonces emperador de China.

Como emperador, Qin Shi Huang reorganizó la burocracia, abolió la nobleza existente y la reemplazó con sus funcionarios designados. También construyó una red de carreteras, con la capital de Xianyang en el centro. Además, el Emperador simplificó la escritura china escrita, pesas y medidas estandarizadas y acuñó una nueva moneda de cambio.

La búsqueda de la inmortalidad de Qin Shi Huang

Cuando entró en la mediana edad, el Primer Emperador comenzó a temer más a la muerte. Se obsesionó con encontrar el elixir de la vida que le permitiera vivir para siempre. Los médicos y alquimistas de la corte inventaron varias pociones, muchas de las cuales contenían mercurio, lo que probablemente tuvo el efecto irónico de acelerar su muerte en lugar de evitarla.

En caso de que los elixires no funcionaran, en 215 a.C., el Emperador ordenó la construcción de una tumba gigantesca para él. Los planes para la tumba incluían ríos fluidos de mercurio, trampas de ballesta para evitar a los saqueadores y réplicas de sus palacios terrenales.

A pesar de sus excentricidades, el Emperador llevó a cabo algunas de las construcciones más importantes del mundo a día de hoy, además de otros muchos avances para la civilización china.

La Gran Muralla China

A pesar de su poderío militar, el nuevo Imperio Qin unificado se enfrentó a una amenaza recurrente desde el norte. Incursiones de los nómadas Xiongnu, los antepasados ​​de los hunos de Atila. Para defenderse de ellos, Qin Shi Huang ordenó la construcción de un enorme muro defensivo.

La Gran Muralla China

El trabajo fue realizado por cientos de miles de esclavos y delincuentes entre 220 y 206 a.C. En este periodo, incontables miles de ellos murieron en la tarea.

Esta fortificación formó la primera sección de lo que más tarde se convertiría en la Gran Muralla de China.

Lenguaje escrito

Qin instituyó un lenguaje escrito uniforme. Antes de eso, cada región de China tenían su propio idioma, dialecto y sistemas de escritura. La imposición de un lenguaje universal permitió una mejor comunicación y la implementación de políticas en el nuevo imperio.

Las carreteras

La construcción de carreteras trajo consigo mayores conexiones entre provincias y ciudades importantes. Lo cual mejoró considerablemente el comercio del país, así como la comunicación entre comunidades. La dinastía también estandarizó la longitud de los ejes en los carros para que todos pudieran circular cómodamente.

El sistema de pesos y medidas

Qin Shi estandarizó todos los pesos y medidas, lo que condujo a un comercio más eficiente y honrado. Esta conversión permitió que las dinastías posteriores desarrollaran un sistema tributario de impuestos efectivo.

La moneda

En otro esfuerzo por unificar el imperio, la dinastía Qin estandarizó la moneda china, creando un sistema económico de diferentes valores, teniendo como base la moneda de cobre. Este suceso condujo a un mayor comercio en más regiones.

Monedas de cobre de la dinastía Qin
Monedas de cobre de la dinastía Qin

Los guerreros de terracota y la tumba de Qin Shi

Una de las hazañas arquitectónicas que atrae a más turistas a China es la enorme tumba construida en la actual provincia Xian, llena de guerreros de terracota.

Cuando murió el Emperador, fue enterrado junto a todo un ejército de cientos de miles de soldados de terracota que se suponía que lo protegerían en su otra vida. La tumba fue descubierta por unos granjeros que buscaban un pozo en el año 1974.

El secreto de Qin Shi

Qin Shi se caracterizaba por un notable carisma que lo ayudó a ganarse la admiración de toda la población china, independientemente del estrato o clase. Muchos sujetos lo siguieron porque les mostró algo más grande que sus reinos locales, una idea visionaria de un estado-nación cohesionado. Una China unida.

Pueden verse similitudes con otras personalidades de culto en líderes posteriores en la historia de China, como el presidente Mao Zedong. De hecho, Mao se comparó en diversas ocasiones con el emperador Qin.

Pese a toda la gloria que adquirió con el tiempo, lo correcto sería decir que todo su imperio y legado descansa sobre los cadáveres de cientos de miles de hombres masacrados y esclavizados. Pero nadie podrá negar que el Emperador Qin Shi hizo más por China en sus años de gobierno que todos sus antecesores y sucesores juntos.

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