La historia de España es una extensísima crónica de luces y sombras, como la de cualquier otro país a lo largo del tiempo. Acumulando la influencia y riqueza cultural de varias civilizaciones durante siglos, sobreviviendo a conflictos y guerras nacionales e internacionales y reconstruyéndose políticamente en múltiples ocasiones, pudo establecerse finalmente como una democracia en progreso, bajo un modelo de monarquía parlamentaria que se mantiene hasta el día de hoy. Después de 36 años de dictadura, tuvieron lugar en 1977 las primeras elecciones generales. Un punto de inflexión en la historia contemporánea del país, identificado como la Transición Española. En esta campaña electoral, el candidato a la presidencia Adolfo Suárez pronunció un discurso que habría marcado para siempre este periodo. Un símbolo de cambio y transformación hacia la democracia a partir de una de las anáforas más reconocidas por toda la población española. «Puedo prometer y prometo».

Pese a que en su momento despertó las burlas entre la comunidad humorística, el discurso catapultó a Suárez hacia la presidencia. Con el paso del tiempo, trascendió como uno de los alegatos más importantes de la política española y también del periodismo nacional.

La Transición Española. De la dictadura a la democracia

Después de la Guerra Civil española, el general Francisco Franco se proclamó caudillo en una dictadura fascista que duró de 1939 hasta el día de su muerte, el 20 de noviembre de 1975. Los casi cuarenta años de franquismo recibieron una gran influencia de los totalitarismos alemán e italiano que dominaron Europa durante mitad del siglo XX.

Dos días después del fallecimiento de Franco, quien había sido nombrado sucesor para acatar y perpetuar el régimen, Juan Carlos de Borbón, no lo hizo. Fue proclamado rey de España como Juan Carlos I, promoviendo la Ley para la Reforma Política, ratificada en referéndum, que inició la transición a la democracia. Sin embargo, el primer gobierno bajo este nuevo modelo político, presidido por Carlos Arias Navarro, fracasó en sus pretensiones por transformar España. Arias Navarro había ejercido el puesto durante los últimos tres años de la dictadura. Y fue, de hecho, quien emitió el comunicado oficial de prensa anunciando la muerte del dictador.

El nombramiento de Juan Carlos de Borbón como rey de España, Juan Carlos I
El nombramiento de Juan Carlos de Borbón como rey de España, Juan Carlos I
Fuente de la imagen: El País

Ante las primeras frustraciones del proceso, se convocaron elecciones generales. Las primeras elecciones libres desde los tiempos de la Segunda República a principios de siglo XX. Se celebraron el 15 de junio de 1977 y derivaron en la constitución de las Cortes, el Congreso de los Diputados y el Senado.

Los partidos candidatos a las votaciones fueron el Partido Socialista Obrero Español (existente a día de hoy), el Partido Comunista de España (legalizado tras la dictadura), Alianza Popular (hoy convertido en Partido Popular), la coalición Unión Socialista y la coalición Unión de Centro Democrático, presidida por Adolfo Suárez.

Dos días antes de los comicios, el 13 de junio, Suárez pronunció en Radio Televisión Española el discurso electoral que lo llevó al triunfo. Dejando para siempre una huella en la historia.

El discurso de Adolfo Suárez y la anáfora «puedo prometer y prometo»

Fue el periodista gallego Fernando Ónega quien compuso parte del discurso de Adolfo Suárez. Una vez en la presidencia, Ónega ejerció como director de prensa del partido, elaborando así todos sus mítines posteriores.

La televisión pública proveyó a los partidos políticos de varios espacios gratuitos para dirigirse a los ciudadanos durante la campaña electoral. El discurso de Adolfo Suárez fue el último de todos.

Constaba de dos partes diferenciadas. Una narración introductoria y una enumeración de propuestas y compromisos que proclamó bajo una fórmula en la que repetía la frase «puedo prometer y prometo».

Discurso de Adolfo Suárez emitido por Radio Televisión Española en 1977
Fuente del vídeo: Youtube Felipe 6

Esta anáfora se consideró factor clave en su victoria, interpretándose como un gran signo de estrategia lingüística con el que comunicó la idea de ir más allá de lo posible. Su discurso convergió en dos conceptos: la capacidad de llevar a cabo (puedo prometer) y el compromiso de hacerlo (prometo).

Parte final del discurso electoral con la anáfora «puedo prometer y prometo»

«Puedo prometer y prometo que nuestros actos de gobierno constituirán un conjunto escalonado de medidas racionales y objetivas para la progresiva solución de nuestros problemas. 

Puedo prometer y prometo intentar elaborar una Constitución en colaboración con todos los grupos representados en las Cortes, cualquiera que sea su número de escaños. 

Puedo prometer y prometo, porque después de las elecciones ya existirán los instrumentos necesarios, dedicar todos los esfuerzos a lograr un entendimiento social que permita fijar las nuevas líneas básicas que ha de seguir la economía española en los próximos años.

 Puedo prometer y prometo que los hombres de Unión de Centro Democrático promoverán una reforma fiscal que garantice, de una vez para todos, que pague más quien más tiene. 

Puedo prometer y prometo un marco legal para institucionalizar cada región según sus propias características. 

Puedo prometer y prometo que trabajaremos con honestidad, con limpieza y de tal forma que todos ustedes puedan controlar las acciones de gobierno. 

Puedo, en fin, prometer y prometo que el logro de una España para todos no se pondrá en peligro por las ambiciones de algunos y los privilegios de unos cuantos«.

Folleto electoral de Unión de Centro Democrático para las elecciones de 1977
Folleto electoral de Unión de Centro Democrático para las elecciones de 1977
Fuente de la imagen: Todocolección

La trascendencia y repercusión del discurso

La primera consecuencia del discurso fue, evidentemente, la victoria de Unión de Centro Democrático ante el Partido Socialista Obrero Español, quien se postulaba como posible ganador.

El alegato sirvió también para identificar a Adolfo Suárez con el propio partido UCD, ayudando a estabilizar temporalmente la coalición hasta su disolución final tras las elecciones de 1982.

La trascendencia de estas elecciones, así como de todos los procesos de transformación económica, política y social que experimentó el país durante su transición, se vieron enmarcados por las palabras de un discurso que se grabó en la historia de España como símbolo de reforma y evolución. Como evidencia de la importancia y el valor de las palabras y el lenguaje, y la fuerza que un solo mensaje puede transmitir a pesar de la memoria y del tiempo.

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