A principios del siglo XIX, los nativos americanos de la Nación Choctaw donaron 170 dólares para el alivio de la hambruna irlandesa. Una suma increíble en aquel momento que en la actualidad equivale a decenas de miles de dólares. Este acto marcó un hito en la relación de ambas culturas que perdura hasta el día de hoy.

El origen del gesto

Los Choctaw fueron una tribu orgullosa que se vio obligada a abandonar sus tierras en 1831 para embarcarse en el llamado «Camino de las Lágrimas». Una caminata de 800 km desde Oklahoma a Mississippi. Irónicamente, el hombre que los obligó a abandonar sus tierras fue el entonces presidente de Estados Unidos Andrew Jackson, hijo de inmigrantes irlandeses. Incluso a pesar de haber estado aliados durante la Guerra de 1812 en la campaña contra los británicos en Nueva Orleans.

El 27 de septiembre de 1830 se firmó el Tratado de Dancing Rabbit Creek. Representó una de las transferencias de tierra más grandes realizadas entre el gobierno de los Estados Unidos y los nativos americanos. Por el tratado, los Choctaw cedieron sus tierras tradicionales, abriéndolas para el asentamiento europeo-estadounidense. Luego, la tribu fue enviada a una marcha forzada lejos de su territorio.

De los 21,000 choctaws que iniciaron el viaje, más de la mitad perecieron por desnutrición y enfermedades. Al encontrarse en su nueva tierra tribal, se enteraron de un padecimiento que azotaba a otro país más allá de Estados Unidos, Irlanda. De alguna manera relacionaron su desgracia con la de aquellos que sufrían de hambre y enviaron dinero a una organización estadounidense que apoyaba la causa. Este gesto se consideró el regalo más extraordinario, no por la suma en sí sino por su naturaleza inesperada. La tribu envió la cantidad en el apogeo de la crisis, cuando cerca de un millón de irlandeses se morían de hambre.

El legado de la tribu Choctaw

Gracias al trabajo de activistas locales en Irlanda, el regalo Choctaw fue reconocido mundialmente. En 1990, por ejemplo, varios líderes choctaw participaron en la primera caminata anual por la hambruna en Doolough, Irlanda, en honor al Camino de las Lágrimas.

En 1992, los líderes irlandeses repitieron el homenaje, viajando con los nativos locales desde Oklahoma hasta Mississippi. La tribu nombró a la presidenta de Irlanda, Mary Robinson, jefa honoraria. Ambos grupos decidieron ayudar a los que sufren de hambruna, principalmente en África y el Tercer Mundo, y lo han hecho desde entonces. El regalo se recuerda en Irlanda como uno de los eventos más importantes de su historia.

Existe una placa en la mansión de Dublín que honra la contribución de Choctaw y dice: «Su humanidad nos llama a recordar a los millones de seres humanos en todo el mundo que mueren de hambre y de enfermedades relacionadas en un mundo de abundancia«.

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