El tema de los superhéroes nunca pasará de moda ni en cine ni en televisión. Después de más de diez años de éxitos en taquilla por parte de Marvel (y lo que falta por venir del UCM), y de las numerosas series spin-off en plataformas como Netflix, Amazon Prime Video se lanzó al género de los cómics con una adaptación disruptiva e insospechada. La serie The Boys rompió todos los moldes de esta categoría, explorando algunos elementos de un mundo de héroes y villanos nunca antes visto en pantalla.

Quizá algo parecido hizo Watchmen en 2009. Pero The Boys llegó para destrozar todos los paradigmas, desmitificar personajes y hacer visibles situaciones de lo más rocambolescas. Muchas de ellas, y esto es importante, más presentes de lo que se cree en el mundo real.

La violencia extrema de esta serie, la tremenda honestidad con la que trata determinados aspectos sociales, la sátira audaz y sin tapujos y el descaro con que desarrolla su propia trama, fueron las claves de su éxito indiscutible. The Boys nos desnuda, figurada y literalmente, a sus personajes, demostrándonos los espacios grises entre el héroe y el villano. Las luces y las sombras de los buenos y de los malos. Y que casi todo depende del punto de vista.

A través de una historia magnífica, absolutamente realista y crítica, The Boys fusiona intrigas corporativas, conspiración política, revueltas sociales, dramas familiares, elitismo, infidelidad, desamor, traumas infantiles, despecho, conductas autodestructivas y hasta relaciones difíciles de clasificar. Todo ello en un contexto de lo más actual, con la influencia absoluta de los medios de comunicación, las redes sociales, la publicidad y la importancia imperante de la imagen pública y la opinión de las masas.

The Boys responde a la pregunta ¿cómo sería nuestro mundo si existieran los superhéroes? Un mundo corrompido por las apariencias, las mentiras y la ignorancia. Donde las grandes corporaciones campan a sus anchas haciendo y deshaciendo a su antojo sin que la población masiva, inmersa en sus pantallas, llegue a darse cuenta. Un mundo de conveniencias e intereses donde la línea entre el bien y el mal se difumina constantemente.

The Boys en materia

The Boys cuenta con 16 episodios divididos en 2 temporadas y fue lanzada en todo el mundo en verano de 2019. La emisión de la primera temporada obtuvo una aceptación extraordinaria entre la audiencia, pero fue la segunda etapa, presentada en 2020, la que encumbró la serie.

Está basada en el cómic homónimo de Garth Ennis y Drick Robertson y escrita y dirigida por el creador de la serie Supernatural, Eric Kripke.

Protagonistas de The Boys
Protagonistas de The Boys
Fuente de la imagen: Amazon Prime Video

El argumento de la serie

Los hechos se desarrollan en un universo en que personas con súper poderes son reconocidos de forma generalizada como héroes y trabajan para una poderosa empresa llamada Vought International. Entre ellos, los Siete son el equipo de superhéroes más importantes y mediáticos, que tras su imagen de protectores y justicieros esconden una realidad de corrupción, arrogancia, mentiras y problemas psicológicos. Como meros productos publicitarios, Vought explota a los héroes buscando rentabilizar su hazañas y proezas, muchas veces amañadas, como un escaparate de justicia y seguridad falsas. Entre medias, confabula y extorsiona a otras entidades, al gobierno y a sus mismos empleados, tratando de sacar el máximo provecho económico tanto en esta industria del superhéroe (muy presente en la serie), como en la industria farmacéutica (sorpresa).

En el lado opuesto de la historia se encuentran The Boys. Una banda maltrecha e improvisada bajo el liderazgo de Billy Butcher, quien desprecia a los superhéroes por asuntos de venganza personal. Estos protagonistas buscan desmantelar a Vought y sacar a la luz la corrupción de sus actos, así como los trapos sucios de cada uno de los Siete.

La historia evoluciona y se complica cuando se van descubriendo algunos matices de los personajes. Entre violencia y escenas incómodamente explícitas, van sucediendo enredos y revelaciones que cambian el rumbo de la trama hacia desenlaces totalmente inesperados.

La propuesta de The Boys

Sería imposible enumerar todos los elementos excepcionales de la serie. Desde los aciertos en casting, hasta los diálogos y los efectos especiales. Todo está excelentemente bien resuelto y conectado, sin dejar hilos sueltos y manteniendo una tensión constante que se va descifrando a buen ritmo.

Cada capítulo es único y en todos ellos hay escenas memorables. La escenografía, las pausas y hasta la música son perfectas. En conjunto, es una producción cuidada y meticulosa, que demuestra entre todo su desorden y su anarquía mucho control y detalle.

Personajes superhéroes en un contexto realista

El modo en que The Boys presenta a personajes con súper poderes en un mundo tan real como el nuestro es sublime. Nunca antes se había planteado este escenario en que los héroes son sometidos a la presión mediática, a la opinión pública y las agendas programadas de una estrategia publicitaria.

Si existieran estos personajes en la vida real, lo más probable es que sería de esta manera. Reducidos a simples productos rentables y manejados por una empresa cuyos intereses son más importantes que la misma lucha contra el crimen.

The Boys también nos muestra el lado oscuro de estos héroes. Personajes que tras su máscara reluciente esconden infinitas carencias emocionales, traumas infantiles, dependencias y conductas autodestructivas. Situaciones que es comprensible que se desarrollen en un contexto de falsas apariencias y coacción corporativa. La falta de libertad en muchos aspectos y la propia corrupción de estos personajes es más que reconocible en algunas industrias de nuestra realidad, como el mundo del espectáculo y el entretenimiento.

The Boys evidencia muchas situaciones deplorables que sí existen en nuestro plano y las destripa con una honestidad brutal, tan expresa y manifiesta que llega incluso a incomodar en algunas ocasiones. Lo que hace de la serie una absoluta y rotunda maravilla.

La sátira como eje central

Después de todo, la relación entre The Boys y la vida real forma parte de la sátira y el sarcasmo con que la serie trata de reflejar la sociedad actual. Una burla despiadada y sin filtros de las circunstancias que suceden todos los días en nuestra vida. Y lo sabemos.

La serie es tan evidente y espontánea que es imposible no ver la correspondencia. Y lo mejor de todo, es que entre tanta crítica y juicio constantes y sanguinarios hacia la realidad social, entretiene y divierte sobremanera. Sin llegar a cansar o a hostigar a la audiencia, sin hacer sentir mal a nadie o alimentar tendencias de mosqueo.

Violencia explícita y escenas inesperadas

La violencia es uno de los elementos más importantes de la serie. Está presente de principio a fin, en los diálogos y en las escenas. En las mismas definiciones de los personajes y en sus propias conductas.

Escena violenta con la que inicia la serie The Boys
Escena violenta con la que inicia la serie The Boys
Fuente de la imagen: Amazon Prime Video

Está tan integrada en la historia que llega a ser una constante. Incluso llegando a mostrar escenas definitivamente difíciles de ver, pero sin las que la serie ya no sería lo mismo. Esta sinceridad categórica en The Boys se volvió como un sello, una identidad, una herramienta necesaria y principal en la historia.

Pocas veces la violencia se usa con inteligencia, más allá del espectáculo y los efectos especiales. En este caso, es un conducto narrativo, una obligación del guión para exhibir la perversión completa que caracteriza a The Boys. Es tanta y tan cruda que no hace ruido, sino que se convierte en un protagonista más alrededor del cual gira toda la trama y todos los personajes.

The Boys, una muy buena historia muy bien contada

Partiendo de la excelente interpretación de los personajes, especialmente Karl Urban como Billy Butcher y Antony Starr como Homelander, The Boys cuenta con todos los componentes ganadores.

Amazon consiguió envolverse en el concepto central del cómic: lo incorrecto y desagradable. Volviéndolo incluso más ácido y salvaje gracias a las bondades del medio audiovisual.

Se adentra en los asuntos de más controversia de la actualidad, posicionándose de forma directa pero sin caer en la moralidad impostada y aburrida. Y despliega una historia arrolladora y sugestiva que nos mantiene a todos pegados a la pantalla. Sin lugar a dudas y por mucho, una de las mejores series de la historia.

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