Todos los que hayan intentado atrapar alguna vez a una mosca se han dado cuenta de que es algo casi imposible. Pero, ¿por qué? Mientras el tiempo de reacción de los humanos es de 215 milisegundos, el de estos insectos es de 8.3. Es decir, las moscas son casi 26 veces más rápidas que nosotros. Teniendo esto en cuenta, muchos dejaríamos de intentar cazarlas.

El tiempo de reacción de las moscas

La evidencia que comprueba esta velocidad de reacción se comprobó en un experimento donde se filmó a una mosca posada sobre una mandarina, mientras una flecha atravesaba la fruta. La prueba tiene sustento científico, pues se basó en las conclusiones de un estudio publicado en 1950 llamado, literalmente, Tiempo de reacción de una mosca doméstica.

Test del tiempo de reacción de una mosca
Fuente del vídeo: YouTube Kyle Gilroy

Ante la ausencia de cámaras de súper alta velocidad a mediados del siglo XX, dejaron caer una plataforma sobre una mosca común que se encontraba posada y tranquila. Según los cálculos de aquella época, reaccionó a los 21 milisegundos. Probablemente, la discrepancia en los resultados se debió a la poca precisión y fiabilidad del método empleado. Pero incluso con ese margen de error, el insecto resultaba 12 veces más rápido que los humanos.

Otros atributos físicos del insecto

Aunado a su velocidad, las moscas pueden ver todo a su alrededor, pues sus ojos compuestos les proporcionan un ángulo de visión casi total. La mejor forma de asimilar esta capacidad es comparándola con una cámara de 360°.

Además, pueden redireccionar su vuelo en ángulo de hasta 90° en 50 milisegundos y despegar en cualquier dirección. Por si fuera poco, cuando se trata de un destello de luz su tiempo de reacción se reduce hasta los 5 milisegundos.

En la anatomía de este y otros insectos encontramos unas estructuras denominadas halterios. Funcionan como giroscopios y les permiten mantener la cabeza relativamente inmóvil durante el movimiento, haciendo mucho más eficiente su visión. Sin embargo, las moscas no son invencibles y tienen un gran punto débil: los objetos inmóviles. Si se quiere cazarlas, lo más efectivo es aproximase lentamente y realizar un ataque sorpresa a corta distancia.

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