Hace veinticinco años, Jurassic Park cautivó a millones de personas a través de las pantallas de cine de todo el mundo. Y aunque la increíble película de dinosaurios inspiró a una nueva generación de paleontólogos, el director Steven Spielberg incluyó en ella más ciencia ficción que ciencia.

Desde el debut de la película en 1993, los científicos han descubierto que los velociraptores en realidad tenían plumas. Los dilophosaurus definitivamente no escupían veneno y la visión de un T-Rex no se basaba tanto en el movimiento. Incluso la premisa de la película sobre resucitar dinosaurios con ADN extraído de mosquitos antiguos, ahora se considera probablemente imposible.

La ilusión oculta en el ámbar: el ADN de los dinosaurios

Lo que constituye la ciencia precisa y lo que funciona en la taquilla rara vez coincide. Eso incluye, evidentemente, la clonación de un dinosaurio. Hallazgos recientes han demostrado que las secuencias de ADN lo suficientemente largas como para ser utilizables y legibles con fines de clonación probablemente no puedan sobrevivir más de 1,5 millones de años. Esto se ha determinado a partir de la muestra de ADN más antigua conocida, procedente de un caballo de 700.000 años. Teniendo en cuenta que los dinosaurios se extinguieron hace unos 65 millones de años, encontrar ADN útil atrapado en ámbar es probablemente pura ciencia ficción.

Se pueden encontrar fragmentos de ADN en fósiles de dinosaurios, pero no hay suficiente genoma para activarlo. Las posibilidades de conseguir un genoma completo son casi imposibles. Más que eso, no se cuenta con el modelo genético base para clonar un dinosaurio. Al no tener el genoma codificado, no se sabe lo que se estaría clonando. Se cree que intentar crearlo a partir del ADN no es posible, aún con la tecnología más avanzada en cualquier momento del futuro cercano.

La clonación de dinosaurios según Jurassic Park
La clonación de dinosaurios según Jurassic Park
Fuente de la imagen: Universal Studios

De lo planteado por Jurassic Park a un simple pollo

La creación de un clon a partir del ADN de un dinosaurio puede ser un callejón sin salida. Pero la idea de traer de vuelta a los dinosaurios está lejos de extinguirse.

En 2009, un cientifico llamado Horner coescribió un libro titulado Cómo construir un dinosaurio. Proponía la idea salvaje de tomar un embrión de pollo y modificarlo genéticamente para que naciera con cabeza, dientes, garras y cola como su antiguo ancestro, un velociraptor. Él llamó a este híbrido del mundo antiguo un dinosaurio-pollo.

Este tipo de pensamiento, aunque muy descabellado, es innovador e inspiraría una investigación verdaderamente revolucionaria. En 2015, se demostró que era potencialmente posible realizar ingeniería inversa en la evolución, utilizando lo que hemos aprendido en las últimas dos décadas y aprovechando las tecnologías desarrolladas recientemente.

Por ejemplo, una de las características más distintivas de un pájaro es su pico. Pero los registros fósiles muestran que los dinosaurios tenían hocicos con dientes afilados. Entonces, habría que descubrir cómo y cuándo esos hocicos dentados dieron paso a picos modernos en su cadena evolutiva de 65 millones de años.

La morfometría geométrica y sus hallazgos

Para averiguar la respuesta, los investigadores utilizaron una técnica llamada morfometría geométrica. Se basa en una computadora que compila cientos de imágenes de esqueletos y cráneos de numerosos animales ancestrales, incluidos fósiles de dinosaurios, aves, cocodrilos y lagartos. A partir de ahí, crea una serie de escaneos 3D de su forma.

Estos modelos se comparan entre sí para determinar las diferencias precisas en el tamaño, la forma y la configuración de los huesos entre las muestras. Los datos reducen la búsqueda y pueden llevar a encontrar genes y proteínas exactos que, a lo largo del lento curso de la evolución, crearon el pico de pájaro de hoy. Con esta información, los científicos utilizaron pequeñas perlas recubiertas con inhibidores de proteínas que bloquearon su actividad y condujeron a que las expresiones de genes específicos de aves en el pollo embrionario volvieran a su anatomía ancestral.

Dos años después de esta revolucionaria investigación, otro estudio realizado por biólogos evolutivos del centro de investigación John Hopkins y la ciudad de Beijing se basó en este hallazgo. Consolidó aún más la transición de hocicos afilados a picos puntiagudos o la línea de evolución de un tyrannosaurus rex a una paloma.

Durante la última década, los investigadores han descubierto que las aves aún poseen la capacidad de desarrollar dientes afilados como navajas, desarrollar dedos de dinosaurio y aún tener mandíbulas similares a las de sus antepasados. Esto afianza aún más la teoría de 2009 de manipular un embrión de pollo para que tenga características de dinosaurio. Ahora el mundo científico cree en realidad que se puede criar un «pollo dinosaurio».

Un huevo de pollo en eclosión
Un huevo de pollo en eclosión
Fuente de la imagen: Pixabay

La moral y ética alrededor de la clonación de dinosaurios

Haciendo eco de la terrible advertencia de Ian Malcolm en Jurassic Park, otros paleontólogos y biólogos evolutivos no están tan entusiasmados con la idea. El otro lado de la comunidad científica defiende que aunque esto sea teóricamente posible, no debería ser una meta.

La evolución de la cola de los dinosaurios a las de las aves durante los últimos 150 millones de años, por ejemplo, sigue siendo objeto de estudio. Y han descubierto hallazgos asombrosos al respecto. Uno de los más representativos es que se requieren muchas menos mutaciones para llegar de una a otra. Esta investigación podría ayudar a tratar la espondilitis anquilosante, una afección bastante común en que las vértebras se fusionan. Afecta a 1 de cada 140 personas y es la causa principal de dolor de espalda no relacionado con lesiones en los adolescentes.

Experimentar con el cambio de genes, la retroingeniería y el crecimiento de colas prehistóricas también podría tener otras consecuencias médicas fascinantes. Si se puede descubrir cómo extender la cola, podría haber aplicaciones para las personas que se quedan paralizadas debido a accidentes de columna.

No obstante y pese a las implicaciones positivas, los seres humanos tienden a ser sorprendentemente miopes. Nunca piensan en las ramificaciones a largo plazo de meterse con el genoma de un organismo complejo. Construir algo solo porque podemos nos puede meter en problemas.

Enterrado bajo montículos de ciencia de dinosaurios refutada y modificación genética de la nueva era, todavía existe el problema que el Dr. Malcolm planteó en la pantalla hace 25 años. Están tan preocupados por si podrían, que no se detienen a preguntar si deberían hacerlo. Es este equilibrio científico entre lo posible y lo ético lo que sigue siendo la verdad trascendental de la cinta Jurassic Park.

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