La pandemia de la Gripe Española es una de las consideradas más devastadoras de la historia de la humanidad por los altísimos niveles de mortalidad que supuso a principios del siglo XX.

Entre 1918 y 1920 mató a más de 40 millones de personas en el mundo. Aunque la capacidad para recoger datos fidedignos en la época era muy precaria, algunas estimaciones indican que pudieron alcanzarse cifras entre 50 y 100 millones totales.

Pese a lo que muchos creen por su nombre, la Gripe Española no se originó en España. Su apelativo refiere más a algunas de las primeras consecuencias del contexto histórico en que se desarrolló la crisis: la I Guerra Mundial (1914-1918).

Origen y expansión de la pandemia

Debido a la falta de protocolos y recursos para enfrentar una pandemia en torno a 1918, año en que se sitúa el inicio de contagio de la Gripe Española, no hay certeza absoluta de dónde se originó la enfermedad. Algunos creen que el primer foco fue Francia en 1916 y otros China en 1917. Según los datos mejor aceptados, los primeros casos se registraron en una base militar de Fort Riley, Kansas, Estados Unidos, el 4 de marzo de 1918.

A partir de ahí y a través del traslado masivo de soldados americanos a Europa durante la I Guerra Mundial, los casos empezaron a esparcirse por Francia, Reino Unido, Italia, Alemania o España.

El nombre de la pandemia

España era un país neutral dentro de la contienda, lo que ayudó a que no existiese censura en la publicación de informes sobre la pandemia. Esto no fue así en el resto de países involucrados. Ambos lados del conflicto suprimieron toda información con el objetivo de no desmoralizar a sus ejércitos o mostrar debilidad ante el bando enemigo.

Con todo, los medios de comunicación españoles eran los únicos informadores de una pandemia que estaba matando a la población, lo que llevó a que finalmente se le conociera como la Gripe Española o Spanish Influenza.

La desinformación y la ignorancia

Esta supresión informativa no solo implicó la nomenclatura errónea de la pandemia. También evitó que se le prestase la atención necesaria para analizar su naturaleza y prever sus consecuencias fatales.

Hospital temporal durante la pandemia

En su momento, la falta de recursos y conocimientos imposibilitó la investigación. No se sabía que se trataba de un virus (influenza tipo A-H1N1). No existían programas de prevención de contagio, no había material eficiente para esta prevención ni para el tratamiento de los enfermos. Y mucho menos había medios para gestionar los fallecimientos masivos que se acumulaban inevitablemente.

Diez años antes del descubrimiento de la penicilina y, por tanto, el antibiótico, literalmente no existía manera de paliar una crisis sanitaria de semejantes magnitudes.

Definitivamente, el insuficiente avance médico de la época y el desconocimiento de la población, aunados con el contexto bélico en que se desarrolló la pandemia, hicieron de la mal llamada Gripe Española una de las enfermedades más catastróficas y destructoras de la historia.

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