Teniendo en cuenta que nos encontramos en el auge de la simulación y en el mejor momento de los eSports, no es de extrañar que los videojuegos puedan hacer de jugadores verdaderos profesionales. No solo dentro de esta industria, cada vez más desarrollada, sino también fuera de ella, en competiciones deportivas oficiales. Este es el caso de James Baldwin, un joven británico de 20 años que pasó de ser jugador habitual de videojuegos de carreras a ser un piloto profesional.

Para llegar a competir en las carreras de velocidad más conocidas del mundo, como Nascar, Fórmula 1 o Gran Turismo, lo más común es iniciarse en el mundo del motor conduciendo karts. Fue así cómo dieron sus primeros pasos muchos de los actuales campeones de estas disciplinas. Sin embargo, la creciente e imparable evolución de los videojuegos de carreras y toda la tecnología que incorpora el realismo de manejar un volante, ha hecho posible que las consolas sean las nuevas pistas de entrenamiento.

Los inicios de James Baldwin en los videojuegos de carreras

Después de haber participado algunas veces en carreras de karts, Baldwin abandonó este hobby por falta de dinero hace cuatro años. Hace dos, adquirió por primera vez un equipo completo de simulación que incluía volante y pedales, una nueva oportunidad para desarrollar sus habilidades de velocidad.

En aquel momento, los eSports todavía no habían alcanzado el clímax en el que se encuentran ahora, por lo que empezó a evolucionar por mero divertimento. Pero después de un año como jugador ocasional, logró entrar en el top 10 de pilotos de simulación en un evento que lo llevó a competir en Austria a un siguiente nivel.

En este último, consiguió el segundo lugar y un premio de más de 5,000 dólares. De algún modo, estaba empezando a profesionalizar su pasatiempo favorito.

Con el tiempo siguió compitiendo en eventos similares por el mundo hasta toparse con una de las pruebas más importantes de este género. El jugador más rápido del mundo.

La transición de los videojuegos a las carreras de Gran Turismo

La competición para encontrar al jugador más rápido del mundo se celebró en California. Puso a prueba a los participantes retándolos a conducción real, simulación, ejercicios de condición física y manejo mediático. Todo ello a lo largo de dos semanas.

Este campeonato es de carácter bastante relevante, hasta el punto de tener como jueces a dos ex pilotos de Fórmula 1 como Juan Pablo Montoya o Rubens Barrichello.

James Baldwin logró el primer lugar en el certamen, fue coronado como el jugador más rápido del mundo y recibió un millón de dólares para participar en la carrera automovilística Gran Turismo del Reino Unido, GTWC. Por primera vez y después de ir escalando posiciones detrás de una pantalla, el jugador había alcanzado el título de piloto profesional.

James Baldwin junto al McLaren GT3 que conducirá en la GTWC
James Baldwin junto al McLaren GT3 que conducirá en la GTWC

En este campeonato de GT, participará en seis carreras que se celebrarán en las pistas británicas de Brands Hatch, Donnington Park y Silverstone. Muy conocidas por aquellos que sean aficionados habituales al motor.

Su evolución y transición a las carreras del mundo real son una muestra del valor que la tecnología está agregando a la industria de los videojuegos. Cada vez es más común que los propios pilotos practiquen sus trazadas en consolas muy similares a las de uso doméstico con videojuegos de simulación. El realismo de la interacción, los gráficos y los equipos de volante y pedales, están ya muy cerca del manejo de un coche real. Quizá llegue un momento en que las carreras de velocidad simuladas estén a la altura mediática de las que se juegan en pista. Algo que, sin duda, no sería de extrañar.

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