Todo empezó con lluvia, oscuridad, velas itinerantes y relámpagos estremecedores. Esta suma de elementos evoca una historia de terror, y para Mary Shelley, John Polidori y demás amigos justo eso fue. Las oscuras y electrizantes noches de verano que ayudaron a dar vida a sus creaciones monstruosas fueron casi tan dramáticas como las novelas mismas.

Por extraño que parezca, las novelas de Frankenstein, así como El Vampiro empezaron con un volcán. En 1815, hizo erupción el monte Tambora en Indonesia, ahogando el aire con cenizas y polvo. La erupción mató a aproximadamente 100,000 personas de manera inmediata, pero la cifra general terminó siendo mucho mayor. Hoy es considerada una de las erupciones más mortales de la historia.

El verano siguiente nunca llegó. La mayor parte de Europa estaba cubierta de niebla e incluso clima helado. Las malas cosechas se extendieron por Europa, Asia y América del Norte durante tres años después. Siguieron hambrunas, epidemias y revueltas políticas. Los historiadores estiman que al menos un millón de personas murieron de hambre después de la erupción del Tambora, mientras que decenas de millones murieron a causa de una pandemia mundial de cólera que arrasaba con el mundo.

Durante esos tres años de hambre y oscuridad, algunos de los mejores artistas de Europa crearon sus obras más oscuras y duraderas.

El encuentro inesperado en Ginebra

Mary Shelley estaba de viaje con su pareja, el poeta Percy Bysshe Shelley, su bebé de cuatro meses y su hermanastra, Claire Clairmont. En ese momento, Claire estaba embarazada de un hijo de Lord Byron, el poeta innovador cuyos asuntos personales lo habían convertido en una de las celebridades más llamativas de Inglaterra. Recientemente se había divorciado de su esposa y, según los rumores, continuó una aventura con su media hermana. Perseguido por los chismes y las deudas, decidió abandonar Europa.

Después de la partida de Byron, la extremadamente obsesiva Claire convenció a Mary y Percy de viajar a Ginebra con ella. Unos días después, Byron, claramente ignorante de que Claire estaría allí, llegó a la ciudad.

Percy y Byron, que habían sido fanáticos del trabajo del otro, pronto formaron una intensa amistad. Abandonaron sus otros planes de viaje y alquilaron propiedades cercanas a lo largo del lago de Ginebra. Durante las frías noches se reunieron con el resto del grupo en Villa Diodati, la majestuosa mansión que Byron había alquilado para su estadía junto con John Polidori, un médico y escritor que pronto develaria su talento por la prosa de horror. Leían poesía, discutían y hablaban hasta altas horas de la noche.

El clima estrepitoso los mantuvo dentro la mayoría de las veces. Los truenos y los relámpagos resonaron en la villa y sus conversaciones dieron pie a uno de los grandes debates del día: si los cadáveres humanos podían ser reanimados después de la muerte. Mary, que se describió a sí misma como «una oyente devota pero casi silenciosa», se sentó cerca de los hombres y absorbió cada palabra de su especulación sobre los límites de la medicina moderna. Polidori aportaba comentarios sustentados en sus estudios así como la posibilidad de sobrepasar ciertos limites cientificos que se conocian en la epoca.

A medida que avanzaban los días, los conflictos entre los vacacionistas comenzaron a hervir a fuego lento. Byron estaba molesto por los intentos de Claire de cortejarlo. Mary, a su vez, tuvo que luchar contra las insinuaciones de Polidori, quien se había obsesionado con ella. Percy estaba deprimido. Cuando tres días de lluvia los atraparon dentro de la villa, las tensiones habían alcanzado su punto más alto.

Se habían recargado en la lectura de historias de terror y poemas morbosos. Una noche, mientras estaban sentados en la oscuridad a la luz de las velas, Byron les dio a todos un desafío: escribir una historia de terror que fuera mejor que las que acababan de leer. Inspirado por una historia de Byron, Polidori cumplió de inmediato. Su novela The Vampyre, publicada en 1819, es la primera obra de ficción que incluye un héroe chupa sangre, que muchos piensan que fue inspirado en el propio Byron. Basicamente es la creación del arquetipo del vampiro romantico tal y como se conoce a día de hoy. Autores como Sheridan Le Fanu y Bram Stocker basarían sus historias en aquellos cimientos que perdurarian en el tiempo.

Mary tuvo más problemas en encontrar la inspiración, no podía hablar sobre un tema en específico.

Me preguntaron cada mañana, y cada mañana me vi obligada a responder con un negativo mortificante

Días más tarde, en una noche de insomnio en la que los relampagos resonaron en el lago, tuvo una epifanía.

Vi el espantoso fantasma de un hombre estirado. Y luego, en el funcionamiento de un motor potente, muestra signos de vida

A la mañana siguiente, cuando le preguntaron si tenía en mente una historia de terror, pudo al final contestar que si. Su libro, Frankenstein, incorporó el escenario misterioso de la Villa Diodati y las conversaciones morbosas de los poetas.

Aunque ella no lo sabía, el libro de Mary Shelley, que se publicó en 1818, revolucionaría la literatura y la cultura popular. Hasta el día de hoy es un preferido en la literatura clasica de terror y ha sido llevado a la pantalla grande numerosas veces, aunque en palabras de muchos, nunca siendo fiel al escalofrio que produce leerlo directamente.

Tragedia o coincidencia

La vida de los vacacionistas no terminó felizmente. Polidori tenía muchos problemas personales y fantasmas propios que lo llevaron a suicidarse en 1821. Percy Shelley se ahogó durante una tormenta en 1822 cuando tenía solo 29 años. Byron se llevó a la hija que tenía con Claire, Allegra, lejos de su madre y la envió a un convento para recibir educación; ella murió allí en 1822 a los 5 años. Byron murió en 1824 después de contraer fiebre.

Del grupo, solo Mary y Claire llegaron a vivir más alla del medio siglo. Pero las historias espeluznantes que fuesen fuente de inspiración de esas noches de verano siguen vivas hasta el día hoy.

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