La leyenda urbana de la chica de la curva es probablemente la historia de terror más contada en todo el mundo. Como suele pasar en este tipo de narraciones, que se difunden de boca en boca, no tiene un origen definido, sino que se divulga por prácticamente todas partes.

Las infinitas versiones de la chica de la curva cambian según el área geográfica, las tradiciones de la zona y también su lenguaje. Así, en algunos lugares se la conoce como la autoestopista fantasma, la Dama de la Cruz Verde o la Descarnada, entre otros nombres.

Pese a estas diferencias, los puntos básicos de la historia siempre son los mismos. Incluso tratándose, como es el caso, de una leyenda centenaria, que fue adaptando sus detalles más específicos a su época.

La historia elemental de la chica de la curva

Según la historia elemental, la leyenda sin aditamentos, una joven se manifiesta en caminos y carreteras cerca de una curva peligrosa ante unos viajeros en coche. La joven pide auxilio y, tras subirse al vehículo de los samaritanos, un silencio sepulcral precede a su súbita y misteriosa desaparición.

La leyenda continúa con el conocimiento posterior de los viajeros de que la joven había muerto de forma trágica o violenta. En la mayoría de los casos, en un accidente de tráfico ocurrido en ese mismo tramo de carretera.

Esa variante justifica uno de los propósitos de la leyenda, prevenir al conductor de los peligros de la curva. En otras versiones, se cuenta que los viajeros se accidentan precisamente por no advertir los riesgos que la joven trata de anunciarles.

Otras versiones de la leyenda urbana alrededor del mundo

Dependiendo de la época y el transporte del momento, la leyenda de la chica de la curva fue adaptando sus elementos de acuerdo a cada tiempo. Antiguamente se presentaba ante personas que iban a caballo. Hoy en día, todo sucede en coches, motos y otros vehículos usuales.

En función del país o el área geográfica, la historia adquiere otros tintes dramáticos y espeluznantes relacionados con ciertos casos reales y otros misterios locales que se fusionan.

En una parte de Venezuela, la historia de la chica de la curva se conoce como La Curva del Infiernito. Y se basa en un atropello sin asistencia que terminó en maldición perpetua.

En varias carreteras españolas se cuenta de dos recién casados que pierden la vida en carretera. La crónica lleva el título del camino, el pueblo por donde pasa o la carretera misma.

En la Sierra de Guadarrama, en Madrid, se aparece La Dama de la Cruz Verde, llamada así por el puerto montañoso donde se manifiesta.

En El Salvador se habla de La Descarnada, una muchacha autoestopista que cuando sube al coche de los viajeros muestra su verdadera apariencia. Cayéndosele la piel y la carne y convirtiéndose en un esqueleto.

En Santiago de Chile se habla de La Rubia de Kennedy, una joven que pide ayuda en una avenida con ese nombre y que inspiró una película homónima en 1995.

En Panamá la llaman La Mujer Empollerada. Y en México, Guatemala, Nicaragua y Costa Rica, la identifican como Cegua, una criatura mitad mujer mitad bestia que termina asesinando a los viajeros.

El fenómeno mundial de la chica de la curva

Después de todo y sea cual sea la versión que cada uno haya escuchado, no deja de ser curioso cómo el mismo terror atraviesa el mundo de lado a lado. Quizá porque nos enfrentamos al mismo peligro o a los mismos miedos. O solo porque hay historias que sobreviven en el tiempo y el espacio, esperando a ser contadas una y otra vez.

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