Cagliostro, generalmente conocido como Joseph Balsamo, fue un aventurero italiano autodenominado mago del siglo XVIII. De origenes humildes, llegó a convertirse en una figura glamorosa, asociada con las cortes reales de Europa. Construyó su imagen de maestro en diversas artes ocultas, incluidas la curación psíquica, la alquimia y la adivinación. Su reputación se mantuvo durante muchas décadas después de su muerte, pero con el paso del tiempo llegó a deteriorarse, hasta ser considerado un charlatán e impostor.

Los origenes de Giuseppe Balsamo

Giuseppe Balsamo nació en una familia pobre en Palermo, Sicilia, en 1743. A pesar de la precaria situación económica de su familia, su abuelo y sus tíos se aseguraron de que el joven recibiera una educación sólida. Durante su estancia en la Orden católica de San Juan de Dios, Balsamo aprendió química y una serie de ritos espirituales que le servirían mucho en sus futuras avenencias.

En 1764, a los 21 años, convenció a un rico orfebre de la existencia de un tesoro escondido enterrado en el monte Pellegrino. En preparación para la expedición, Balsamo solicitó setenta piezas de plata por adelantado como pago de sus servicios. Al llegar el día del gran evento, el joven estaba desaparecido, había huido a la ciudad de Messina.

Entre 1765 y 1766, Balsamo se encontró en la isla de Malta, donde se convirtió en aprendiz de la Soberana Orden Militar de Malta y ahí se adiestro como un hábil farmacéutico.

Busto de Cagliostro
Busto de Cagliostro
Fuente de la imagen: Wikipedia

El perfeccionamiento de un charlatán

A principios de 1768 Balsamo se fue a Roma, donde logró conseguir un trabajo como secretario del cardenal Orsini. El empleo le resultó aburrido y pronto comenzó a llevar una doble vida, vendiendo amuletos y grabados falsos, haciéndolos pasar por egipcios. De los muchos expatriados y ex convictos sicilianos que conoció durante este período, uno le presentó a una joven de llamada Lorenza Seraphina Feliciani. Conocida posteriormente como Serafina, con quien se casó en 1768.

Tras un tiempo viviendo con la familia de la mujer, Balsamo se hizo amigo de un falsificador. Cagliostro aprendió de él algunos timos y engaños a cambio de acostarse con su mujer, cosa a la que él accedió sin impedimentos.

El nacimiento del conde de Cagliostro

La pareja viajó a Londres, donde Balsamo usaba pseudónimos y títulos autoconferidos que le abrieron muchas puertas sociales. Entre todas sus nomenclaturas, se decidió finalmente por conde Alessandro di Cagliostro, con el que viajó por toda Europa. Su fama creció tanto que fue recomendado como médico al mismísimo Benjamin Franklin durante una estancia en París.

El 12 de abril de 1777, Cagliostro fue admitido como masón de la logia número 289 en Gerrard Street, Soho, Londres, donde ganó más prestigió y poder. Con la confianza de sus hermanos de logia, el joven no perdió la oportunidad de engañarlos también, haciéndoles creer que tenía conocimientos supremos de masonería provenientes de Egipto.

Esta nueva situación lo llevarían a viajar por el mundo, tratando de integrar nuevos contactos masones a su nueva pseudo doctrina egipcia. En diciembre del mismo año llegó a San Petersburgo, donde se ganó el favor y gracia de la Zar rusa Catalina la Grande. Sin embargo, la monarca se dio cuenta de sus oscuras intenciones y lo declaró persona non grata, expulsándolo de Rusia de inmediato.

Cagliostro regresó a su objetivo inicial y recorrió toda Europa durante años, buscando completar su plan de unificación masónica. El 24 de diciembre de 1784 se estableció en Francia y fundó la logia masónica de La Sagesse Triomphante, de pensamiento egipcio, en la ciudad de Lyon. En enero de 1785, se fue a París junto a su esposa en respuesta a las súplicas del cardenal Rohan.

Ilustración de Cagliostro haciendo alquimia
Ilustración de Cagliostro haciendo alquimia
Fuente de la imagen: Ocultopedia

El fin de Cagliostro

En la capital francesa, Cagliostro no tardó en meterse en problemas con la alta sociedad, esta vez por el supuesto robo de un collar de diamantes que involucraba a Maria Antonieta y al entonces príncipe Luis XVI. El mago fue retenido en la Bastilla durante nueve meses, pero finalmente lo absolvieron al no encontrarse evidencia. Aún así, fue desterrado de Francia por orden del rey y partió hacia Inglaterra, donde permanecería tranquilo por un par de años.

Cagliostro hizo un viaje a Roma a mediados de 1789, donde conoció a dos personas que resultaron ser espías de la Santa Inquisición, que lo buscaba por herejía y charlatanería. Algunos relatos sostienen que su esposa fue quien lo delató ante la institución, pero esto no se sabe con certeza. El 27 de diciembre de 1789 fue arrestado y encarcelado en el castillo de Sant’Angelo. Al poco tiempo juzgado, condenado a muerte y finalmente a cadena perpetua en el Forte di San Leo, donde murió el 26 de agosto de 1795.

El legado de una vida de estafas

Después de todo, a Cagliostro se le atribuye la creación del rito egipcio de los masones y el trabajo intensivo en la difusión de la masonería, abriendo logias en toda Europa e introduciendo la aceptación de las mujeres en la comunidad. La idea de una «masonería egipcia» se mantuvo en la mayoría de las logias y hoy en día se aplica como ideología fundamental.

Cagliostro fue un falsificador extraordinario. El escritor Giacomo Casanova, en su autobiografía, narró un encuentro en el que el mago falsificó una de sus cartas a la perfección, a pesar de no poder comprenderla. Aleister Crowley, uno de los ocultistas mas famosos de la historia, afirmaba que Cagliostro era una de sus encarnaciones anteriores.

Balsamo escribió y publicó un sinfín de libros, y parte de sus conocimientos aún se consideran importantes por diversas facciones del mundo esotérico. Su influencia, con o sin habilidades, lo llevó a ser uno de los autores más importantes de la cultura popular, mereciendo incluso una mención en la película de Marvel Dr. Strange. Pese a sus delitos, el estafador hizo un buen uso de su riqueza al financiar una red de hospitales de maternidad y orfanatos en Europa.

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