Desde que el soviético Yuri Gagarin salió al espacio exterior por primera vez el 12 de abril de 1961, marcando uno de los acontecimientos más importantes de la historia, los trajes espaciales han sufrido numerosas evoluciones y adaptaciones tecnológicas.

A lo largo de la segunda mitad del siglo XX y en lo que llevamos de siglo XXI, la carrera espacial ha ido aumentando competidores. Los dos países que lideraron por más tiempo la investigación cosmonáutica fueron, como no puede ser de otra manera, Estados Unidos y Rusia. Ambos invirtieron enormes cantidades de recursos por décadas para liderar esta disputa durante la Guerra Fría y años posteriores. Con el tiempo otros países como China, Japón e India se sumaron también al desafío. Aunque son muchas más las naciones que tienen programas espaciales y colaboran de alguna forma con proyectos internacionales, estos mencionados son los que tienen mayor presupuesto y recurso destinado a la exploración del cosmos.

Recientemente, Emiratos Árabes Unidos ha hecho pública su intención por participar en la pugna. Y, por primera vez, una empresa privada inició desarrollos multimillonarios con objetivos de colonizar Marte. Es el caso de la compañía SpaceX de Elon Musk.

Trajes espaciales de SpaceX
Los trajes espaciales diseñados por SpaceX son los más modernos y futuristas. En este caso, forman parte de la misión de la empresa privada en colaboración con la NASA.

En total, en solamente sesenta años se han dado una serie de avances científicos y tecnológicos extraordinarios, dejando lejos el alunizaje de 1969 y trayendo a los titulares los proyectos más ambiciosos de la humanidad de todos los tiempos.

Los primeros trajes espaciales

Uno de los elementos más importantes en cualquier proyecto astronómico es el traje espacial. El único componente específicamente diseñado para preservar y garantizar la vida de los astronautas durante las misiones fuera de la Tierra.

Pese al liderazgo que ejerce la NASA y Estados Unidos en esta materia, el primer prototipo del traje espacial fue diseñado por un ingeniero militar español en el año 1935, Emilio Herrera.

El ingeniero militar español Emilio Herrera mostrando su trabajo en el primer prototipo de traje espacial de la historia
El ingeniero militar español Emilio Herrera mostrando su trabajo en el primer prototipo de traje espacial de la historia

Se trataba de una escafandra estratonáutica presurizada, creada para ser usada durante un vuelo estratosférico a bordo de un globo aerostático. Este modelo fue el antecedente de los trajes que posteriormente usó la NASA en su carrera espacial. Siendo el de Yuri Gagarin, fabricado por la Unión Soviética, el primero en salir al espacio exterior.

Las condiciones extremas del espacio exterior

El espacio exterior es un lugar inhóspito. Definitivamente hostil para formas de vida basadas en carbono, como el caso de los seres humanos y el resto de seres vivos de la Tierra. Las condiciones de temperatura extremas, la presión, la falta de oxígeno y el vacío harían imposible la presencia de cualquier persona en él, de no ser por los trajes espaciales.

Tal y como la NASA los define, los trajes espaciales son módulos personalizados con movilidad que faciliten la exploración. Su objetivo es proteger al astronauta de las condiciones no solo del espacio, sino también de cualquier planeta o cuerpo celeste al que pueda dirigirse.

Como mínimo, deben estar diseñados contemplando las siguientes circunstancias:

  • Rangos de temperatura extremos que pueden variar entre -120º C y 120º C.
  • Falta de oxígeno.
  • Súbitas variaciones en los valores de presión.
  • Posibles impactos de polvo estelar a alta velocidad.
  • Radiación y luz solar.

Las características de los trajes espaciales

Por todo ello y para garantizar la salud de los astronautas, los trajes espaciales deben simular de cierto modo las condiciones de vida que existen en la Tierra.

Ante las circunstancias de temperaturas extremas del espacio exterior, los trajes deben llevar reguladores térmicos para que el propio astronauta pueda modificar el clima de su interior, así como los niveles de presión.

Llevan un depósito de agua para resolver los momentos en los que el explorador tenga sed, ya que puede encontrarse a la intemperie durante un tiempo prolongado. Los trajes incorporan un sistema de ventilación que provee oxígeno y libera dióxido de carbono, de forma que la persona respire tranquilamente sin riesgo de envenenarse.

Trajes espaciales presentados por la NASA en 2019 para próximas misiones a la Luna
Trajes espaciales presentados por la NASA en 2019 para próximas misiones a la Luna

Las escafandras o cascos de los trajes tienen varios visores en la pantalla que protegen al astronauta de la luz solar u otros rayos y destellos que dificulten su visibilidad. En cuanto a la radiación, los uniformes están fabricados con materiales gruesos, acolchados y resistentes, que mitigan también posibles impactos de polvo y otros elementos.

Obviamente, deben permitir la máxima movilidad del astronauta, por lo que son flexibles y ergonómicos. Y para garantizar la comunicación con la nave, con la Estación Espacial o entre los mismos exploradores, integra un sistema de radio altamente avanzado.

Aunque cada país tiene su propio diseño, todos deben obedecer esta serie de características mínimas. En conjunto, los trajes espaciales son una pieza fundamental para cualquier misión. Un uniforme que llegó a convertirse en el símbolo del empeño humano por observar el cosmos y sondearlo lo más lejos posible.

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